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«Nos han destrozado el coche. El parabrisas arrancado y el foco de atrás reventado», denuncia Beatriz Rodríguez, vecina de la Parte Vieja donostiarra. Durante la madrugada de ayer, su vehículo y cuatro más que estaban aparcados en el Muelle fueron objeto de actos vandálicos como pintadas, que tuvieron lugar durante los botellones celebrados en las inmediaciones. «Desde el fin del estado de alarma los fines de semana están descontrolados. Los botellones en el Muelle van a más», se queja esta vecina donostiarra.
Después de «no pegar ojo en toda la noche», el día de ayer empezó para Beatriz con el aviso por parte de la seguridad del puerto de que su coche tenía algunos destrozos. La donostiarra encontró su vehículo con «el foco de atrás destrozado completamente y el parabrisas arrancado de cuajo». Cuatro coches más aparcados en la misma zona habían sido sido objeto de daños simulares además de «pintadas y rayadas». Beatriz ha puesto dos denuncias. Una por los destrozos de su coche y otra a la Ertzaintza «por no actuar».
«La Ertzaintza dice que no pueden actuar, que no tienen efectivos suficientes», denuncia Beatriz. Además, explica que «el Ayuntamiento hace como si no existiésemos, no quieren saber nada del Muelle. Se remiten a que le corresponde al Gobierno Vasco».
Las quejas se llevan sucediendo un fin de semana tras otro por parte de los vecinos de la Parte Vieja. «Antes los botellones eran cosas más puntuales y no daban tantos problemas, pero ahora es insoportable», explica Beatriz, que lamenta que desde este verano viven «jueves, viernes y sábados de no poder pegar ojo» ya que «las casas no están bien aisladas» al ser antiguas. «El ruido, los gritos, la música a todo volumen, los cristales rotos, las peleas, la fiesta y el vandalismo» es algo por lo que «llevamos tiempo quejándonos, pero no hacen nada».
Quienes viven más próximos al Muelle, como es su caso, lamentan que «ahora han abierto la noche hasta las tres de la madrugada y esto va a peor». Además, cada domingo los vecinos del puerto se despiertan entre montañas de basura, botellas de vidrio, latas de cerveza y «un fuerte olor a meados». Beatriz comenta que «ya les da igual que sea de día o de noche, mean en las esquinas y en los portales de casa». Si bien la situación «da miedo», esta vecina agradece «el currazo» del servicio de limpieza, que «lo dejan impecable desde las 7 de la mañana».
La solución que propone esta vecina de la Parte Vieja donostiarra es «que la Ertzaintza evite que se instalen en el Muelle», tal y como se consiguió durante la noche de la víspera de la Virgen en la Semana Grande de San Sebastián. «Si se les deja entrar, se instalan 300 personas y eso no hay quien lo disuelva», explica.
No obstante, los vecinos del barrio no tiran la toalla. «No perdemos la esperanza de que esta situación se solucione pronto y mejore, así no podemos vivir».
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