Bergaresa de nacimiento, británica de adopción y zarauztarra de corazón. Así se define Amaia Arrieta, fundadora y CEO de la firma que lleva su nombre. «Su playa, su gente, su mar... Zarautz es el lugar donde se me curan todos los males», reconoce. «Es mi casa, mi refugio. Cuando vivo un momento duro, siempre pienso en su aroma, en los paseos... Este es un punto de encuentro con amigos de toda la vida, un ancla para mi familia. Y es precisamente lo que he querido transmitir a mis hijos. Ellos son mucho más guipuzcoanos que británicos a pesar de haber nacido y vivido en Londres».
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Al margen de la más que evidente pasión de la princesa de Gales por sus creaciones, Sienna Miller, Claudia Schiffer, Adele, Liv Tyler, Kate Hudson, Naomi Campbell, Victoria Beckham... también han caído rendidas ante la marca guipuzcoana. «Tenemos varias Familias Reales europeas como clientas. De hecho, recientemente nos hemos encargado del vestuario de los hijos de la Casa Real sueca. En España también hemos participado en una de las bodas más mediáticas del año. El hecho de que vistamos a los hijos de Kate Middleton nos aporta mucha popularidad y visibilidad a nivel mundial. Eso es innegable».
En el ámbito estatal, Georgina Rodríguez, pareja de Cristiano Ronaldo, y Ana Boyer también se han sumado a la larga lista de celebridades «amigas» de la marca. «Hace pocas semanas Georgina visitó nuestra tienda de El Corte Inglés en Pozuelo. Fue toda una sorpresa y el revuelo causado fue indescriptible con cientos de personas intentándose sacar una foto con la protagonista. Compró varios vestidos de nido de abeja, ideales para su hija pequeña y su sobrina. Su selección fue muy clásica». desvela Arrieta. Además, si hay algo que Georgina mostro en las dos temporadas de su 'reality' en Netflix fue el afán o costumbre de desvelar su presupuesto en ropa y complementos de lujo. Aunque Amaia se muestra cauta y discreta, aclara que «lo pagó todo, hasta el último lazo. No se le regaló nada e invirtió aproximadamente 1.000 euros. La cifra no es descabellada porque nuestro ticket medio es de 400-500 euros. Es cierto que a veces los compradores se muestran sorprendidos con el precio de la ropa. Pero si queremos conservar a las bordadoras locales, pagar unos salarios justos a las trabajadoras de los talleres, producir un producto 'made in Spain' y no hipotecar nuestros valores, tenemos que poner en valor los diseños. Os aseguro que los márgenes están absolutamente ajustados».
En cuanto a su participación en la mediática boda de Tamara Falcó e Iñigo Onieva, recordó que el trato fue muy fluido. «Nos entendimos bien desde el principio y trabajé personalmente con ellas, tanto con Ana como con Tamara, hablando sobre materiales, bordados, colores... de los looks infantiles del enlace. Todo ello en casa de Isabel Preysler».
Tras triunfar a nivel internacional con su tienda ubicada en el exclusivo barrio londinense de Chelsea, en el último año ha abierto diferentes puntos de venta en El Corte Inglés de Pozuelo, Castellana y Marbella. «Yo produzco en talleres españoles y tenía esa asignatura pendiente. Estoy muy feliz e ilusionada con la respuesta del público», concluye emocionada.
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