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Gipuzkoa de Moda

Las firmas de lujo vuelven a sus orígenes

Las propuestas rompedoras, conceptuales, coloristas, incluso «feístas», ceden el testigo a los modelos más icónicos, clásicos y atemporales de cada marca

Laura Chamorro

San Sebastián

Sábado, 11 de febrero 2023, 07:24

La salida de Alessandro Michele de Gucci ha supuesto un antes y un después para la industria del lujo mundial. Tras años de excentricidades, moda maximalista avalada por un éxito inconmensurable y un modelo de negocio que parecía no llegar a su fin, la marca ha dado un giro radical a su dirección creativa volviendo a conectar con sus orígenes a través del monograma GG, la tribanda y el guiño a sus clásicos artículos de viaje. No es casualidad la espectacular campaña de lanzamiento del nuevo 'Jackie 1961', uno de sus bolsos más icónicos.

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Tampoco podemos obviar la crisis de imagen que atraviesa Balenciaga tras la desafortunada e injustificable campaña de su última colección. El hecho de que los criterios de Demna Gvasalia se hayan cuestionado, un director creativo que parecía tener vía libre con la moda «feísta» como máxima exponente, demuestra la magnitud del problema y las consecuencias para la reputación de la 'maison'. Dicho esto, parece que esta forma de expresar y crear moda ha llegado a su fin.

«Las marcas que nombras, u otras, siempre han buscado métodos para destacar, como pueden ser ahora los cambios en la dirección creativa de Gucci, desfiles al límite de lo aceptable, campañas de dudosa integridad o reventar sus propias RRSS como es el caso de Balenciaga», apunta Gerardo González, director creativo de la prestigiosa firma BOX San Sebastián. «Las marcas que dominan el panorama mundial tienen la ventaja de poseer un largo recorrido, acercándose al siglo de vida en el caso de las menos longevas. Eso aporta un poso para crear iconos a los que volver una y otra vez en contextos como este. Es un éxito logrado a base de mucho esfuerzo y que se retroalimenta para las nuevas generaciones de consumidores», destaca González.

De hecho, en las últimas horas, en una entrevista concedida en exclusiva a la revista Vogue, y tras semanas de silencio y desaparición pública, Gvasalia ha reconocido que abordará de una manera más madura y seria toda idea o imagen que se publique sobre Balenciaga. «He decidido volver a mis raíces en el mundo de la moda, así como a las raíces de la casa Balenciaga, que es hacer moda de calidad; no crear imagen o revuelo», ha desvelado.

Respecto a esta nueva línea, cabe recordar que a finales del año pasado la cuenta de Instagram de la firma publicó un vídeo con algunos desfiles de Cristóbal Balenciaga, un hecho más que sorprendente si analizamos la trayectoria de la casa en los seis últimos años. Es innegable que la presencia y los guiños a los orígenes de la 'maison' han brillado por su ausencia en esta última etapa. Demna, por su parte, confirma un cambio de rumbo al respecto: «Fue a propósito la decisión de finalizar el 2022 con el montaje en vídeo de las colecciones de Cristóbal Balenciaga de los años 60, con el objetivo de recordar a nuestro público lo que representa esta firma y de dónde procede». Parece que sus próximos 'fashion shows' se centrarán en la costura, el saber hacer, la luz y la música, volviendo a la sobriedad y la austeridad del creador getariarra. Tiempo al tiempo.

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Vuelta al pasado

El cambio del paradigma estético es un hecho y así lo atestigua Isabel Mesa, Responsable de Clientes en EMEA: «Cuando algo copa de forma tan abrupta el mercado, los creadores de tendencias buscan un cambio de dirección».

De esta manera, parece que volveremos a los códigos del lujo, con las piezas atemporales, de infinita durabilidad y la defensa del legado por bandera. «Vestir algo un poco más clásico en tiempos inciertos genera una sensación de seguridad», añade Mesa. Tras varias temporadas con looks coloristas, rompedores y una oda a la estética Y2K, en las colecciones primavera-verano 2023 asistiremos al regreso de los esenciales del lujo más clásico. Una elegancia sobria, limpia, sutil, discreta, depurada y atemporal.

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En este retroceso hacia el ADN de cada marca, no hay que trasladarse a las firmas francesas e italianas para encontrar tesoros con un valor añadido intrínseco. «Recorridos como el nuestro, donde hemos priorizado la calidad, la mano de obra local o el diseño emparentado a los orígenes, siempre nos ha dado legitimidad y valor por parte de nuestra clientela logrando iconos que hoy son reconocidos y deseados por los consumidores», recalca Gerardo González. «También es cierto que en la sociedad y contexto actual, esta tendencia en la que nos encontramos y de la que nunca nos hemos movido, cada vez se valora más. Estamos ante un consumidor local e internacional que busca singularidad junto a la artesanía, la calidad y las pequeñas series», añade.

Sin duda alguna, la transparencia está marcando el presente y el futuro de la industria de la moda. «Europa sigue liderando esta vertiente. La búsqueda de la claridad y el buen hacer se está aplicando e imponiendo en todos los sectores económicos, junto a la enorme importancia de la economía circular. Y estos van a ser los modelos a seguir, en los que la importancia de volver a los orígenes de las marcas van a sellar la tendencia de este año y, por supuesto, de los próximos, en un cambio de directriz rotundo por hacer mejor las cosas y donde lo más codiciado y exclusivo será un producto creado con las manos», concluye.

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