![«Le perdono por la muerte de mi hermano, sé que no lo hizo queriendo»](https://s1.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/2024/05/21/kamikaze-U190482941651pWH-U220211604596aWD-1200x840@Diario%20Vasco-DiarioVasco.jpg)
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«Estoy segura de que no lo hizo queriendo, y eso que el fallecido era mi hermano. Esa es la verdad y no hay otra», declaró este martes la hermana de Souhail Bermidel, uno de los dos fallecidos en el accidente provocado por el kamikaze ... en 2017 a la altura de Usurbil tras conducir durante 8,5 kilómetros en dirección contraria por la AP-8. El siniestro, saldado con dos muertes y ocho heridos, se produjo la madrugada del 11 de febrero después de que el vehículo que conducía el acusado, un Opel Astra con seis tripulantes a bordo, chocase contra una ambulancia en la que viajaban cuatro sanitarios.
Para el investigado, que tenía 28 años cuando se produjeron los hechos, la Fiscalía pide 14 años de prisión como autor de dos delitos de homicidio con dolo eventual, un delito contra la seguridad vial en su modalidad de conducción temeraria con grave y manifiesto desprecio a la vida de las personas y dos delitos de lesiones.
El testimonio de la hermana de uno de los fallecidos marcó la tercera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia de Gipuzkoa. A preguntas del Ministerio Público, la allegada Souhail reconoció que el procesado «vino a mi casa dos veces a pedirnos perdón y nos dijo que había sido un error. Tanto mi familia como yo le hemos perdonado», añadió. «Le conocemos bien y sabemos que es una persona formal», reiteró en varias ocasiones.
Por su parte, uno de los agentes de la Ertzaintza que realizó la primera actuación tras el accidente manifestó que el hombre condujo «de forma temeraria y errática pero consciente de que iba en dirección contraria». En su comparecencia en la sala, el ertzaina explicó que el conductor «no sabía ni por dónde ni hacia dónde iba» y que los ocupantes del Opel Astra «iban mal sentados». «Era todo un desastre», destacó después de reafirmar que las dos personas fallecidas circulaban sin cinturón de seguridad.
El agente de la Policía vasca relató a su vez que el autor de los hechos confesó a un compañero suyo ser «consciente de que se había equivocado», después de circular durante 8,5 kilómetros en sentido contrario «ajeno a cualquier instinto». En palabras del ertzaina, a las 06.20 horas de la mañana de aquel 11 de febrero «empezaba a amanecer, no había niebla y el asfalto estaba seco». En definitiva, «no había ningún problema para circular y la visibilidad era buena», destacó.
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Iñigo Villamía
Todo empezó en la rotonda Europa de El Antiguo, en Donostia, después de que el investigado se saltase la salida que debía dirigirle a Bilbao, municipio en el que residían los seis ocupantes del vehículo. Venían de pasar una noche de fiesta en la capital guipuzcoana y la mayoría iban dormidos. En el kilómetro 19, expresó el agente, el coche accedió a la AP-8 en dirección contraria sentido Behobia-Francia, donde se cruzó con un total de seis vehículos (tres camiones, un autobús, un tráiler y un vehículo de mantenimiento de la autopista) tras atravesar con anterioridad varios túneles y puentes hasta llegar a la confluencia con la GI-20 en el kilómetro 27,5 dirección San Sebastián, lugar en el que se produjo el choque.
Preguntado por el momento en el que se cometió la infracción, el agente narró que el procesado «obvió dos señales verticales que indicaban claramente la prohibición del paso, isletas y balizas» e insistió en que, a la altura del kilómetro 22, «pudo haberse parado en una estación de servicio para dar la vuelta, pero no lo hizo». Cabe recordar que en las pruebas de alcoholemia y drogas realizadas tras el siniestro arrojó resultado negativo. Fue detenido pero tras prestar declaración fue puesto en libertad provisional con cargos.
Un segundo agente de la Ertzaintza, testigo de lo sucedido, aportó más detalles sobre la trayectoria que siguió el Opel Astra y confirmó que el imputado condujo «sin ningún tipo de reacción» y que «esquivó un camión» antes de producirse el fatal desenlace. Según su versión, al realizar la maniobra por la AP-8, el infractor iba conduciendo por el carril central (había tres), si bien después se pasó al derecho, equivalente al izquierdo de la dirección correcta de la circulación.
Asimismo, a lo largo de su discurso, este otro ertzaina puso el foco en el coche de mantenimiento, que trató de alertar sin éxito al acusado de la infracción que estaba cometiendo. «En los 31 segundos después de darle las largas, iluminarle con una linterna y tocarle el claxon para que se percatase de la circunstancia, él no hizo ninguna maniobra hasta que se chocó».
Al igual que el lunes, todas las partes reconocieron que a lo largo del recorrido el kamikaze mantuvo una velocidad media entre los 80 y los 98 kilómetros por hora, una cifra permitida en la autopista. El juicio finalizará hoy con las declaraciones de más testigos y la práctica de las últimas pruebas periciales y documentales antes de pasar a los informes y las conclusiones definitivas. Será mañana cuando el jurado popular obtenga el objeto de veredicto para deliberar.
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