Secciones
Servicios
Destacamos
Esta historia de cerdos resucitados da para mucho. Un grupo de neurocientíficos de Yale ha conseguido mantener durante 6 horas algunas funciones del cerebro de 32 cerdos decapitados y enganchados a un sistema de perfusión, corroborando lo que ya se había logrado en el diminuto ... encéfalo de ratones. La primera consecuencia importante es la oportunidad de trabajar sobre un tejido cerebral 'vivo' horas después de la muerte. Así se pueden catalogar las conexiones neuronales y profundizar en el conocimiento de la función neurológica y en los mecanismos que provocan enfermedades, como el alzhéimer. Puede ser un impulso para el proyecto conectoma humano, la iniciativa que pretende mapear los trillones de conexiones sinápticas que efectúan los 86.000 millones de neuronas que tenemos.
¿Cómo lo hicieron? Las neuronas necesitan como mínimo oxígeno y glucosa para vivir. El circuito de perfusión empleado estaba a temperatura ambiente y bombeaba una solución de hemoglobina, oxígeno, nutrientes y medicamentos neuroprotectores. Para comprobar el resultado, diseccionaron una parte del cerebro que contenía el hipocampo, la zona más sensible a la falta de oxígeno y la que más sufre los estragos del alzhéimer.
¿Y qué encontraron? Las neuronas y la glía (células de soporte que alimentan a las neuronas) estaban vascularizadas, conservadas y mantenían su función molecular y sináptica. Sin embargo, no se vieron signos de vida. No se apreciaron ondas cerebrales en el encefalograma ni signos de consciencia. Para que un cerebro funcione plenamente se requieren otros muchos elementos. En resumen, el cerebro estaba celularmente activo, pero no era un cerebro vivo. Esta conclusión tiene trascendencia para proyectos muy llamativos y publicitados, como el trasplante de cuerpo entero para personas con enfermedades incurables que no afectan la función cerebral. En sentido estricto no se efectuaría una decapitación, pero...Y, tal vez, en la controvertida criogenización del cerebro (congelarlo justo antes de morir a causa de una enfermedad incurable al día de hoy con la esperanza de que en unos años surja alguna terapia).
Además, la detección de un atisbo de conciencia hubiese tenido considerables implicaciones éticas, que se analizan en un artículo asociado a la publicación. Esto viene a cuento por experimentos en los que el cerebro de primates se modifica con genes humanos responsables del desarrollo cerebral, se crean primates transgénicos con algunos de los genes implicados en el origen del autismo o se utilizan como modelos los minicerebros obtenidos a partir de células madre. ¿La conciencia emanada de la actividad del cerebro de un primate con genes humanos es conciencia humana? ¿Es ético efectuar experimentos en minicerebros? ¿Tienen conciencia? Desde el punto de vista práctico, y si se demuestra que el proceso es seguro en personas vivas, esta investigación puede influir en el protocolo de resucitación cerebral. Y no debería alterar el concepto de muerte cerebral, que se declara cuando hay un cese irreversible de las funciones cerebrales y no solo de sus actividades celulares.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.