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El Gordo, en Donostia

Emoción en Donostia: «Estamos muy felices, imaginamos que a quien le haya tocado todavía más»

Tres décimos del número 88008, el Gordo de la Lotería de Navidad, vendidos en San Sebastián dejaron ayer un buen pellizco. Dos de ellos cayeron en la administración de la calle Alfonso VIII y otro en el Bar Errota en la calle Usurbil. «Estamos muy felices, imaginamos que a quien le haya tocado todavía más», confesaba Lola Gortazar, responsable de 'Lotería Buenpas', donde los dos décimos dejarán 800.000 euros.

«Ya había cerrado la administración porque era la una y ya me iba a casa. He pasado por el estanco para charlar con otras de las trabajadoras del local y ha sido allí cuando nos han llamado de El Diario Vasco para decirnos que habíamos vendido dos décimos. Efectivamente, fuimos a la delegación y lo confirmamos», confesaba Lola.

Han pasado nueve años desde la apertura de esta administración de Lotería y, según Lola, «ésta es la primera vez que damos un premio tan importante en el local». En la administración también trabajan Eloísa Múgica, Fernanda Gaitán y Mila Cartagena. Esta última contaba que en 2013 ya le había tocado repartir un premio. Eso sí, «se trataba de una menor cantidad».

«Han sido dos décimos de máquina, seguramente le ofrecimos un número al comprador y él quería el que ha resultado ganador», explica Lola. «Zorionak!» decía todo aquel que pasaba por la administración donostiarra, además de los encargados de los comercios aledaños, que también se acercaron a dar la enhorabuena a las trabajadoras.

En medio del revuelo y la emoción, dos clientes entraron a comprar un décimo de lotería a la tienda, esta vez para la lotería del Niño. «Nos hemos enterado que ha caído el Gordo y hemos entrado a comprar a ver si nos toca la del Niño», decían los clientes entre risas.

La propietaria del Bar Errota, Cristina Arzamendi, por su parte, también confesaba estar «muy emocionada» por el décimo agraciado y vendido en su establecimiento. «Estaba en casa esperando la llamada del médico cuando de pronto me ha llamado el camarero del bar y me lo ha dicho. Admito que se me ha salido alguna lágrima», confiesa.

«Recuerdo que hace unos años dimos 100 euros a uno de los clientes y no me lo podía creer; imagínate ahora que son 400.000», admite la propietaria del bar ubicado en la calle Usurbil de Donostia. «Me alegra mucho porque es una alegría para los clientes. Y también creo que es un buen ejemplo de que la Lotería te puede tocar no solo en doña Manolita, sino también en el sitio menos esperado», finaliza.

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