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Esta mañana ha tenido lugar la última jornada del juicio del tatuador de Donostia acusado de abusar sexualmente de más de una decena de clientas. Una jornada muy esperada porque además de varios testigos era el turno del acusado para declarar, quien al inicio del procedimiento solicitó hacerlo en último lugar. Jack Estrada ha negado todos los hechos que se le imputan y ha asegurado que «todo está organizado» por un antiguo socio que le quería «quitar del medio» del negocio de los tatuajes.
El acusado, en prisión desde febrero del año pasado, ha declarado durante casi dos horas ante la sala que «no soy un monstruo ni un sádico sexual» y ha asegurado que todas las acusaciones vertidas por las denunciantes «son falsas». Estrada se ha sometido al interrogatorio del Ministerio Fiscal y de los dos abogados de la acusación particular y ha negado cualquier «tocamiento» y ha asegurado que «nunca» ha tenido «comportamientos inapropiados con mis clientas». Asimismo, ha insistido que todo ha sido «orquestado» por un antiguo socio, que también ha comparecido como testigo en el caso.
En la jornada también han declarado tres testigos, una de ellas denunciante y quien fuera compañera de trabajo del acusado en una escuela de tatuaje de Donostia. La mujer afirma que en una ocasión Estrada «cogió mi mano y me la puso sobre su miembro» y asegura que en una ocasión se desnudó delante de ella y le pidió opinión sobre el tamaño de su pene. Además afirma que el acusado insistía en tener relaciones sexuales con ella, a lo que ella se negaba, y que en una ocasión le tocó «un pecho».
Por otro lado, ha declarado el director de la escuela de tatuaje en la que el acusado impartía clases. Este ha explicado que tuvo conocimiento de que Estrada tuvo «un comportamiento inapropiado de seducción e insinuación» con una alumna. Posteriormente declaró también la amiga de la mujer que denunció los abusos sufridos a través de las redes sociales, quien ha relatado lo que sucedió el día que acompañó a su amiga a hacerse un tatuaje y fue presuntamente abusada. «Cuando salió estaba temblando y nos dijo 'vámonos de aquí'. Nos contó que le había realizado tocamientos impropios y que lo había pasado muy mal», ha explicado.
En la vista también se ha visionado la declaración de una de las denunciantes que no ha podido acudir por encontrarse en el extranjero. Esta explica en su relato que conoció al acusado cuando fue a venderle un producto como comercial y que después quiso hacerse un tatuaje. «Me sentí manoseada, intentaba agarrarme los glúteos y el tatuaje era en la cadera. En la última sesión me tocó un pecho y me dijo que quería comprobar si eran operados o de verdad», afirmó. Jack Estrada ha negado estas y todas las acusaciones recibidas.
La Fiscalía, que pedía 20 años de cárcel por 14 delitos, de los que cuatro son agresiones sexuales, ha elevado sus peticiones en ocho de las acusaciones, por lo que las penas solicitadas llegan casi a los 30 años de prisión. Las acusaciones particulares de dos de las victimas han solicitado 5 años de prisión cada una por sendos delitos de agresión sexual, y otros cinco una de ellas por un delito contra la intimidad. La defensa ha pedido la absolución. El juicio ha quedado visto para sentencia.
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