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Otaduy, la icónica y reconocida firma de vestidos de novia, confirmaba ayer a través de este periódico su venta a la empresa Kaizen Fashion Group. Este hito marca la salida de su fundadora y diseñadora, Carolina Otaduy, quien deja la dirección creativa de la firma tras trece años de liderazgo. Con esta transición, la donostiarra se despide de la gestión integral de la empresa dejando un legado que continuará evolucionando en manos de la nueva dirección.
Carolina Otaduy, quien transformó su visión más personal en una marca que ha acompañado a miles de mujeres en sus momentos más especiales, reflexiona en exclusiva para El Diario Vasco sobre esta inesperada noticia.
- Carolina, tras el bombazo que ha supuesto esta primicia dentro de la industria de la moda española, definitivamente se cierra una etapa para Otaduy y también para ti como creadora.
- Sí, se acaba una etapa muy especial de trece años al frente de esta empresa. Este proyecto nació tras mi regreso de Nueva York y fue gestado con mucho corazón. Otaduy nació como un sueño impulsado por la idea de acompañar a mujeres increíbles en uno de los días más mágicos de sus vidas. Desde el 2011 he volcado mi corazón, creatividad y pasión en cada diseño. Ha sido un viaje inolvidable, lleno de retos, aprendizaje y, sobre todo, mucho amor. Otaduy ha sido más que una marca para mí; ha sido un reflejo de mi propia esencia.
- ¿Qué sientes? Entiendo que ha tenido que ser un proceso largo y complicado, en el que has tenido que trabajar el desapego.
- Sólo sé hacer las cosas desde el corazón, y creo que cuando haces algo desde ese lugar, lo que creas tiene alma. Así ha sido con Otaduy y por eso las novias lo sienten de manera tan especial. Este proceso de desapego ha sido complejo, duro y emocionante con muchos vaivenes. Pero se ha convertido en una etapa de redescubrimiento personal, de entender quién soy ahora y qué quiero para mí. La decisión la he meditado mucho y refleja perfectamente lo que necesito en este momento. Siempre he seguido mi intuición y eso es lo que me funciona para sentirme bien.
- ¿Qué crees que puede pasar con este cambio de guión?
- Las marcas, al igual que las personas, tienen ciclos y creo que es natural que evolucionen. Este cambio puede ser muy positivo para Otaduy con una nueva etapa llena de oportunidades y posibilidades. Puede ser muy bonita. Lo digo absolutamente convencida.
- ¿En qué momento tomaste la decisión de vender la firma?
- Reconozco que eso se siente. En una etapa tan larga y tan apasionante hay muchos altibajos, pero cuando empecé a sentir que quería explorar cosas nuevas me di cuenta que había llegado la hora. La Carolina que fundó Otaduy hace trece años ya no es la misma y mis intereses han cambiado. La marca ha sido adquirida por el Grupo Fashion Kaizen, que también se especializa en el sector nupcial. Esto es muy bueno porque comprenden perfectamente las particularidades de este mercado, tan emocional y mágico.
- ¿Por qué ahora?
- La vida tiene sus propios tiempos. Las oportunidades llegan cuando estás lista y ahora me siento preparada para dar este paso. Hace unos años me hubiera costado mucho, pero hoy lo afronto con mucha ilusión.
- En este proceso, ¿qué momentos se te han pasado por la cabeza? Entiendo que las emociones te habrán inundado. Personalmente recuerdo tus inicios en Berriz...
- Yo también recuerdo esa etapa con mucha emoción y gratitud. Berriz fue una de las primeras tiendas que creyó en Otaduy y para mí fue muy importante porque es una tienda de referencia a todos los niveles. Siempre les estaré muy agradecida por haber confiado en la marca. También recuerdo con mucho cariño cuando mi primera colección apareció en las principales revistas internacionales. No podía creerlo; fue un momento muy especial que reafirmó que estaba en el camino correcto. Y el desfile retrospectivo en el Museo Cristóbal Balenciaga dentro de San Sebastián Moda Festival es una fecha que tampoco olvidaré. En aquel instante, de alguna manera, sentí que había cerrado el círculo y que en el sector de la moda había cumplido con creces todos mis sueños. Fue inolvidable. Nunca tendré suficientes palabras de agradecimiento para el equipo que formáis el Festival.
- ¿Mantendrás alguna vinculación creativa o financiera con la empresa?
- He vendido el 100% de la marca así que no estaré vinculada en ninguno de los dos aspectos. Aunque nunca se sabe si en el futuro podría haber alguna colaboración, por ahora no está en los planes.
- ¿Y a partir de ahora qué?
- Por ahora me tomaré un tiempo sin pensar en el futuro. Voy a viajar por Asia unos meses, me apetece muchísimo vivir un poco de aventura y de libertad. Después, ya veremos qué me depara el camino.
- ¿Qué le dirías a todo ese público, seguidores, clientas que han pasado por tus manos y que leen hoy con incredulidad, sorpresa y pena esta decisión?
- Mi más sincero agradecimiento a todas las personas que han confiado en Otaduy, que han compartido su amor por la marca y que han crecido con ella. Gracias por creer y acompañarnos en este camino. Estoy segura de que la firma seguirá brillando en este nuevo camino. Su rentabilidad y fortaleza han sido valores inalterables. A pesar de mi dolor y pena por cerrar esta etapa, es la mejor decisión que podía tomar. El que fuera mi equipo se queda en buenas manos. Le deseo todo lo mejor.
- Nos emociona escucharte. Ojalá nuestros caminos se vuelvan a reencontrar más pronto que tarde.
- A mí también me cuesta abordar públicamente esta cuestión, porque aunque sé que es la decisión correcta, no es fácil. Ha sido parte de mi vida durante una etapa fundamental de mi existencia. De hecho, sabéis que es una noticia que me ha costado hacerla pública y que sólo he dado el paso de conceder esta entrevista porque El Diario Vasco lo siento «casa», un «hogar» donde siempre me he sentido muy respetada y apoyada. Estoy profundamente agradecida por haber creado y construido esta empresa trabajando con un equipo increíble, mayoritariamente femenino, que ha compartido mi visión y ha hecho crecer a la firma conmigo. Otaduy siempre será un proyecto que empodera a las mujeres. Es un legado que dejo por y para siempre.
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