Secciones
Servicios
Destacamos
La cámara de María Senovilla ha capturado el conflicto de Ucrania en cientos de instantáneas. En su inmenso archivo aparecen edificios hechos añicos, voluntarios que arrastran cajas con material de ayuda sobre el hielo, cadáveres, cócteles molotov -«en broma me decían que tenían el champán preparado», recuerda-, vehículos calcinados, soldados... y hasta un misil clavado en la piscina de un spa. La periodista y fotógrafa de guerra, una de las contadas mujeres enroladas en ese oficio, comparte las historias que hay detrás de algunas de sus imágenes.
1
«Esto es el frente de combate de Bajmut. Dos miembros de la 80ª Brigada Aerotransportada del ejército de Ucrania están montando un 'Stugna', un misil anticarro que tiene entre cuatro y siete kilómetros de alcance. Si había un intento ruso de romper las líneas ucranianas, les atizaban con eso».
2
«Enfrente de esta vivienda hubo un bombardeo. La anciana que vivía aquí estaba bien, pero le reventaron la casa. Es increíble la rapidez con la que los ucranianos limpian una zona cuando sucede algo. En cuanto hay un bombardeo no sé de dónde salen, pero aparecen camiones con tableros y plásticos para que la gente pueda tapar las ventanas, que es súper importante en invierno, y listones de madera para apuntalar el techo si se les está cayendo. La mayoría del material está donado por la ONU».
3
«Esta es la Universidad Politécnica de Odesa en los primeros compases de la guerra. Antes de la invasión había una asignatura optativa para aprender a manejar el kalashnikov, primeros auxilios en combate, cómo usar los equipos de protección, técnicas de resistencia pasiva... Cuando estalla la guerra no hay clases y se cierra la universidad, pero de repente hay miles de peticiones para ese curso intensivo y vuelve a abrir. Los cursos duraban tres días y en la imagen se ve a las voluntarias que les llevaban la comida».
4
«La primera vez que entré en Bajmut. Era un día que había nevado. Iba con un oficial y antes de cruzar la calle me dijo que primero había que mirar que no hubiera francotiradores y, después, correr. La ciudad ya estaba muy bombardeada pero todavía encerraba una gran belleza. Bajmut era una ciudad balneario con hoteles boutique, spas de lujo, jardines preciosos... Esto es el centro administrativo, en la parte de abajo del edificio se veían restos comerciales».
5
«Los rusos lanzaron aquel día dos misiles S-300 contra un centro de reclutamiento en Sloviansk. Esperaron a que estuviera abierto y lleno de gente que iba a inscribirse para atacarlo, y redujeron prácticamente toda la manzana a escombros. Llegué tal vez 45 minutos después y vi a la gente salir por su propio pie de entre los escombros, había charcos de sangre, ese olor inconfundible a pólvora. Este chico, Alexander, está mirando cómo los bomberos apagan las llamas de su coche, que además lo había comprado hacía poco. 'Lo importante es que estoy vivo. Sólo era un trozo de metal, puedo comprar otro', me dijo. Le pregunté si se le habían quitado las ganas de apuntarse y me contestó que ahora tenía más».
6
«Esta es la segunda línea de guerra, una zona de descanso en el frente de combate de Izium. Cuando a los soldados les relevan de su posición duermen aquí, viven aquí durante semanas, meses... Hay uno que está limpiando su arma después de usarla. Tardé ochenta días en acceder a este frente de combate y nunca sabré exactamente qué sitio era. Me recogieron en un punto, cambiamos de coche dos veces, me hicieron apagar el móvil por temas de ubicación... En ese momento, Izium estaba ocupada por los rusos, es probable que estuviéramos al lado de ellos. Ese día acabé durmiendo en un hospital militar».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Mikel Madinabeitia | San Sebastián
Mikel Madinabeitia | San Sebastián y Oihana Huércanos Pizarro (Gráficos)
Josu Zabala Barandiaran
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.