Pedaleamos por la isla croata de Rab buscando un sitio que no aparecía en carteles ni folletos. Resultaba extraño, porque en ese pequeño paraíso adriático no queda rincón sin anunciar: las calas de agua turquesa, las playas para el público general, para nudistas y para ... perros, senderos para caminantes, recorridos para ciclistas, pueblos, ermitas y torres. En un cruce minúsculo en mitad del campo vimos una señal que decía 'Spomen' ('memorial'). La seguimos. La víspera habíamos tecleado 'kamp Rab' para buscar un camping y nos habíamos topado con la historia del mayor campo de concentración de eslavos de la Italia fascista: aquí recluyeron a decenas de miles de eslovenos y croatas, entre 1942 y 1943, dentro del plan de limpieza étnica y repoblación de Dalmacia con italianos. También encerraron a judíos y deportaron a doscientos a los campos de exterminio nazis. Donde estuvo el campo, ahora queda un cementerio ignorado, con fotos de prisioneros esqueléticos y nombres de los 1.488 muertos por hambre, frío, palizas y enfermedades (incluidos 163 menores de 15 años) que se pudieron identificar. Fueron muchos más.
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La favorita para ganar las elecciones italianas del domingo es Giorgia Meloni, quien exhibe la llama tricolor neofascista, en alianza con Salvini, quien propuso un censo racial de gitanos para expulsarlos cuando era ministro, y con Berlusconi, quien declaró que Mussolini no mató a nadie: «Solo mandaba a cierta gente de vacaciones al exilio».
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