Dos donostiarras, atrapados en Líbano: «Bombardearon nuestra casa y no tenemos ropa ni dinero para salir del país»

Mercedes, nacida y criada en San Sebastián, y Amad, que llegó siendo un niño a la capital guipuzcoana, se trasladaron a Líbano por la oferta de trabajo que recibió él, ingeniero constructor de oficio. Vivían hasta el lunes en Kfar Melki, a 50 kilómetros al norte de la frontera del sur entre Líbano e Israel. El matrimonio se había trasladado en coche a hacer la compra a unos establecimientos cercanos a su localidad cuando comenzaron los bombardeos, por lo que no tuvieron otra opción que huir de su hogar con lo puesto y empezar un periplo de «mucho nerviosismo» por la «imposibilidad» que tienen de abandonar el país.

«Las tarjetas de crédito no funcionan desde hace varios meses, desde que empezó la guerra, y no tienen dinero porque tuvieron que salir con lo puesto», relata su hija Carolina en Valencia, a donde se trasladó desde Donostia para estudiar y se ha quedado a vivir allí. «Los bancos son una locura porque no están dando dinero a nadie», una de las razones por las que no pueden tomar la opción que les ha ofrecido la Embajada Española en Líbano: comprar un billete de avión.

Mercedes, en un audio enviado a su hija el martes y al que ha tenido acceso (y permiso) este periódico, relataba cómo habían sido sus últimas horas: «Ayer (por el lunes) tuvimos que escapar de nuestra zona porque empezaron a caer los misiles, me puse en contacto con la Embajada y no me ofrecía una solución, la única era que me acercara a su consulado pero no podíamos pasar porque la autopista estaba colapsada».

Uno de los consulados se encuentra en la ciudad costera de Sidón y un trayecto de apenas 16 kilómetros tardaron horas en poder completarlo por la situación de caos que reina en la región en la actualidad. Allí, en Sidón, se están alojando en casa de unos amigos y ayer a primera hora fueron al consulado. «Después de cinco horas allí no nos han puesto solución, no tenemos derecho a nada porque no han activado el protocolo de emergencia. A nuestra zona no podemos volver, no tenemos ni ropa ni nada, y un trabajador nos dijo que el primer vuelo que podemos tomar es el 30 de septiembre o el 2 de octubre. Nos dicen que no hay ninguna solución, que no pueden hacer nada por los españoles en Líbano».

Sin embargo, los vuelos comerciales desde el aeropuerto de Beirut, a donde habría que conducir en un contexto de peligrosidad y colapso en las carreteras, son cada vez más escasos. Las compañías aéreas están cancelando sus operaciones y en los que por ahora siguen vigentes no hay plazas o el asiento tiene un precio que ronda los tres mil euros, sin tener garantizado que el servicio no se vaya a cancelar a última hora.

El problema ya no es solo continuar cinco días o una semana en una zona de guerra, con el serio peligro que eso conlleva para sus vidas por los continuos bombardeos de Israel, que solo el lunes causó 600 muertos y 2.000 heridos, sino que simplemente no tienen los recursos económicos para poder comprar esos billetes. «El dinero que yo y mi hermano podamos tener ni siquiera se lo podemos mandar porque allí los bancos no funcionan, no hay nada y tampoco sé qué hacer», expresa resignada Carolina.

El Ministerio de Asuntos Exteriores apunta en su página web que «se desaconseja el viaje bajo cualquier circunstancia al Líbano» y que «a los españoles que se encuentran en el país, especialmente si su estancia es temporal, se les recomienda que salgan del país utilizando los medios comerciales existentes».