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A pocos días del inicio oficial de la ansiada Semana Santa, llegó el momento de hacer las maletas, uno de los instantes más críticos de cada salida porque «viajar» significa descansar y desconectar, pero también implica elegir, organizar y construir una bolsa de viaje lógica, ... sostenible y funcional. Sintetizar los enseres para breves periodos vacacionales no es baladí; de hecho, es una de las grandes virtudes de quienes amortizan cada prenda y complemento al máximo.
El tipo de viaje y el destino tienen una gran incidencia en la elección final, ya que no es equiparable una escapada en pareja a hacerlo con amigos o en familia, ni tampoco un plan de playa a uno de montaña.
Como norma general, las piezas más sólidas y voluminosas las debemos situar en la parte inferior de la maleta, el calzado cerca de las ruedas y los neceseres en cada hueco vacío del equipaje. Además, se aconseja introducir las joyas en bolsitas para ubicarlas dentro de los zapatos o entre la propia ropa.
A la hora de doblar y meter las camisas y camisetas, debemos ser muy cuidadosos. Para ello, el sistema de enrollado es una solución ideal. En una maleta «corta» y sin posibilidad de planchado alguno, un paso en falso puede arruinar cualquier estilismo. Lo mismo sucede con los trajes. Ha de darse la vuelta a la manga de la camisa, plegarla bien, doblar correctamente el pantalón y la americana, y colocar la camisa entre el pantalón y la 'blazer'.
Es fundamental proteger todos los líquidos y cremas en un neceser cerrado para que una vez lleguemos a nuestro destino, no nos encontremos con desagradables imprevistos. Los cubos organizadores son de muchísima utilidad. Y si todavía precisamos más espacio, las bolsas que comprimen la ropa con el sistema de envasado al vacío es otra alternativa súper práctica.
Tenemos que elegir piezas básicas de fondo de armario. Prendas que puedan combinar entre sí para looks diurnos y nocturnos. Una camisa blanca, una camiseta negra y una blanca, un jersey 'navy', un traje de chaqueta, unos 'jeans' básicos, una gabardina beige y un bolso adaptable a estilismos 'casual' y 'high' componen la maleta cápsula perfecta para afrontar cinco días con garantías. Este es el equipaje «tipo» al que debemos recurrir.
En cuanto a la gama cromática, cuanto más neutra y limitada mejor. El minimalismo debe imperar a través de blancos, negros y tonalidades tierra. En cuanto a estampados, mejor no alejarse de las rayas horizontales.
Los accesorios tienen el papel de aportar un aire diferente en caso de repetir conjunto. En cuanto al calzado, apostemos por unas 'sneakers' blancas para pasear y unos zapatos de salón para cenar.
Llegados al universo 'makeup', sinteticemos. Una base ligera, un iluminador, una máscara de pestañas, un colorete en polvo y un labial 'glow' ultra hidratante serán más que suficientes para lucir una piel trabajada con efecto «cara lavada». Qué mejor que emplear el periodo vacacional para oxigenar el rostro.
¿Quién pensó que preparar una maleta para un puente se convertiría en misión imposible? Nada más lejos de la realidad. Cuestión de priorizar y minimizar, siempre con estilo.
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