Es el deportista guipuzcoano de moda. Y nunca mejor dicho. Pau Echaniz (San Sebastián, 2001) difícilmente olvidará los dos últimos veranos. Este 1 de agosto hacía vibrar a todo el país logrando el bronce olímpico en París y la temporada estival anterior se alzaba con su particular medalla en el mundo de la moda al ser seleccionado para desfilar en el Museo Cristóbal Balenciaga. ¿Caprichos del destino?
Publicidad
– Empecemos... ¿Echaniz o Etxaniz? Se ríe, pero ha sido motivo de debate.
– Legalmente soy Echaniz con 'ch', pero mi padre tiene la manía de ponerme con 'tx' porque le gusta más. Yo siempre firmo como Pau Echaniz porque es más fácil a todos los niveles.
– Y como futuro director creativo, ¿firmará como Pau Echaniz o Ranger?
– Depende, aunque creo que en primera persona.
– Deportista sí, pero sigue llamando especialmente la atención su pasión por la moda. Este martes pasado, sin ir más lejos, fue uno de los invitados de la fiesta inaugural de la Louis Vuitton America's Cup.
– Si la gente supiera la cantidad de horas que invierto en la moda... Me apasiona crear, desarrollar todo el proceso creativo desde cero, controlar toda la cadena de valor de mi prenda. Dibujo, patrono, coso... La pasión por la artesanía es algo que llevo dentro. Tengo mucho que aprender, pero en ello estamos.
– Me emociona escucharle. No es habitual que alguien de 23 años quiera dedicarse a la costura.
– Así es. Formarme en el oficio por las mañanas y coser cada tarde durante tres o cuatro horas es mi día a día, como complemento siempre a mi faceta deportiva. Las horas se me hacen segundos. Desde que llegué a San Sebastián se me pasan los días entre piraguas e hilos.
Publicidad
– El desfile en el Museo Cristóbal Balenciaga en octubre del año pasado tuvo que ser algo parecido a los Juegos Olímpicos pero en el mundo de la moda.
– Cuando me confirmaron desde la escuela AEG que me habían seleccionado para que una de mis creaciones desfilara en San Sebastián Moda Festival fue tremendo. Hablar del Museo Balenciaga son palabras mayores. La experiencia fue inolvidable, aunque he de reconocer que los meses previos fueron súper intensos. Estuvimos trabajando durante todo el verano. Me tuve que llevar la máquina de coser al Campeonato del Mundo Junior sub-23 en Cracovia.
– Vaya odisea...
– Hombre, era una oportunidad única. Me pusieron una habitación para que cosiera en mis ratos libres. Además, no era una prenda simple... Era bastante grande, con mucho volumen y de piel. Podía haber sido una catástrofe, pero finalmente salimos airosos de la experiencia.
Publicidad
– ¿Qué opinan sus compañeros deportistas al verle con la máquina a cuestas?
– Pues les parece muy divertido el hecho de acompañarme a la habitación a coser después de entrenar. Me dan conversación y pasan la tarde conmigo. Ese respaldo es fundamental.
– ¿Y qué les parece a su padre, a Maialen... esta pasión por la moda?
– A ellos les encanta. El deporte olímpico individual puede llegar a ser tóxico por la necesidad de obtener buenos resultados constantemente. Esto me evade. Venir cada tarde a mi taller de Gros es súper positivo para mi equilibrio y salud mental.
Publicidad
– ¿Les ha diseñado algo?
– Mi hermana está esperando su sudadera desde hace meses, no te digo más.
– Cuando dice que el mundo olímpico individual es tóxico, ¿a qué se refiere?
– No es un deporte profesional con una nómina mensual. Nosotros comemos mañana del resultado obtenido ayer. Si no conseguimos una buena marca quizá no tengamos para pagar el piso, los estudios, la comida... La obsesión por el resultado es real y esa losa, esa presión, es súper tóxica. Nos jugamos el futuro en cada competición.
– Por curiosidad... ¿Cuánto ganó por su bronce olímpico?
– 30.000 euros y una beca para todo el año. Para mí, que tengo 23 años, es muchísimo, pero ese resultado lo tengo que mantener para no perder lo conseguido hasta ahora.
Publicidad
– ¿Y si no?
– Tocará tirar de ahorros hasta obtener una buena marca. Es un círculo muy complicado, con mucha presión. Nos levantamos, entrenamos, comemos, entrenamos, cenamos y a dormir. Así todos los días. De ahí la necesidad de complementar mi día a día con mi otra gran pasión.
– Por cierto, me han dicho que sus sueños siempre se hacen realidad.
– La noche anterior a mi medalla soñé que ganaba la plata. Y ya ves que casi, casi...
– Piensa en lo imposible y lo conseguirás.
– Y, además, de verdad (se ríe). Fuera bromas. Es un hito difícil de superar, pero voy a trabajar duro para conseguir todos los propósitos y sueños de mi vida.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.