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Sin tienda en el pueblo

Sin tienda en el pueblo

Unos 5.000 vecinos de 18 municipios de Gipuzkoa de menos de 500 habitantes se tienen que mover a otra localidad para comprar productos básicos

Domingo, 24 de septiembre 2023, 02:00

Panaderos, pescaderos, fruteros... nutren de productos básicos a los vecinos de los pueblos más pequeños de Gipuzkoa. Se acercan con sus furgonetas a los municipios donde no existe ni siquiera un solo establecimiento donde adquirir lo necesario para el día a día. Según el último informe del Observatorio del Comercio de Euskadi, 18 municipios con menos de medio millar de habitantes de Gipuzkoa no tienen una tienda al lado de casa. Lo que se traduce en que los vecinos de estos pueblos no pueden comprar productos básicos para su alimentación o higiene, por lo que deben desplazarse para adquirir lo necesario o esperar la llegada de repartidores.

Las 18 localidades guipuzcoanas con menos de medio millar de habitantes que carecen de comercios minoristas son: Abaltzis-keta (309 habitantes), Albiztur (316), Alkiza (357), Altzaga (178), Altzo (428), Baliarrain (152), Beizama (136), Elduain (247), Gabiria (503), Gaintza (128), Gaztelu (173), Ikaztegieta (483), Larraul (258), Leaburu (385), Mutiloa (259), Orendain (246), Orexa (114) y Zerain (276). Ezkio-Itsaso, con 609 residentes, cuenta con una tienda. En total, son 4.948 guipuzcoanos los que no tienen un establecimiento cerca. Esta es la lista oficial, pero pueden existir excepciones, como en Abaltzisketa o Gabiria, donde se venden productos básicos en un área específica de un bar, o en el caso de Orexa, donde cuentan con un espacio en el ostatu con productos especializados. No son los únicos casos de Tolosaldea o Goierri, donde se concentran el mayor número de municipios de menos de mil habitantes.

Espacios adaptados

Desde Goimen, la asociación de desarrollo rural de Goierri, Ane Urkia destaca que «aunque es difícil generalizar, la mayoría de los municipios de Goierri cuenta con establecimientos pequeños y diversificados. En muchos casos una zona del ostatu es adaptada o reorganizada para acoger diversos productos (artesanía, productos de temporada, productos de uso cotidiano, etc.), tanto para atender a los vecinos en momentos puntuales como para ofrecer productos locales a visitantes o turistas».

Durante la pandemia, estos puntos de compra fueron «espacios de mucho interés y movimiento, ya que no se podía o no era recomendable salir del pueblo. Ha sido difícil mantener esa necesidad una vez terminada la pandemia, pero son espacios que han sabido trascender y muestran resiliencia ante los cambios tan repentinos que vivimos en la sociedad actualmente. Gabiria es uno de los ejemplos en la comarca de Goierri donde mantienen un espacio de tienda dentro del ostatu».

La vuelta a la normalidad ha hecho entender que «el futuro puede presentarse incierto en varios aspectos, pero creemos que un punto de esperanza para este tipo de establecimientos puede ser el turismo, ya que permite dar servicio al visitante ofreciendo producto local, y al mismo tiempo dando servicio a los vecinos, creando un punto de referencia para encontrarse y conectar en el pueblo». Urkia, técnico de Goimen, entiende «estos establecimientos como espacios de oportunidad que pueden mejorar la competitividad, sostenibilidad y diversificación de la economía rural».

Según los datos comparados con los recogidos en 2022, en Gipuzkoa existían 7.914 establecimientos minoristas, 162 menos que en 2021, año en el que se contabilizaron 8.076. Datos que reflejan un descenso continuado de los pequeños comercios los últimos años, ya que en 2018 existían 8.893. Las cifras varían poco un año más tarde, ya que en el año 2019 se perdieron algo más de 200, y en 2020 la caída fue más pronunciada, al registrarse un descenso de 443. Fue el primer año de la pandemia, con confinamiento incluido, y golpeó con fuerza a todos los sectores económicos.

Además, el mencionado informe plasma la distribución del comercio y recoge que el pasado año en Euskadi existían 35.890 establecimientos comerciales divididos entre 25.701 minoristas y 10.189 mayoristas. En Gipuzkoa, 8.929 correspondían al primer caso (73,45%) y 3.228 (26,55%) al segundo. En Bizkaia la tasa fue de 13.406 (70,61%) y de 5.579 (29,39%), respectivamente, y en Álava, de 3.366 (70,89%) y de 1.382 (29,11%).

Falta de relevo generacional

El futuro de los comercios en los pueblos pequeños es incierto. Su viabilidad es más que cuestionable según los expertos, pero hay quien apuesta por subir a diario la persiana y ve recompensado su esfuerzo con la respuesta fiel de sus clientes.

El cierre de comercios en Gipuzkoa es más que conocido en los pueblos pequeños del territorio. Tolosaldea y Goierri son dos de las comarcas con mayor número de municipios con una población inferior a 500 habitantes. En muchos de ellos, solo existe un bar u ostatu municipal que, además de su función de taberna, cuenta con un lugar destinado a albergar un espacio con los productos básico o típicos de la zona.

Imanol Olano, técnico de Tolomendi, la asociación de desarrollo local de Tolosaldea, realizó hace diez años un estudio en los municipios de la comarca que dejaban una radiografía clara en la que su cierre y desaparición destacaban tristemente. «Poco a poco han ido cerrando y los que quedan lo harán en breve, ya que la edad media de esas personas ronda la jubilación en estos momentos y no hay relevo generacional». Aunque no se puede generalizar, la técnico de Goimen destaca que abrir una tienda o negocio en un pueblo pequeño «puede ser una oportunidad para diversificar y mantener otras actividades en zona rural. Por ejemplo, en Itsaso están trabajando en un proyecto para acondicionar un espacio para la venta de productos básicos y locales».

Es remarcable que el acondicionamiento ha sido subvencionado por el fondo europeo Next Generation, dentro de la línea 'mercados rurales sostenibles', con el objetivo de apoyar la implementación, modernización y fomento de la actividad comercial en zonas rurales».

Destacan, además, que «es un buen ejemplo de cómo partiendo de una necesidad que manifestó la ciudadanía, junto con el apoyo de la administración, en este caso del ayuntamiento, se pueden dar pasos para superar las necesidades y crear un entorno rural habitable y sostenible».

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