![En todos los rincones de Gipuzkoa](https://s3.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/202008/29/media/mercado-tolosA.jpg)
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a. lerate
Domingo, 30 de agosto 2020, 14:48
Gipuzkoa está cerca de echar el cierre a un verano de lo más atípico marcado por el Covid-19. Unos meses en los que muchos guipuzcoanos han optado por quedarse en casa y visitar rincones cercanos y en los que el turismo nacional ha 'salvado' en parte la temporada. Las agencias de turismo comarcales hacen un balance agridulce teniendo en cuenta los negros nubarrones que se avistaban en pleno confinamiento.
Desde Aduna hasta Mutriku. Desde Arrasate hasta Hondarribia. DV culmina hoy una serie de 85 reportajes dedicados a resaltar los atractivos turísticos de los pueblos y ciudades de Gipuzkoa. Con imágenes, información y datos prácticos, los lectores han podido descubrir o recordar esos rincones del territorio que están al alcance de la mano. Con ello, DV ha querido poner su granito de arena a fomentar el turismo de cercanía en un verano marcado por las limitaciones del Covid-19.
Goierri
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A punto de finalizar agosto, este ha sido un verano «muy atípico» en el Goierri. La pandemia ha dejado una «profunda huella», afirma Nicolás Osinalde, director de Goitur. Las oficinas de turismo han anotado, entre julio y agosto, «un descenso de un 34%». Agosto compensó la caída en picado registrada en julio. Un mes en que «la suspensión de la Ultratrail unido a los brotes de Ordizia, trajo numerosas cancelaciones». Realidad que en menor medida afectó a agosto especialmente «debido a la emergencia sanitaria», informa Juantxo Unanua. Respecto a las pernoctaciones, los hoteles con menos de doce habitaciones «han sido los más solicitados, han llegado a una ocupación del 85%». La otra cara de la moneda han sido los hoteles de mayor capacidad. La ocupación ha superado ligeramente el 50%. Los agroturismos han rozado «el 70%».
Osinalde subraya la mayor presencia del turista de casa, que no ha salido de Euskadi. De los procedentes de la península destaca «los de Madrid, Barcelona y Comunidad Valenciana, aunque este año se ha notado mayor presencia de los procedentes de las comunidades autónomas limítrofes como Aragón, Asturias o Castilla y León».
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Las visitas guiadas han sido de lo «más exitoso», siempre condicionadas por el límite de las 10 personas que marca la ley. Osinalde destacaba como «exitosas» las organizadas en Igartza sobre diferentes temas, y las realizadas en las queserías.
Bajo Deba
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El director del Hotel Unzaga, el más importante de Eibar, Andrés Guasch, resume el momento anímico y económico que su establecimiento está viviendo con la crisis del Covid. «Con la imagen de brotes que estamos dando no atraemos visitantes. Estamos parados», dice Guasch, que ve con preocupación el futuro que se abate sobre el sector. Su hotel está trabajando a un 20%. «Y lo peor van a ser los meses de otoño, si no se produce la llegada de jubilados del Imserso», añade.
En la ciudad armera se constata, a tenor de los muchos coches estacionados, que muchos eibarreses han preferido realizar visitas diarias a la costa, informa Ander Salegi.
En Deba, el turismo también ha descendido a causa de la pandemia. No obstante, los franceses son los turistas extranjeros que más visitan la localidad, pero en general lejos de las cifras de los últimos años. La mayoría de los turistas que acuden a Deba lo hacen atraídos por el Flysch, el Geoparkea de la Costa Vasca, dentro de tres franjas: el turismo nacional, el internacional y el local. A pesar de que la mayoría de los turistas que visitan Deba lo hacen por recorrer la etapa del flysch entre Deba y Zumaia, son muchos los visitantes que disfrutan de los pequeños tesoros que esconde la villa debarra, como por ejemplo la iglesia de Santa María, una de las más majestuosas de Gipuzkoa y considerada joya del gótico vasco, que cuenta con un magnífico pórtico policromado y el claustro, construido en el siglo XVI, el más antiguo de Gipuzkoa.
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Los guipuzcoanos han sido los que más han visitado Deba durante este periodo estival, 1.107 personas, seguidos por los vizcaínos 276, y en último lugar los alaveses, con 165 visitantes. La localidad debarra solo cuenta con un alojamiento en el casco urbano, la pensión Zumardi. «Ha sido un verano de mucha incertidumbre, muchas reservas y cancelaciones. Hemos trabajado menos que otros años, pero hemos trabajado. Sobre todo hemos acogido a turismo nacional, poca gente del extranjero y han predominado las estancias cortas».
Tolosaldea
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En un verano tan atípico y tan sujeto a interrogantes, Tolosaldea ha querido postularse como un lugar seguro para atraer a los visitantes y el primer balance, a falta de concretar datos, es positivo, informa Juanma Goñi. El sector de la restauración está contento y, en general, afirma estar trabajando «muy bien». En el alojamiento están funcionando muy bien las casas enteras o apartamentos, aunque ha costado más vender las habitaciones. La ocupación está rondando el 50%. Por procedencia, ha destacado la llegada de turistas madrileños, catalanes y franceses. Muy pocos extranjeros, eso sí, en comparación con años precedentes.
La Oficina de turismo de Tolosa y el punto de información de Txindokiko Itzala en Abaltzisketa recibieron a 2.223 personas en julio, lo que ha supuesto sólo un descenso asumible del 9% con relación al año pasado. Tolosaldea ha elaborado para este verano una oferta gastronómica especial, con 'paquetes turísticos' que permiten conocer de cerca productos locales como el dulce, la alubia, la piparra, la carne de cerdo, los lácteos, la sidra o el txakoli. El turista puede así conocer de primera mano cómo se cultivan la alubia o el txakoli; también tiene la oportunidad de acercarse a caseríos de la zona para asistir en directo a la producción de lácteos o conocer la raza del cerdo vasco.
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Por lo tanto, teniendo en cuenta la situación, la valoración del verano es positiva, según apuntan desde la agencia turística comarcal de 'Tolosaldea Garatzen'. La gran incógnita está ahora en el otoño. Hasta ahora, septiembre solía estar reservado, pero ahora las reservas se realizan a muy corto plazo y las cancelaciones son constantes.
Alto Deba
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El turismo «de paso» se ha reducido al mínimo en Debagoiena y los visitantes extranjeros prácticamente han desaparecido de la comarca del Alto Deba, informa Kepa Oliden. La ocupación hotelera en Arrasate ha acusado el golpe del azote del coronavirus y los dos establecimientos de la localidad coincidían en calificar de «mala» la temporada estival.
Madrileños y catalanes, principalmente, han sido los contados visitantes que este verano han buscado alojamiento en Arrasate, habitualmente durante estancias cortas de 1 o 2 noches. «Vienen más que nada por la centralidad geográfica de Mondragón como punto de partida para realizar visitas a otros puntos de Euskadi», señalan desde el Hotel Mondragón.
Las capitales vascas, la costa pero también Elorrio, Bergara u Oñati, conocida como la 'Toledo del País Vasco', figuran en el menú de las salidas que acostumbran a hacer los pocos turistas que recalan en Arrasate.
El progresivo incremento del turismo de paso experimentado en los últimos años se ha desplomado a causa del coronavirus. «Al principio de la campaña teníamos bastantes reservas pero luego se han precipitado las cancelaciones, unas por miedo y otras también por casos familiares positivos», cuentan desde el Hotel Arrasate. Este céntrico establecimiento ha conseguido salvar a duras penas una campaña veraniega «lamentable», gracias a los «viajeros profesionales como el personal técnico de las obras del Tren de Alta Velocidad y trabajadores de mantenimiento que vienen a las empresas locales».
Costa Urola
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A punto de despedir el mes de agosto, hay sensación de verano extraño en Zarautz y Costa Urola, sin la alegría de temporadas estivales anteriores, con mucho turismo del territorio y de Euskadi, aunque también con presencia, sobre todo, de turistas madrileños y catalanes. Por contra, los turistas extranjeros apenas se han dejado ver, se les ha echado de menos. La situación que se vive la pandemia ha hecho mella, con menos visitantes que estos últimos veranos, que unido a las restricciones impuestas, lo han sufrido sobre todo en la hostelería. Algunos pocos han trabajado bien, pero la gran mayoría se quejan de «que no se les ha dejado trabajar» en una época que generalmente suele ser de ahorrar para luego 'aguantar' el invierno. Se palpa tristura entre buena parte de los hosteleros, informa Antxon Etxeberria.
A falta de una valoración más global con los datos completos del verano, la directora de la Oficina de Turismo de Zarautz, Esther Facchín, destaca que «las consultas presenciales han bajado un 30% este verano en la oficina, pero, las consultas telefónicas se han duplicado, con la gente preguntando sobre la seguridad sanitaria en Zarautz y comarca, sobre el aforo de la playa, por el alojamiento…» En este sentido, los alojamientos han tenido un alto porcentaje de habitaciones ocupadas, sobre todo en las semanas centrales de este mes de agosto, aunque hay alguno que ha decidió no abrir después de la pandemia, como es el caso del Hotel Zarautz.
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