Raúl Delgado Wise (Monterrey, México, 1950) lucha por «un mundo sin barreras» y en el que no se criminalice a los migrantes. Ese es el ... ideal que busca este experto en migraciones y que ayer defendió a conciencia en su ponencia inaugural del I Seminario internacional de recursos pedagógicos en derechos humanos, que se celebra hasta hoy en el Palacio de Aiete de Donostia.
- ¿Qué es una frontera?
- Las fronteras son con lo que queremos terminar. Estamos luchando contra los muros. En términos de derechos humanos queremos pensar en un mundo sin barreras. Ese es el ideal que se busca.
- Tras la caída del muro de Berlín solo quedaban once vallas en el mundo, ahora hay alrededor de setenta...
- Y hay muchas barreras simbólicas. Se ha fabricado un discurso con una visión del migrante como enemigo público. Esta idea ha penetrado mucho en la opinión pública y ha hecho que juguemos en esa cancha en vez de ir hacia otro camino, más adecuado para combatir este avance de la ultraderecha, que es muy peligroso para el mundo.
- Entonces, ¿existe una criminalización de los migrantes?
- Sí, y esa criminalización es también una política de Estado. En EE UU, por ejemplo, que es el principal país de inmigrantes del mundo, las visas que se otorgan son insuficientes para los requerimientos del mercado laboral y, además, son discriminatorias para los países del triángulo norte de Centroamérica, de donde vienen las principales caravanas de migrantes.
- ¿A qué se refiere con política de Estado?
- Es claramente fomentada por el propio Estado. No da visas y, cuando las da, lo hace de manera discriminatoria. El 75% de los migrantes sin papeles son de este triángulo norte de Centroamérica. A esta población se le acusa de todos los males, pero frente a esto hay un fenómeno muy interesante. En EE UU han nacido las ciudades santuario, hay alrededor de doscientas allí. Estos lugares son ciudades en las que no se persigue a los migrantes y se trata a todas las personas por igual. Hay una cultura diferente, que da la bienvenida a los migrantes y promueve la multiculturalidad. A pesar de lo que se dice, en ellas hay mucha menos criminalidad. Son ciudades más seguras, no más inseguras. La idea es empezar a crear este tejido de ciudades santuario. Ya hay cien en el Reino Unido.
- ¿Y qué necesita una ciudad para ser considerada santuario?
- Lo de ciudad santuario es solo un término. Sabemos que hay muchos territorios respetuosos con los migrantes y que no se conocen con este nombre. Madrid, Barcelona y Valencia, por ejemplo, se han declarado ya ciudad santuario, aunque no sé si usan ese término. Es una decisión del propio Ayuntamiento o del gobierno local. La intención es impulsar esta red antes de las elecciones parlamentarias europeas ante el riesgo de que la ultraderecha y el fascismo se instauren en la Unión Europea de manera mucho más fuerte.
«La política del mundo de fronteras hace que el negocio del crimen organizado sea mayor»
«Existen las ciudades santuario; promueven la multiculturalidad y tratan a todos igual»
- En determinados ámbitos se relaciona la inmigración con la delincuencia. ¿Hasta qué punto es eso real?
- Se ha venido tejiendo este tipo de discurso desde hace un tiempo, pero es justo esta idea la que tenemos que deconstruir. Es ese discurso el que favorece la penetración de movimientos de ultraderecha, como acaba de ocurrir en Andalucía. Difundir este discurso es lo más sencillo. Además, muchas veces los migrantes se instalan en las periferias, donde viven en condiciones mucho más adversas que el conjunto de la población. En estas situaciones, casi siempre se incuba parte del crimen, pero esto es producto de muchos años de marginación y exclusión.
- ¿Usted que es mexicano, qué le diría a Donald Trump?
- Donald Trump es producto y resultado de la crisis del imperialismo estadounidense. Ponen a una especie de payaso en el poder, pero detrás hay muchas cosas que se están moviendo. No hay que ser tan ingenuos. Se está reestructurando el imperialismo de EE UU frente a la integración o pérdida que el país estaba teniendo frente a Rusia y China.
- ¿Y a los migrantes afectados por todas las políticas del presidente estadounidense?
- Necesitamos organizarnos, luchar y resistir. Hacer lo que nos han enseñado los nuevos movimientos sociales. Resistir significa transformar desde ahora el mundo en los espacios en los que nosotros podemos tener cierto ámbito de incidencia.
- ¿En qué aspectos se parece la situación en México a la de Europa?
- México y Europa han sido víctimas de las políticas neoliberales. La izquierda aceptó sin muchos reparos el consenso de Washington, y eso fue uno de los elementos que influyó en la caída del Estado del bienestar. Además, nunca se practicó el internacionalismo socialista, en el sentido de apoyar a un desarrollo más equilibrado de África. Mientras eso no se dé, la situación, en el caso de África, es difícil de resolver.
- Parece que las políticas contra la inmigración están en auge. ¿Le asusta este fenómeno?
- Claro que me asusta, porque está abriendo el camino a lo más reaccionario que hay de la sociedad. Hay mucho que se ha teorizado sobre el nuevo fascismo, que está penetrando y nos está quitando libertad. No está resolviendo ningún problema y creo que está acabando con las democracias, aunque ellos mismos se presenten al revés.
- ¿A qué se debe el aumento de este movimiento?
- Estamos en una crisis epocal o crisis civilizatoria. Es una crisis de lo más profundo del capitalismo. Las contradicciones han llegado hasta tal grado que se han convertido en peligrosas.
- ¿De qué manera influye esto en el aumento de mafias?
- México es el caso más revelador en este aspecto. Las políticas restrictivas de EE UU hicieron que el negocio del tráfico y trata de personas fuera el más importante para el crimen organizado. Después de Siria, México se ha convertido en el país más violento del mundo, por esa proliferación del crimen organizado. Esta política del mundo de la frontera y la migración indocumentada hace que incluso el negocio del crimen organizado sea mayor que el del narcotráfico. En estos momentos es el número uno.
- Aquí el pasado año la Policía francesa aseguró que arrestaba a quince migrantes cada hora en la frontera de Irun.
- Eso está pasando prácticamente en todos los lados. El conflicto que esto revela es el gran problema que tiene Europa de entender la migración y tener políticas no de tipo represivo, sino políticas que vayan al fondo de la problemática de la migración. A día de hoy solo tenemos medidas reactivas. Pero también hay que tener en mente el porcentaje de migrantes que necesita Europa, que tiene una población muy envejecida. En EE UU, por ejemplo, en los últimos quince años el 40% del mercado laboral ha sido cubierto por migrantes, y no solo en puestos bajos. Más del 50% de las innovaciones y patentes en EE UU están generadas por migrantes. Esto habla de la visión distorsionada que se tiene de la migración.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.