![Iñaki Olasagasti e Iñaki Tina ayer en un parque de San Sebastián.](https://s3.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/2024/03/02/accidente-belagua-kJyB--1200x840@Diario%20Vasco.jpg)
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La emoción y la tristeza se mezclan en el relato de Iñaki Olasagasti e Iñaki Tina al rememorar el trágico suceso que hace cuarenta años protagonizaron junto a sus amigos Jon, José María, Alberto, Juan Luis e Imanol. Los siete donostiarras, que rondaban los 21 años, acudieron a Isaba con el propósito de disfrutar de una salida de montaña con nieve en el entorno de la venta de Juan Pinto, aunque jamás se imaginaron que aquel día vivirían un episodio que acabaría en tragedia y con las vidas de Jon, Imanol y Alberto. El 3 de marzo de 1984 un violento alud arrastró a los siete jóvenes de San Sebastián en Isaba. Kilos y kilos de nieve, troncos y piedras cayeron por la ladera que los donostiarras iban atravesando de manera ascendente en una jornada invernal con abundante niebla.
Los siete montañeros habían llegado en un autobús de La Roncalesa a Isaba. Querían disfrutar de un fin de semana en la montaña, por la zona de Belagua, y emprendieron la marcha temprano. Tras desestimar la vía del Lakora debido al mal tiempo, optaron por caminar desde la cabaña hacia Lakartxela. Sobre las 10.00 horas se produjo el fatal suceso a su paso por el collado de Arrakogoiti, a unos 6 kilómetros de Isaba, cuando se rompió una cornisa. Iñaki Olasagasti recuerda que «cumplíamos las normas de distancia y todo iba bien, hasta que nos paramos porque alguien había perdido un guante y nos juntamos un poco. Enseguida escuchamos un ruido y nos dimos cuenta del alud». Olasa y Tina, como se llaman entre ellos, recuerdan que «todo transcurrió rápidamente». No tuvieron apenas tiempo de reacción y quedaron en manos de la suerte.
«Estábamos muy cerca de la carretera y tras el enorme caos inicial, Juan Luis fue el que bajó lo antes que pudo a la venta de Juan Pito, donde se movilizaron para rescatarnos. De camino se encontró con un camión quitanieves de la Diputación de Navarra que alertó del suceso a los soldados del batallón de esquiadores y escaladores, a miembros de la Cruz Roja, bomberos,... que se pusieron en marcha inmediatamente y entre soldados, guardias civiles y vecinos de Isaba nos lograron rescatar y trasladar a la venta», recuerda Iñaki Olasagasti. Los heridos fueron posteriormente trasladados al Hospital de Pamplona. El donostiarra salvó la vida «gracias a unos árboles. Era el primero de todos y aunque el alud me golpeó contra un árbol, después quedé entre unos árboles delgados que frenaron mi caída. Fue cuestión de suerte, porque a un metro bajaba toda la nieve, los troncos de árboles, piedras,... Me rompí un hueso de la pierna, pero nada de gravedad. Juan Luis estaba a escasos metros de mí y era el que mejor se encontraba en cuanto a fracturas y heridas se refiere y el que dio el aviso del accidente».
Tras tomar aire, tranquilo pero muy emocionado, Tina retoma el relato del accidente. Cuenta que el alud le llevó «como una ola. Recuerdo perfectamente que iba surfeando. Mientras bajaba se pudieron escuchar como un par de golpes fuertes y me agarré a un resquicio que se abrió en la capa del suelo. Mientras seguía cayendo la nieve hasta que me tapó todo el cuerpo, menos la cabeza, que logré que quedara fuera del montón de nieve que me cubrió, estirando el cuello todo lo que pude. Así conseguí sobrevivir», relata Tina mientras la emoción de rememorar el suceso le desborda.
«Yo estaba solo», continúa, «no oía ni veía nada ni a nadie. Solo veía una ladera en frente, a pocos metros estaba el barranco por el que había avanzado el alud». De repente, «recuerdo que apareció Alberto y cuando le llamé se quedó a mi lado. Creo que me escuchó y se detuvo y se tendió en el suelo, donde se quedó inmóvil, estaba gravemente herido. Yo no podía hacer nada para ayudarle porque la nieve tapaba todo mi cuerpo de cuello para abajo». Tina recuerda que en esos momentos «no sentía frío porque íbamos bien equipados y yo llevaba una prenda impermeable que utilizan los paracaidistas y me mantenía caliente». El donostiarra reconoce que «en esos momentos solo tenía una preocupación, que la nieve no me tapara la cabeza porque sabía que si no, estaba perdido y cada vez que caía un copo de nieve sobre la cara intentaba quitármelo. Porque yo sabía que iba a morir tapado por la nieve que se iba a ir acumulando, mientras veía cómo empezaba a nevar. No dejaba de gritar 'estoy aquí, estoy aquí'». El relato de Iñaki es muy duro y recuerda que «escuchaba gente cerca, pero no me ayudaba nadie. Habían visto a Alberto, pero a mí no. Reconozco que estaba muy enfadado. No me merecía morir así y se me hizo eterno hasta que alguien se dio cuenta de que estaba allí y comenzaron a sacarme».
El silencio absoluto se adueña durante unos segundos de la entrevista. Después de recomponerse, el donostiarra continúa recordando que tras cuatro largas horas, los miembros del equipo de rescate le «sacaron» de la nieve. «A continuación me llevaron a Isaba. Allí me dieron un café con leche y esperamos allí, en una de las casas que nos acogieron». Continúa Iñaki Olasagasti relatando su traslado en camilla hasta la venta de Juan Pinto, «porque fue imposible sacarme en helicóptero. Había unas ráfagas de viento increíbles y era imposible». No fue fácil el rescate de ninguno de los donostiarras. «Lo más duro fue saber que no podían sacar a Jon y, de hecho, no pudieron recuperar su cuerpo hasta el día siguiente».
Iñaki Olasagasti
Mendizale rescatado
Iñaki Tina
Mendizale rescatado
El mendizale reconduce su relato para remarcar que «aunque han pasado cuarenta años es muy duro para nosotros rememorar aquello y mucho más para las familias que perdieron a sus hijos y hermanos aquel 3 de marzo. Para muchos es una efemérides, pero para nosotros fue un día trágico en el que perdimos a tres amigos. Nosotros continuamos con nuestras vidas, pero si cada día el cerebro humano tiene 70.000 pensamientos, en mi cabeza uno de ellos rememora aquello. Vivir un accidente así es muy duro y sigue doliendo cuarenta años después».
Este 3 de marzo han reabierto la herida y han sacado una parte de sí mismos en la que habían aparcado su dolor por la pérdida de sus amigos. Tina y Olasa reconocen que regresaron meses después al lugar del accidente y posteriormente para colocar el monolito en recuerdo de sus compañeros. «Nosotros mismos lo colocamos». Tina se encargó de preparar la masa de cemento que lo sujeta. No han sido las únicas ocasiones en las que han regresado, aunque duela, y reconocen que volverán a hacerlo, al menos esta primavera, cuando se reúnan con familiares de los fallecidos, vecinos de Isaba y miembros del equipo de rescate para el homenaje. Porque a pesar de todo siguieron disfrutando de su querida montaña, «porque te da mucho, aunque no podemos olvidar que te lo quita todo en un minuto».
«Buscando la libertad, hallaron la eternidad» reza el monolito en recuerdo de Jon, Imanol y Alberto colocado por sus amigos y familiares al pie del collado de Arrakogoiti, en Isaba. Junto a él quieren realizar esta primavera un homenaje cuando se cumplen 40 años del fatídico accidente en el que perdieron la vida los tres mendizales donostiarras y en el que se vieron implicados otros cuatro compañeros. El acto de recuerdo se iba a celebrar ayer, pero los organizadores decidieron retrasarlo por el mal tiempo y montañeros, familiares y personas que participaron en el rescate se reunirán en primavera.
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Josu Zabala Barandiaran
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