Policlínica Gipuzkoa inauguró el 21 de septiembre su nueva sala de hemodinámica, equipada con un nuevo angiógrafo. Los servicios de hemodinámica y radiología intervencionista harán ... uso de este equipamiento y los doctores Fran Loyola, Iñaki Prieto, Mariano Larman y Javier Irazusta intervendrán hoy en un nuevo Aula de Salud a través del webinar organizado por Policlínica Gipuzkoa: 'Radiología intervencionista, una alternativa a la cirugía que crece en aplicaciones'. Iñaki Prieto, radiólogo intervencionista y Mariano Larman, cardiólogo y jefe del servicio de Hemodinámica de Policlínica Gipuzkoa nos explican las ventajas de esta nueva sala de hemodinámica.
– ¿Qué aporta esta nueva sala a cada una de sus especialidades?
– Dr. Iñaki Prieto: Es un angiógrafo de última generación que nos permite realizar nuestro trabajo de una forma más cómoda, eficiente y segura. Ahora podemos desarrollar toda la radiología intervencionista, tanto la vascular (encargada de la recanalización y embolización, es decir, abrir y cerrar arterias) como la radiología no vascular (procedimientos oncológicos digestivos, urológicos, ginecológicos, traumatológicos).
– Dr. Mariano Larman: La hemodinámica o cardiología intervencionista consiste en tratar de forma percutánea (sin cirugía) las patologías cardiacas. Para esto lo que se necesita es tener una buena imagen y esa es la gran diferencia de la nueva sala, se gana en calidad de imagen.
– ¿Qué ventajas tiene el nuevo angiógrafo para el paciente?
– I. P.: Prácticamente todo son ventajas. Por un lado, la calidad de imagen es impresionante; por otro, nos permite fusionar 'in situ' las imágenes de otras exploraciones que tenga el paciente (TAC, RM...) haciendo el procedimiento más seguro y rápido.
– M. L.: Otra ventaja añadida es la disminución de la radiación, tanto para el paciente, como para los médicos. Se ha comprobado que la radiación baja al 50%.
– ¿Y para el médico?
– I.P.: Tiene muchas ventajas: la interfaz es tremendamente intuitiva con lo que manejar el aparato es relativamente sencillo y la curva de aprendizaje es rápida. Además gracias a los software de planificación y navegación podemos minimizar las complicaciones y realizar un procedimiento complejo con las máximas garantías.
– M. L.: Es en el tratamiento de la cardiopatía estructural (implantación de válvulas aórticas percutáneas, tratamiento de cardiopatías congénitas y cierre de fugas valvulares) donde vamos a notar grandes diferencias. El software que tienen los nuevos equipos permite la fusión de imágenes de ecocardiografía y de angio-Tac con la escopia en tiempo real. Esto hace que los procedimientos sean más rápidos y precisos, aumentando la seguridad del paciente.
– ¿Contribuirá esta sala a reducir el número de cirugías?
– I. P.: Creo que se trata de dos conceptos diferentes. La cirugía tiene su sitio, esto es indudable, y se deben realizar tantas como sea necesario. Pero es cierto que gracias a los avances en procedimientos mínimamente invasivos como los que realizamos los radiólogos intervencionistas podemos ayudar a cada vez más pacientes que presentan problemas de diferente índole. La mayoría de estos procedimientos además se realizan con anestesia local, muchas veces son ambulatorios (no se duerme en el hospital), sin incisiones ni heridas y con una recuperación a la vida normal inmediata.
– M. L.: Desde hace muchos años se ha producido un notable incremento del tratamiento percutáneo de las patologías coronarias (aunque no siempre se pueden tratar todas de forma percutánea). Lo que ha evolucionado en los últimos años es el tratamiento percutáneo de las patologías valvulares y esto es imparable, dada la mejoría que supone para el paciente en seguridad y comodidad. Hay que tener en cuenta que los equipos mejoran, pero la gran diferencia es en la evolución de los dispositivos que implantamos.
– ¿Cuáles son las intervenciones más frecuentes que realizan y las que más se realizarán en la sala?
– I.P.: Las que más realizamos son: Embolizaciones arteriales, que son procedimientos que normalmente se realizan para cerrar una arteria que está sangrando (accidentes de tráfico, iatrogenia, pacientes anticoagulados...); quimioembolizaciones, que son tratamientos de quimioterapia intraarterial para tumores hepáticos; drenajes biliares, que son tratamientos para descomprimir la vía biliar y conseguir derivar la bilis por sus conductos naturales; y gastrostomías, que son tubos que conectan desde el exterior con el estómago para poder nutrir a pacientes que no pueden realizarlo por las vías naturales. Ahora queremos implementar: embolización de miomas uterinos, de próstata, de hemorroides y hombro congelado. En todas ellas el denominador común es una vascularización arterial anómala. Y, llegando a ella mediante microcateteres (tubos minúsculos) y cerrando su aporte, se podría conseguir un tratamiento eficaz y seguro. Prácticamente lo mismo se puede realizar con el varicocele, que son varices testiculares y que a veces se asocian a molestias, dolor e incluso infertilidad. Por último también queremos ayudar a pacientes con 'síndrome del escaparate' o arteriopatía periférica, que tienen problemas de riego en las piernas y podemos mejorar ese aporte de oxígeno restaurando el flujo hacia el pie.
– M. L. La intervención que más se realiza en la cardiología intervencionista es la angioplastia coronaria (la dilatación de las arterias coronarias cuando tienen estenosis y producen síntomas al paciente). En Gipuzkoa se realizaron en 2019 más de 1.800 intervenciones de este tipo. Se realizan tanto de forma programada como urgente. Estas últimas se realizan a pacientes con Síndrome Coronario Agudo (infarto agudo de miocardio, anginas inestables, inestabilidad hemodinámica, etc.).
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