
Tributo a los vascos muertos en Okinawa
Segunda Guerra Mundial ·
Japón rendirá homenaje a los seis americanos de ascendencia vasca que fallecieron en una de las batallas más cruentas de la guerra del PacíficoSecciones
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Japón rendirá homenaje a los seis americanos de ascendencia vasca que fallecieron en una de las batallas más cruentas de la guerra del PacíficoUna carnicería. La batalla de Okinawa, conocida por los japoneses como 'Tifón de acero' o 'Lluvia de acero', fue una de las más sangrientas de ... la Segunda Guerra Mundial. Se estima que la toma de esta isla japonesa que tiene dos veces la superficie de Ibiza se saldó con cerca de un cuarto de millón de fallecidos. La feroz resistencia de las tropas niponas a las fuerzas estadounidenses desencadenó una auténtica masacre que atrapó también a la población civil: el 90% de los edificios de Okinawa quedaron destruidos y unos 100.000 vecinos de la isla resultaron muertos en el curso de los combates. Se dice incluso que el enorme coste en víctimas que tuvieron que pagar los estadounidenses para tomar Okinawa aceleró la decisión de lanzar la bomba atómica sobre territorio japonés.
El trabajo de investigación que desarrolla la Asociación Sancho de Beurko ha sacado a la luz que seis de los fallecidos en aquella batalla fueron norteamericanos de ascendencia vasca. Se trata de descendientes de familias de origen vasco asentadas en el otro lado del charco que se enrolaron bajo la bandera de las barras y estrellas para luchar contra las fuerzas del Eje. La asociación ha identificado hasta el momento a más de 1.600 combatientes de origen vasco en las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en una meritoria labor que ha tenido el reconocimiento de la cámara de representantes de Texas, que rindió el pasado 1 de marzo un inédito homenaje a los vasco-americanos que dieron su vida en el conflicto bélico.
Ese reconocimiento dará el próximo martes un significativo paso al frente con el homenaje que se tributará en Japón a las seis víctimas mortales de origen vasco fallecidas en la batalla de Okinawa. Se trata de una iniciativa que surge de la colaboración entre la Asociación Sancho de Beurko y el Museo Conmemorativo de la Paz de la Prefectura de Okinawa. La isla, que está unos 550 kilómetros al sur del territorio 'continental' nipón, erigió en 1995 un memorial para recordar a todas las víctimas de aquella batalla. Se trata del llamado Cornestone of Peace, algo así como piedra angular de la paz, que reúne los nombres de más de 240.000 personas fallecidas entonces con independencia del bando en el que lucharon. «La idea –explica Pedro J. Oiarzabal, uno de los historiadores que está detrás de la investigación de Sancho de Beurko– es rendir un homenaje a los 22 vasco-americanos que perdieron la vida en la guerra del Pacífico inscribiendo los nombres de los seis que fallecieron en la batalla de Okinawa en el monumento».
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