![Clientes de la panadería-cafetería Goxo-Goxo celebran por todo lo alto que haya tocado el 89109.](https://s1.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/202112/22/media/cortadas/azkoitia2-k1kG-U160341026455tZE-624x385@Diario%20Vasco.jpg)
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«Que nos ha tocado, que nos ha tocado». Como si fuera un sueño, los vecinos de Azkoitia repetían una y otra vez la frase que más felicidad ha repartido el 22 de diciembre con el Sorteo de la Lotería de Navidad. Un quinto premio que dejó hasta 2.360.000 de euros en la comarca y que tanta felicidad regaló entre los vecinos del barrio de Jausoro. Un 'pellizco' de 6.000 euros por cabeza para los agraciados que se han hecho con un décimo.
Ni la panadería-cafetería Goxo-Goxo ni sus clientes más fieles olvidarán nunca el número 89109. Ni tampoco en el bar Troxka de Aizarnabal. «Los dos locales son míos», reconoció un Josu Azpiazu pletórico y todavía sin creerse del todo que era uno de los ganadores. «Yo he venido como cada mañana a trabajar y cuando he visto que caían los premios más gordos he pensado que este año tampoco iba a ser, pero en el último momento va y sale», reconoció entre risas. «En la panadería llevamos ocho años comprando lotería, pero en el bar es la primera vez. El año pasado no pudimos y este, no sabíamos por qué, teníamos el pálpito de que iba a caer, y así ha sido».
Aunque, tal y como reconoció, es casi tan difícil que te toque como el hecho de asimilar que te ha tocado. «Cuando lo he escuchado no me lo podía creer. He tenido que mirar una y otra vez a ver si era el número o no. Luego ha empezado la gente a mandarme mensajes, a llamarme y me he puesto cada vez más nervioso. Y me decía a mí mismo 'no puede ser', porque es que no te lo crees en ese momento».
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Aitor Ansa
El premio, además de por el premio, ha supuesto todavía una alegría mayor por el momento en el que cae. «Con el año que hemos tenido, cerrarlo de esta manera es lo mejor», reconoció el propio Josu. Ha sido tanta la alegría que a las pocas horas algunos ya sabían qué querían hacer con el premio. «Al final no es una cantidad como para poderte retirar, ni para tapar esos agujeros que tiene tanta gente», reconoce Joaquín, «pero te da un 'subidón' que hace que pases estas fechas de gastos más tranquilos». Con Olentzero y los Reyes Magos a la vuelta de la esquina, él lo tiene claro. «Si antes mi niña quería la muñeca de 50 euros, ahora le compraremos la de 100».
La lotería deja también otras historias como la de Kati Méndez. En los pocos momentos en los que no estuvo pegada al teléfono agradeciendo las múltiples felicitaciones por ser una de las premiadas, pudo reconocer que lo que «más alegría me da es que me ha tocado; nunca me había tocado nada» y «aunque no sea una fortuna, es una alegría inmensa saber que yo he sido una de las ganadoras. Todavía no me lo creo». La sorpresa ha llegado cuando menos lo esperaba. «He estado toda la mañana pegada a la televisión con toda la ilusión del mundo, pero para las 13.00 horas ya me he dado por vencida y me he ido a tomar algo por el barrio». Fue entonces cuando su teléfono empezó a sonar, cosa que no dejó de hacer en todo el resto del día. «Ahora es momento de disfrutar y de planear los primeros viajes porque para eso quiero el dinero. Alicante y Andalucía se van a visitar seguro y luego ya veremos qué hacemos».
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La esperanza que genera el Sorteo de la Navidad lleva a que se compren décimos para amigos, familiares y hasta vecinos que, por lo que sea, ese año no quieren participar. Y fíjate si gracias a esa solidaridad eres parte del selecto grupo de ganadores de un quinto premio de la lotería. Esa ha sido la anécdota de Javier. «Mi madre este año no había comprado pero una vecina suya le cogió un boleto por si acaso, y menos mal», afirmó eufórico y celebrándolo copa de champán en mano. «Yo estaba en el trabajo, comiendo, cuando me han avisado de que había tocado en Azkoitia, en mi barrio. Ahí han empezado los sudores fríos y cuando me he enterado que ha tocado en la panadería no me lo podía creer».
Tan auténtica y única como dicha historia fue la llamada que mantuvo con su madre nada más enterarse. «Le he llamado por teléfono y le he preguntado si se había enterado de que había tocado en el barrio y me ha dicho que sí, pero que no sabía a quién. 'A ti ama, que te ha tocado a ti'». Una alegría que a pesar de que su madre estuviera resfriada y no pudiese bajar junto al resto de los vecinos a la plaza, no lo celebró sola. «En un rato subo y lo festejaremos como es debido», aseguró Javier.
La edad suele ser un factor fundamental a la hora de recibir una noticia de tal calibre como la de ser poseedor de un décimo galardonado con el quinto puesto del Sorteo de Navidad. «A mis 74 años. ¿para qué voy a ahorrar?» apuntó Iñaki. «A mí ya no me queda mucho tiempo, así que habrá que gastarlo, digo yo».
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Y qué mejor que aprovechar ese dinero para darse algún que otro capricho. «Yo tengo claro qué voy a empezar a organizar a partir de mañana: los restaurantes a los que ir. El primero, el Elkano de Getaria. Luego quiero volver al Zuberia, que me gustó mucho, y más adelante iré al restaurante Salegi».
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