Borrar
Varios paseantes por Donostia. lobo altuna
Razón, razones y sinrazón

Razón, razones y sinrazón

El árbol de la ciencia ·

La razón no es la cumbre de la función cerebral, sino una herramienta para la interacción social

Domingo, 20 de junio 2021, 13:15

Mercier y Sperber ilustran su iconoclasta libro 'El enigma de la razón' con interesantes estudios e historias. La razón, alabada como la cumbre de la función cognitiva y un poder superior de la mente humana, es considerada por los autores como el resultado de un ... mecanismo para inferir intuiciones y cuya principal función es la argumentación en el entorno social. No razonamos para tomar mejores decisiones en base a un discurrir lógico, sino que razonamos para encontrar motivos que expliquen y justifiquen las decisiones que ya tomamos. Es decir, racionalizamos. Es un fenómeno a posteriori y no a priori. Entristece pensar que la razón se limite a encontrar excusas, sobre todo cuando siempre se ha considerado sinónimo de reflexión y pensamiento lógico y crítico. Sin embargo, lo cierto es que el ser humano es malo al aplicar la lógica a la solución de problemas. No disponemos del tiempo ni de la capacidad para reflexionar sobre cosas nimias y efectuamos lo más oportuno con el menor coste energético para el cerebro y evitando los grandes riesgos. Esto genera inseguridad que se supera encontrando un punto intermedio entre la reflexión lenta y costosa y los impulsos automáticos e irreflexivos. Para muchos expertos este equilibrio es el núcleo central de la racionalidad, pero Mercier y Sperber se desmarcan de este concepto. Conceden a la razón su extraordinario valor a través de la argumentación, el toma y daca de la vida social que enriquece y mejora el proceso cognitivo. La razón es una herramienta para la interacción social. Argumentar lo es todo en el proceso de razonamiento interno y externo. Somos lentos, reflexivos y concienzudos a la hora de elaborar argumentos y exigentes y objetivos a la hora de evaluar los contrargumentos. Somos Homo argumentativus. Es el modo de evitar o corregir sesgos y mejorar la decisión final. Por eso la toma de decisiones en grupo es mejor que la individual, siempre y cuando se acepte la libre argumentación (en caso contrario el grupo solo polariza y fanatiza).

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco Razón, razones y sinrazón