Erdogan recrudece la represión en Turquía

Mientras media Turquía salía a protestar, el presidente, Recep Tayyip Erdogan, destacó el tono «cordial» de su reciente conversación con su homólogo estadounidense, Donald Trump, y arremetió contra la formación rival por la «anarquía callejera» de los últimos días. El líder islamista escribió en su perfil de X que «lo que hemos presenciado en los últimos días ha demostrado una vez más este hecho: un país grande como Turquía tiene un partido de oposición principal que es muy pequeño, muy primitivo y muy superficial en términos de previsión, visión y calidad».

La Turquía secular que representa el socialdemócrata Partido Democrático del Pueblo (CHP), en el que milita Imamoglu, se ha echado a las calles porque considera que el arresto del regidor, acusado de corrupción, es una jugada política para apartarle de la carrera hacia las elecciones presidenciales de 2028.

Tras la llamada de la oposición a mantener las protestas, el ministro de Interior, Ali Yerlikaya, lanzó una advertencia «contra cualquier intento de explotar a nuestros jóvenes y ciudadanos con fines políticos. Las repercusiones no serán solo políticas, sino también legales; nadie escapará a la rendición de cuentas». Añadió que aplicará una postura de «tolerancia cero» con la violencia callejera. Además de manifestantes, al menos nueve reporteros fueron arrestados por cubrir las movilizaciones.

Vencedor de las elecciones municipales de Estambul en dos ocasiones, el domingo estaba todo organizado para que Imamoglu fuera designado como candidato presidencial del CHP. En lugar de este paso adelante en su carrera, el alcalde acabó encarcelado a la espera de juicio en la prisión de Mármara. Pese a la detención, su partido decidió abrir las urnas en todo el país a sus casi dos millones de afiliados y a todos quienes quisieran mostrar su apoyo al político detenido el miércoles. Votaron casi 15 millones. En una declaración desde la cárcel, el alcalde del CHP dijo que el «nivel récord de participación» en las primarias lo hacía «muy feliz».

El control de los medios por parte del Gobierno es total y apenas hay cobertura en Turquía sobre las manifestaciones. La versión oficial muestra a un Imamoglu detenido por corrupción y a miles de seguidores que salen a las calles a cometer actos vandálicos contra las fuerzas de seguridad en pleno mes de Ramadán. Los operarios municipales retiran de forma progresiva los carteles con imágenes del exalcalde, aunque en bastiones del partido socialdemócrata en Estambul, como Kadikoy o Besiktas, sus fotografías y mensajes siguen presentes.

«Imamoglu es el actor más importante al que Erdogan ha enfrentado en los últimos 20 años, por esta razón se ha convertido en su amenaza principal. Si Erdogan logra reducir la frustración pública, probablemente dirigirá su atención al próximo gran oponente: el alcalde de Ankara, Mansur Yavaş. Hay una investigación en curso sobre su gestión. En última instancia, el objetivo del presidente es tomar todos los municipios que su partido perdió en las últimas elecciones locales», opina el analista y ex diplomático turco Imdat Oner.

«Erdogan ha seguido el modelo de Maduro durante mucho tiempo y se convenció aun más de ese camino tras ver que no enfrentó consecuencias por manipular las elecciones de 2024. El líder islamista sabe que su popularidad está cayendo y que podría no ganar otra elección y por eso ha comenzado a usar las tácticas de Maduro para eliminar a su rival más fuerte», añade Oner.

El alcalde de Ankara, también del CHP, puede ser el próximo en seguir el camino de Imamoglu y la municipalidad de la capital informó que las autoridades dieron luz verde a una investigación sobre la presunta pérdida de fondos públicos a causa de conciertos organizados por el alcalde.