JORGE F. MENDIOLA
SAN SEBASTIÁN.
Lunes, 1 de octubre 2018, 07:40
Berio quiere que su voz sea escuchada y sus demandas, atendidas. Con esta misión, un grupo de vecinos ha decidido organizarse para crear una asociación que defienda sus intereses en el Ayuntamiento, dado que las quejas y reclamaciones a título individual realizadas hasta ahora no han surtido el efecto deseado.
Publicidad
Según recuerda el presidente de la asociación Beribizi, Juanan Mentxaka, el barrio tuvo su origen en 1992, cuando hacia el mes de abril que aquel año empezaron a ocuparse las primeras viviendas. Han transcurrido 26 años y la población residente, en su mayoría y por aquella época parejas jóvenes con hijos pequeños, ha envejecido y sus necesidades han cambiado.
Al ser Berio un barrio residencial atravesado por una cuesta, la comunicación entre vecinos es «escasa» porque no hay prácticamente ninguna zona común para hacer vida social. Funcionan un par de bares en los que la gente se reúne y luego está la piscina, que es donde realmente los padres han estrechado lazos al llevar a sus niños a aprender a nadar. «La piscina ha sido el gran aglutinador», asegura Mentxaka.
El que fuera jugador de la Real explica que Berio «no ha envejecido mal», aunque ya tiene más de un cuarto de siglo a sus espaldas y está «dejado de la mano del Ayuntamiento». «En su día el barrio nació con unas expectativas altas, pero no se ha hecho ninguna actuación municipal de calado desde entonces y por eso unos cuantos valientes hemos creado la asociación de vecinos, para intentar mejorar la vida del mismo», argumenta.
La asociación Beribizi se constituyó el pasado año ante el Gobierno Vasco y el propio Ayuntamiento, que cuenta con un canal de comunicación «efectivo» que es el departamento de Participación Ciudadana, que nombra un tutor que mantiene el contacto con la asociación. «Eso se agradece mucho porque somos noveles», confiesa.
Publicidad
El problema principal de Berio, el más visible, es conocido: las autocaravanas. Ahora, con mosquito tigre incorporado. En Berio existe un parking regulado para este tipo de vehículos, pero Mentxaka no cree que este sea «el lugar adecuado, entre viviendas». «Las autocaravanas deben tener su espacio en la ciudad, pero no cerca de edificios residenciales. Es una actividad que se asemeja al camping y en Oriamendi, donde se proyectaba otro parking, o Igeldo estarían mejor». A juicio del presidente de la asociación, las autocaravanas que estacionan fuera del recinto delimitado suponen un «problema gordo» que tiene dos vertientes. Por un lado, el peligro viario que estos vehículos representan para coches y motos, ya que por su tamaño sobresalen de las plazas en batería e invaden la calzada. «Por otro -continúa Mentxaka-, muchas veces tienen la puerta abierta y al pasar puedes ver lo que ocurre en el interior. Además, la gente sale fuera a comer e incluso hace sus necesidades en la calle. No son cosas agradables a la vista».
Otro déficit cuya solución se considera «prioritaria» son las aceras. La constructora apostó en su día por una baldosas blancas y rojas tan bonitas como deslizantes. Y Donostia es una ciudad donde llueve cerca de 200 días al año, por lo que las dificultades que encuentran los peatones en sus desplazamientos son continuas. «Con el paso de los años, el pavimento resbala y para las personas mayores es un riesgo enorme. Cuando llueve, solo se puede bajar por las baldosas más oscuras. El resto, patina», advierte Mentxaka, quien también muestra su preocupación por la falta de seguridad vial.
Publicidad
«Nos atraviesa una calle de doble sentido en cuesta y en muchas ocasiones se superan los límites de velocidad. Los aparcamientos son en batería y cuando sales con el coche no hay visibilidad, por lo que con el tráfico bajando a esa velocidad puede pasar algo gordo», subraya.
En mitad del paseo de Berio está el acceso al campo de fútbol municipal, punto que cuando hay entrenamientos o partidos se llena de coches mal estacionados o subidos en la acera para recoger a los chavales. Estos padres «tapan la visión y, de hecho, ya ha habido más de un accidente», cuenta Mentxaka, quien pone el foco sobre otras deficiencias detectadas en el barrio como el mantenimiento y la limpieza. Según detalla, las aceras podrían barrerse «con frecuencia» y hay zonas en las que la iluminación es «insuficiente y se generan puntos críticos». Desde Beribizi también echan en falta alguna campaña de poda.
Publicidad
«La sensación general en el barrio es de abandono», lamenta el presidente de la asociación, quien confía en que sus demandas lleguen al fin a oídos de los responsables de Ijentea porque el grupo tiene «más fuerza» que un individuo solo. «Son déficits que creemos se pueden resolver y así se lo haremos saber al Ayuntamiento», concluye.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Pillado en la A-1 drogado, con un arma y con más de 39.000 euros
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.