Secciones
Servicios
Destacamos
Curtida en redacción, entre teletipos y mucho boletín. Ella es María Eizaguirre Comendador (San Sebastián, 1978), Directora de Comunicación y Participación Ciudadana de Radio Televisión Española. Una periodista con una amplia trayectoria profesional a sus espaldas, convertida en la cabeza visible de algunos de los proyectos más mediáticos del ente público. Agosto es un mes de reflexión e inflexión para gran parte del país; también para esta donostiarra de corazón y madrileña de adopción.
– ¿Dónde desconecta de la responsabilidad que implica su cargo?
– En San Sebastián. Es una ciudad que tiene todo lo que de verdad me importa. Aprovecho para parar, analizar, pensar cómo va a ser la siguiente temporada, intento compartir ratos de calidad con mi familia y amigos...
– RTVE es un ente público inmenso y su departamento uno de los más expuestos.
– Sí. De hecho estamos a las puertas de un mes clave como septiembre en el que presentamos la temporada con sus nuevos rostros, contenidos y proyectos.
– Dicho esto, usted se ha convertido en una figura muy mediática gracias a la creación e impulso del Benidorm Fest.
– La primera edición fue un bombazo. Yo llegué con una trayectoria profesional a mis espaldas, habiendo recorrido mucho camino, con amplia experiencia en muchos ámbitos, pero con este proyecto dimos un triple mortal sin red en el mundo de la música y de Eurovisión, que es un universo con sus peculiaridades.
– Un proyecto del que opina todo un país...
– Seguramente lo peor sea precisamente eso. Pero no porque se opine, sino por cómo en ocasiones se hace. Yo creo que todos llevamos dentro un seleccionador de fútbol y también nos convertimos en críticos musicales cuando se acerca Eurovisión.
– Algunas críticas, sobre todo en redes sociales, son demoledoras…
– Yo las críticas siempre las escucho, pero tienen que ser constructivas. Al final, todos somos personas y todos tenemos corazón. Creo que es importante desarrollar un poquito más de empatía.
– ¿Lo lee todo?
– La información es poder y tampoco me gusta vivir de espaldas a la realidad. Pero a veces sufro. No tanto por mí sino por las personas que me quieren y que saben que muchas de las cuestiones que se dicen y se escriben no son verdad.
– ¿Y a qué tiene realmente miedo María Eizaguirre?
– Al AMOR en mayúsculas. Me explico... Concretamente a las personas que no saben amar. Creo que el amor nos hace vulnerables, frágiles, nos desnuda. Quien no ama realmente no tiene miedo a nada. No hay nada que pueda perder.
– Y esto me hace volver a pensar en las críticas de las que hablábamos antes…
– Las críticas hoy en día lo que buscan realmente es hacer daño. Y creo que es la primera vez que voy a reconocer públicamente que me lo han hecho. Recuerdo, por poner un ejemplo, la rueda de prensa de dos horas y media que hice después de la polémica por la victoria de Chanel. Ese día sólo mi círculo más cercano, al que yo llamo mi «ejército de ángeles», mi «guardia pretoriana», vio como al meterme detrás, cuando ya los focos estaban apagados y no quedaba nadie, me rompía en mil pedazos. Es algo que ocurre en pocas ocasiones porque trato de ser fuerte. Muchas personas dependen de mí y mis lágrimas es algo que no me gusta compartir. Lloro cuando nadie me ve. No me gusta que nadie esté preocupado y menos si es por mí, aunque yo me preocupe por todos. Me han educado así.
– ¿Cómo?
– En la superficie, fuerte como una roca y en el interior, un cóctel de emociones. Soy excesivamente sensible. Esa puerta la abro con mucha precaución y ante muy pocas personas. Cuando era pequeña mi madre siempre me decía «no abras la puerta a los desconocidos». Y yo sigo siendo una niña que lee a escondidas, que vive de forma apasionada y que sueña durante toda la noche con viajar al país de nunca jamás.
– Y a pesar de los pesares... ¿Está viviendo uno de los mejores momentos a nivel personal y profesional?
– Estoy en una etapa de mi vida que sigo siendo joven, pero también sé lo que quiero. La vida me ha puesto en distintas situaciones y cuando los caminos no son del todo fáciles, se aprende a disfrutar cada segundo con intesidad.
– Me encanta esa reflexión desde una posición de éxito como la suya…
– Las dificultades nos construyen. Los momento desagradables de mi vida no los cambiaría porque son los que me han permitido crecer y desarrollar las capacidades que tengo.
– ¿Cree todavía en nuestra profesión?
– Sí, claro. No sé si era Gabriel García Márquez el que decía que se sufre como un perro, pero que es la mejor profesión del mundo. Con eso que todo dicho.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.