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El glaciar de Aneto triplica la pérdida de hielo por la ola de calor de 2022Subir antaño al Aneto, el techo de los Pirineos, implicaba atravesar un glaciar camino de la cumbre. Hoy en día, en cambio, cada vez es ... más complicado hacerlo porque en lugar de la nieve que le correspondería, hay hielo. Mucho hielo. Los efectos del cambio climático, con el calentamiento global como punta de lanza, se dejan ver a la perfección en este punto de la cordillera pirenaica. Y el glaciar va camino de desaparecer.
Los glaciares de montaña son excelentes indicadores de la variabilidad y el cambio climático porque su evolución depende del equilibrio entre la acumulación de nieve durante el período frío y la fusión de hielo y nieve durante la estación más cálida. El glaciar del Aneto es uno de los glaciares más meridionales de Europa y, a pesar de ser un glaciar muy pequeño (un tamaño inferior a los 0,5 km2), es el más grande de los Pirineos.
Un reciente estudio liderado por el Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC) y publicado en la revista 'The Cryosphere' ha ratificado que, para el periodo 1981-2022, la superficie del glaciar de Aneto ha disminuido un 64,7%: de 135,7 hectáreas (ha) a 48,1.
El objetivo del estudio era analizar la evolución reciente del glaciar más grande y alto de los Pirineos utilizando el conjunto de datos temporales más largo de pérdida de espesor de los glaciares en los Pirineos. Además, el trabajo ha permitido evaluar el impacto de una única temporada extremadamente cálida y seca (2022) en la evolución de los glaciares. «Hemos realizado el estudio del glaciar de Aneto más detallado (modelos tridimensionales del glaciar de muy alta resolución) y longevo (41 años) hasta el momento. Para ello, hemos reconstruido las superficies del glaciar entre 1981 y 2022 a partir del uso de imágenes aéreas de muy alta resolución que han sido obtenidas, por un lado, por el Instituto Geográfico Nacional para el año 1981 y mediante vuelos LIDAR para el año 2011 y, por otro, por vehículos aéreos no tripulados (drones) para los años 2020, 2021 y 2022, según explica Eñaut Izagirre, profesor del Departamento de Geografía, Prehistoria y Arqueología de la Universidad del País Vasco y participante en la investigación.
La pérdida de superficie glaciar en los Pirineos es notable: había más de 100 glaciares en 1850, 39 en 1984, 21 en 2020 y 18 en 2022, correspondientes a una superficie de 2.060 hectáreas en 1850, 810 ha en 1984, 232 ha en 2020 y 170 ha en 2022, lo que representa una pérdida del 92% del área glaciar desde el final de la Pequeña Edad de Hielo.
En concreto, en el Aneto, durante los últimos 41 años, la superficie glaciar se ha reducido un 64,7% y el espesor del hielo ha disminuido, en promedio, 30,5 metros. «El espesor medio del hielo restante en el otoño de 2022 fue de 11,9 m, frente al espesor medio de 32,9, 19,2 y 15,0 m reconstruido para 1981 y 2011 y observado en 2020, respectivamente. Los resultados demuestran la crítica situación del glaciar, con una inminente segmentación en tres cuerpos de hielo más pequeños y sin evidencia de una zona de acumulación. También encontramos que la influencia de un año extremadamente caluroso y seco, como se observó en la temporada 2021-2022, conduce a una degradación drástica del glaciar, lo que representa un alto riesgo para la persistencia del glaciar de Aneto, situación que podría extenderse a el resto de glaciares pirenaicos en un tiempo relativamente corto», detallan los investigadores.
Los datos de la investigación señalan que la distribución del espesor del hielo muestra zonas alrededor de los glaciares con muy poco espesor, por lo que esas zonas están muy cerca de desglaciarse durante los próximos veranos. Las pérdidas de superficie y espesor del glaciar de Aneto indican la situación crítica de esa masa de hielo. Se encuentra en su etapa terminal, mostrando fragmentación en cuerpos de hielo más pequeños y presencia de cubierta de derrubios en algunas áreas. «Las tasas de adelgazamiento del glaciar, que estaban en torno a 1 m por año, se han triplicado en el último año de estudio (entre 2021 y 2022), lo cual demuestra la afección de un año bastante seco y, sobre todo, extremadamente cálido como 2022 sobre la fusión de la nieve y el hielo en el glaciar de Aneto», concluye el profesor de la UPV/EHU.
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