Después de comer, la mayoría de lazkaotarras descansaba en casa. El día tampoco invitaba a salir, porque amenazaba tormenta. Pero nadie podía sospechar la tromba ... de agua que estaba a punto de caer. Poco antes de las cuatro de la tarde, la lluvia y el granizo irrumpieron con una fuerza inusual. Fue casi una hora sin parar, con minutos en los que el cielo parecía venirse abajo. «Por mucho que te quisieras preparar era imparable. No habíamos visto nada así en la vida», aseguran los vecinos, que en apenas unos minutos vieron cómo decenas de bajos y garajes de todo el pueblo quedaron anegados. Los daños materiales son cuantiosos, aunque la buena noticia es que no hay que lamentar ningún herido.
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Xabier Garmendia es uno de los vecinos afectados por las inundaciones. Intentó evitar el desaguisado, pero fue imposible. «Ha sido un verdadero desastre. Vivo aquí encima y tengo el garaje en el bajo. En cuanto he visto que el agua estaba cayendo, he salido rápido a abrir las alcantarillas, pero lo que ha venido después era imparable». Litros y litros de agua colándose por la cuesta que baja al garaje. «De la zona de Olaberria bajaba un río por el monte, era algo increíble. Y como estas casas están expuestas hacia esa parte, el agua ha llegado directamente aquí y ha inundado todo», explicaba mientras, al igual que el resto de sus vecinos del barrio de Mikelar, no dejaba de achicar. «Tengo cerca de un metro de agua y entre bomberos, vecinos y familiares estamos tratando de sacarla». Y no solo en ese garaje, otro que tiene cerca también se había inundado. «Me lo he encontrado lleno de agua. He perdido prácticamente todo lo que tenía dentro, está todo mojado y lleno de barro, todo para tirar. Es un desastre», se lamentaba este lazkaotarra.
Muy cerca de él, Maitane Uribesalgo también se afanaba en limpiar su garaje. Se enteró por el móvil, cuando le empezaron a llegar vídeos de la riada. «Hemos venido rápido imaginándonos lo que nos íbamos a encontrar», porque no es la primera vez que el agua entra en estas viviendas. «Todo lo que estaba en contacto con el suelo ha quedado inservible, está todo lleno de agua, barro y piedras. Ahora solo nos queda limpiar y esperemos que cuando se seque podamos recuperar la normalidad», decía resignada. En la calle se acumulaban colchones, ruedas y cajas llenas de objetos destrozados por el lodo.
Numerosos vecinos se echaron a la calle, los que sufrieron daños para achicar agua y los que no para echar una mano. Entre ellos también estaba el alcalde de Lazkao, Kepa Zubiarrain, que recorrió el pueblo para valorar los daños causados por las fuertes lluvias. «Ha sido un desastre. No hemos visto nada así antes». Tras hablar con los vecinos afectados, asegura que hay «decenas de bajeras anegadas», y si bien señala que es «pronto para hacer ninguna valoración», advierte de que «las pérdidas económicas son importantes». «Ahora debemos trabajar para ayudarnos y tratar de darle la vuelta a la situación». No obstante destaca lo positivo, «que estamos contentos de que no haya que lamentar ninguna persona herida».
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Sí que hubo algún susto, que se quedó solo en eso, ya que el agua bajaba con fuerza cerca de la residencia de mayores. Los servicios de emergencia estuvieron vigilando las inmediaciones por si el agua entraba dentro y era necesario desalojar, pero finalmente no hizo falta. Según informan fuentes municipales, las zonas más afectadas fueron las de San Prudencio, Mikelar, Hirigoien y Ezparru. Además, el euskaltegi Maizpide también quedó inundado.
Las lluvias también afectaron a la circulación, ya que los acceso a Lazkao por la GI-2120 tuvieron que cerrarse debido a la acumulación de agua, que generó numerosas balsas, aunque no se registraron accidentes.
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Además de los vecinos, varias dotaciones de Bomberos y otros servicios de emergencia, como Ertzaintza, Policía Local, Protección Civil y trabajadores municipales se sumaron a las tareas de limpieza con cubos, rastrillos, autobombas y todo tipo de utensilios. Y no solo de Lazkao, otras localidades vecinas del Goierri como Ordizia, Beasain y Ataun mostraron su solidaridad y colaboraron cediendo material y motobombas al Ayuntamiento.
Euskalmet había activado por la mañana el aviso amarillo por precipitaciones intensas a partir de las 15.00 horas, y las tormentas empezaron a crearse en el interior del territorio. El lazkaotarra Andoitz Gutierrez fue testigo de la fuerza que cogió en solo unos minutos. «Era un río que bajaba desde el monte. Por mucho que te quisieras preparar era imparable. No había visto nada así en mi vida», asegura. Además de Lazkao, también llovió con fuerza en Ordizia, donde se recogieron 7,6 mm en apenas 20 minutos. Con el paso de las horas las precipitaciones fueron avanzando hacia la costa, y llegaron a Donostia sobre las 19.30 de la tarde, donde también llovió con mucha intensidad. El aviso amarillo se mantiene hasta hoy en todo el territorio, aunque se espera que la lluvia remita durante la mañana.
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