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El payaso asesino de la vida real

El payaso asesino de la vida real

John Wayne Gacy, conocido como el Payaso Pogo, asesinó a 33 menores y jóvenes en la década de los 70

Ion M. Taus

San Sebastián

Jueves, 2 de noviembre 2017

El tremendo éxito de la película ‘It’, que ha logrado sobrepasar los 500 millones de taquilla y que se ha convertido en la cinta de terror más exitosa de la historia, ha vuelto a poner en primera linea del imaginario colectivo la figura del ‘payaso malvado’, que tanto en la película como en la novela original de Stephen King representa el diabólico Pennywise. La película también ha dado visibilidad a la coulrofóbia, a saber, el miedo y la aversión irracional a los payasos, que sufren millones de personas en el mundo.

Sin embargo, la historia en ocasiones ha dado razones para temer de los payasos, como la truculenta historia de Pogo, ‘el payaso asesino’. Con este sobrenombre se conoció a John Wayne Gacy, un hombre que entre 1972 y 1978 asesinó a 33 jóvenes de entre 14 y 21 años en Chicago, Estados Unidos.

Gacy era toda una personalidad en su comunidad, ya que era asiduo a las reuniones y cumpleaños infantiles, donde daba vida a 'Pogo', un payaso que entretenía y hacía reir a los niños. Anteriormente había sido condenado por abuso sexual a un menor en 1968 en Iowa, pero al salir de prisión se mudó a su Chicago natal y logró cubrir su pasado criminal y convertirse en un ciudadano respetable y conocido entre sus vecinos. Durante años mantuvo una doble vida: payaso feliz de día, depredador sexual y asesino en serie de noche.

Foto policial de Gacy

Jóvenes y varones

Gacy, tal como se demostró en el juicio que tuvo en vilo a todo Estados Unidos en 1980, llevaba a sus jóvenes víctimas, siempre varones, a su casa con ofertas de trabajo en su compañía constructora, pero también les ofrecía drogas, alcohol o sexo, para luego narcotizarlos y estrangularlos. Siempre fueron jóvenes estudiantes o niños, pero entre sus víctimas también hubo muchachos que se dedicaban a la prostitución. Primero los drogaba y los esposaba, y después les ponía un largo trapo alrededor del cuello que, con ayuda de un palo a modo de torniquete, acababa ahogándolos, y luego enterraba los cadáveres en el sótano y en el jardín, principalmente.

Nadie sospechaba de él hasta que en diciembre de 1978 se le vio acompañado de un muchacho de quince años que poco después desapareció, momento a partir del cual se convirtió en sospechoso.

27 cuerpos en el sótano

Los investigadores que le seguían los pasos lograron entablar confianza con él, y un día en que los había invitado a cenar los agentes notaron un olor fétido en la casa. El asesino, al verse atrapado, se derrumbó y confesó sus asesinatos, e incluso dibujó un plano de su sótano y su jardín en el que se detallaba dónde había ocultado los restos de sus víctimas.

En el sótano de la casa la policía halló 27 cuerpos de muchachos en descomposición, y junto a ellos limones y ácido que Gacy usaba para intentar disimular el hedor, algo que no consiguió. Otros dos cadáveres estaban en el jardín, y otros cuatro más habían sido arrojados a las aguas de un río cercano. La policía logró identificar a la mayoría de las víctimas que habían desaparecido entre 1972 y 1978, gracias sobre todo a los efectos personales que Gacy guardaba como "recuerdos" suyos, pero aún hoy, casi 20 años después, ocho siguen sin identificar.

John Wayne Gacy fue hallado culpable el 13 de marzo y fue sentenciado a 21 Cadenas Perpetuas y 12 Penas de muerte. Durante el juicio, se declaró inocente, alegando problemas de orden mental. Sin embargo, su testimonio fue rotundamente rechazado, ya que se le realizaron estudios de orden mental, dando resultados negativos, Fue ejecutado por inyección letal el 10 de mayo de 1994. Sus últimas palabras, que revelan su personalidad y su no arrepentimiento por sus crímenes fueron "Matarme no hará regresar a ninguna de las víctimas. ¡El Estado me está asesinando! ¡Besadme el culo! ¡Nunca sabreis dónde están los otros!

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