La marcha contra el racismo y la xenofobia ha estado encabezada por una batukada.

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La marcha contra el racismo y la xenofobia ha estado encabezada por una batukada. Fotos Jose Mari López

Una marcha reivindica que «la seguridad no puede ser una excusa para el racismo»

Varios centenares de personas participaron en la manifestación anual contra la xenofobia que convocan las ONG guipuzcoanas

Domingo, 23 de marzo 2025, 17:23

La ruta entre Trintxerpe y Alderdi Eder en Donostia ha vuelto a convertirse un año más en un camino contra el racismo y la xenofobia. ... Varios cientos de personas se han sumado hoy a la marcha que anualmente convocan Sos Racismo Gipuzkoa, Medicus Mundi y la coordinadora de ONGD de Euskadi. Pancartas y carteles con frases como 'Zubia bai, Harresiak ez', 'No a las fronteras ' o 'Nor ez da legala?' salpicaban la columna que ha salido este mediodía del distrito pasaitarra.

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La marcha ha concluido con una concentración en Alderdi Eder.

En esta ocasión se abogaba por defender la seguridad de los migrantes en los barrios, que no vivan bajo la amenaza del desalojo, como ha sucedido hace pocos días en Manteo, donde un asentamiento fue desmantelado por parte de la Guardia Municipal donostiarra y la Ertzaintza. Varias de las personas que se habían instalado ahí, procedentes de distintos países del continente africano, han acudido a la manifestación, pero han preferido no hablar «para no tener más problemas».

«No dicen que los desalojados de Manteo tenían una ikurriña y un corazón al lado en la pared»

Isabel Querejeta

Cooperante

Sí lo ha hecho en su lugar Isabel Querejeta, veterana docente que hasta hace un año impartía clases en Formación Profesional y desde que se jubiló «he conectado con este grupo de jóvenes que han venido de muy lejos. He visto lo mal que les tratan y me han conquistado».

Esta cercanía le permite a Querejeta, que es una firme defensora de las cenas solidarias, asegurar que «estos desalojados solo quieren tener un trabajo. Es su ambición, su sueño y su derecho. Están aprendiendo castellano en las EPA y muchos luego pasan al euskera. Aquellos que los han desalojado no han dicho que en la pared tenían una ikurriña con un corazón al lado. Decían que era su casa y era donde querían volver. Son nuestra gente y también son donostiarras».

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«En el autobús una señora me llamó negro de mierda. Lo de mierda me dolió mucho»

Mustafa Gueye

Senegal

Desde SOS Racismo Gipuzkoa han denunciado «la política vejatoria de despojar de sus poquísimas pertenencias a quien nada tiene» y denuncian que «se ha despojado» al grupo de migrantes que estaban en Manteo de «un humilde techo que les proporcionaba una tienda de campaña, fruto también del aporte solidario».

Derechos de la ciudadanía

Desde la organización han recordado a los asistentes a la manifestación y a las instituciones, con especial incidencia en el Ayuntamiento donostiarra, que «la seguridad no es una excusa para el racismo» y han exigido «¡barrios seguros para todos los que vivimos en esta ciudad!». En ese 'para todos' incluyen a los jóvenes que «se sienten inseguros ante la sola visión de la policía. Policía que debería estar protegiendo los derechos de toda la ciudadanía, no haciéndolo en función del color de la piel o el origen de nadie».

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«Buscábamos seguridad, aunque hay veces que notas que no eres parte de la comunidad»

Magnolia Vivas

Colombia

Mustafa Gueye llegó hace un año y tres meses a Donostia desde Senegal, donde era marinero. No tiene papeles de residencia y se encuentra en proceso de petición de asilo. De momento no trabaja y se dedica a aprender castellano «para integrarme mejor». Asegura que por lo general «aquí la gente es amable», aunque sí ha sufrido algún caso de claro racismo. El que más recuerda sucedió en un autobús: «No sabía muy bien cómo ir a una dirección y el chófer me dijo que me sentara delante para avisarme cuándo tenía que bajar. Una señora que estaba al lado empezó a llamarme negro de mierda. Lo de mierda me dolió mucho».

La colombiana Magnolia Vivas, ama de casa y trabajadora en hostelería, y su hijo Juan Martín han portado una de las pancartas de la manifestación. Llegaron hace tres años de Colombia, de donde salieron «buscando seguridad para los niños y aquí teníamos familia. Ahora podemos estar en la calle sin miedo, pero hay veces que te das cuenta de que no eres parte de la comunidad, por ejemplo por las condiciones laborales diferentes».

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«Hay que recordar a las personas con malos espíritus que todos somos inmigrantes»

Gabi Grueso

Colombia

Gabi Grueso también abandonó Colombia, en su caso hace 23 años. Se encuentra totalmente integrada, pero no ha dudado en participar en la marcha porque «hay que recordar a las personas con malos espíritus que todos so

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