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El aumento de positivos en las residencias de Gipuzkoa y la expansión del virus, que ha llegado a más centros que en la primera ola, ... ha llevado a Mila, de Donostia, a sacar a su hermano de Txara II, residencia donde es usuario por su «dependencia severa». El pasado 23 de octubre decidió «llevarle a casa para quince días», pero tras ver que los contagios «no hacían más que crecer» –en estos momentos este recurso tiene 11 infectados y ayer falleció un residente– ha optado por alargar su estancia fuera del centro. Va a hacer un mes que su hermano, de 65 años, reside con ella en su casa. «Es más trabajo para mí, pero lo hago porque me sale del corazón, no puedo dejar que esté encerrado en su habitación todos los días», defiende.
Su idea es cuidar de su hermano «hasta que la situación se calme. Necesita atención diaria, moverse, estar activo, tener un espacio amplio... Y ahora no tiene eso en la residencia». Con el plan de contingencia para frenar al virus «no salía de su cuarto y eso no generaba más que malhumor en él. Ahora está feliz, no tiene nada que ver a cómo salió en octubre», explica.
Entiende que la situación es «complicada» de gestionar, pero pide «más atención y de mayor calidad» a las residencias, sobre todo desde que le pidieron abonar el 75% de la plaza de su hermano para que se la guardaran, es decir, como en una situación normal fuera de la pandemia. «No lo entiendo, es una habitación que ya están utilizando. Hay otra persona en ella y dentro están todas las cosas de él»; se lamenta. «Necesito ese dinero para cubrir sus gastos en casa y alimentarle, entre otras cosas».
Al parecer, Mila tramitó la solicitud directamente con el centro, y tras recibir esa respuesta «vergonzosa» decidió poner una queja por escrito a la Diputación de Gipuzkoa, que llegó precisamente ayer. Tras analizar la situación, desde el Ejecutivo foral explicaron que continúan «con las excepciones aplicadas durante el primer estado de alarma», por lo que «a las personas que soliciten regresar al domicilio temporalmente de los centros residenciales, no se les cobrará la plaza. Se les darán las ayudas técnicas pertinentes y recibirá la prestación económica correspondiente».
Para evitar contratiempos, se recomienda realizar el trámite mediante la Diputación. «En el caso de la persona residente en Txara II, ha tramitado la solicitud directamente con el centro y este ha aplicado lo expuesto en el decreto vigente», exponen fuentes del departamento de Política Social, que aseguran que ya se han puesto en contacto con el familiar para solucionar el malentendido.
En el primer estado de alarma alrededor de una veintena de residentes solicitaron abandonar el centro y volver al domicilio familiar durante un tiempo.
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