Las 10 noticias clave de la jornada
Gemma y Amaia Silván posan con el número 88008, el mismo que ha dejado más de tres millones de euros en Zarautz. MORQUECHO

Ocho décimos del Gordo en Zarautz

«Creo que se los ha llevado una amona para repartirlos»

En la tienda Nur Opariak, del Eroski de Zarautz, se quedaron «sin palabras» tras conocer que habían repartido 3,2 millones de euros en ocho billetes agraciados con el Gordo

Jon Munarriz

Zarautz

Sábado, 23 de diciembre 2023, 01:00

Gemma y Amaia Silván, propietarias de la tienda Nur Opariak, situada en el Eroski de Zarautz, vivieron este viernes una montaña rusa de emociones. En apenas media hora pasaron de la alegría, a la decepción, para acabar descorchando la botella de champán y con ... una alegría que les dejó «sin palabras, aunque tremendamente felices». Había motivos para ello. El Gordo de la Lotería de Navidad, el 88008, había caído de lleno en su establecimiento con ocho décimos premiados. Un golpe de fortuna que vino acompañado de 3,2 millones de euros. «Es súper fuerte. Estoy emocionada, no sé qué decir. No me salen las palabras», reconocía una Gemma que no cabía en sí misma de la alegría.

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Su mañana había empezado como la de cualquier otro viernes del año. A primera hora, subió la persiana de su tienda con la esperanza de que algún comprador se acercase a por algún bolso o la bisutería que venden ella y su hermana. Pero el establecimiento también ejerce como administración de lotería, lo que le obligaba a ver, al menos de reojo, lo que ocurría en el Sorteo de Navidad. La mañana iba pasando, las bolas saliendo y todo transcurría con normalidad, pero sobre las 11.00 horas sonó el teléfono. Eran los medios de comunicación. «Me llamaron tres o cuatro periodistas diciéndome que había dado un quinto premio. Me he puesto muy nerviosa, pero contenta al mismo tiempo», reconocía Gemma, pero su alegría duró poco. En apenas unos minutos su cara cambió por completo. Algo no iba bien. «Al poco rato me llamaron para avisarme de que había habido un error. Que no había dado ningún premio. He pasado un mal rato la verdad, me he venido abajo».

Aún quedaba mucho sorteo por delante, pero después del susto no se afrontaba de la misma manera. Sólo había una manera de quitarse ese mal sabor de boca: Dar el Gordo; y cayó. «Menudo subidón. No sé qué decir. Estoy muy emocionada. Feliz, feliz y feliz», reconocía. Fue un momento de abrazos, de saltar y de abrir la botella de champán para celebrarlo. Además, esta vez no había dudas. «Me ha llamado la delegada de Loterías de Donostia para decirme que había caído aquí», indicaba emocionada.

«Me he quedado sin palabras, no sé qué decir. Han sido ocho décimos del primer premio, eso es mucho dinero»

Gemma Silván

Propietaria de Nur Opariak

El «subidón» de dar el máximo premio de la Lotería es único, algo «muy especial», pero no algo nuevo para la familia Silván. En el 2018 la fortuna también quiso que cayera en la misma administración. «Dimos una pequeña gran alegría a una familia. Les conozco. Vendimos dos décimos ganadores y sé que el dinero les vino muy bien, que les cambió la vida». Pero esta vez ha sido diferente. «Es que han sido ocho décimos...», repetía Gemma con una sonrisa imborrable. «Tres millones doscientos mil euros. Es una locura. Estoy muy contenta»,

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Sin embargo, en algún rincón de Zarautz había ocho personas más felices que ella. A mediodía de ayer aún no se conocía quiénes se habían llevado el primer premio máximo de la Lotería, pero Gemma ya tenía sus sospechas. «No sé quiénes lo han ganado. Por aquí aún no ha venido nadie, aunque espero que lo hagan aunque sea para saludar» confiaba. «Yo creo que ha sido una única familia. Una amona que compró para los hijos o los nietos o una madre para primos, sobrinos e hijos. Además, estoy casi segura de vino ayer mismo –por este jueves–», aseguraba.

«Estaba en casa comiendo y cuando me ha llamado mi hermana diciendo que habíamos dado el Gordo he venido corriendo»

Amaia Silván

Propietaria de Nur Opariak

De un momento a otro se había olvidado de aquel quinto premio que pensaba que había dado y que finalmente no. «Estoy feliz de haber dado el primer premio. No puedo decir otra cosa. Se me ha pasado el disgusto de golpe»

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«El número me era familiar»

En pleno júbilo, Gemma sacó un segundo para echar mano de su móvil y compartir la noticia con sus seres queridos. La primera llamada fue a Amaia, su hermana, con la que comparte el local. «Yo estaba en casa, viendo el sorteo con mi hija», apuntaba Amaia quien se fundió con Gemma en un abrazo nada más llegar a la tienda después de haber salido corriendo de su casa. «Estábamos por sentarnos en la mesa, con el plato de lentejas ya servido y cuando me ha llamado Gemma lo he dejado todo y he venido corriendo».

No obstante, en el momento en el que salió el famoso número 88008, se le hizo familiar. «Desde el primer momento he pensado que podría haber salido de nuestra administración. Nosotros vendemos décimos de máquina y es bastante normal que salgan número repetidos, de esos que la gente considera feos. Y así ha sido. Estamos muy contentas, en 'shock'», apuntaba.

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Una jornada inolvidable para las dos hermanas en la que tuvieron tiempo para bromear con los presentes. «Ya sabéis dónde comprar». De hecho, hubo quienes quisieron probar suerte de cara al próximo sorteo de El Niño. «Que los números que se repiten están de moda», indicaba entre risas.

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