Con un taco de alegría que no voy a reproducir aquí, y gritando todo eufórico y entusiasmado, -y no era para menos-, la palabra «CUMBRE» con mayúsculas, Alex Txikon celebraba ayer el mejor regalo de Reyes que podía tener, llegar a la cima del Manaslu ... en plena temporada invernal. Dicen que la paciencia y la insistencia es un don. Un don que el alpinista vizcaíno, residente en Azpeitia, lo tiene porque por insistir y ser paciente ayer logró la primera ascensión (¡ojo!, según las nuevas normas) invernal al Manaslu de 8.163 metros, su duodécimo ochomil y su segunda cumbre de ochomil metros en invierno.
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Recibía ayer por wasap un mensaje tempranero -a las 8.36 horas-, enviado por un amigo común. Joseba, que había acompañado a Alex al trekking del Makalu con SOS Himalaya, relataba con serenidad que en ese momento el alpinista vizcaíno estaba en la cumbre del Manaslu. No se me ha ocurrido pensar más que en dos cosas, alegrarme por mi amigo Alex por el hecho de haber realizado la cima en primer lugar, y en segundo, porque después de casi siete años llevaba una larga sequía de cimas, por lo que pensé que ya le hacía falta hacerla… Y con esa perseverancia, paciencia e insistencia, aunque haya tardado mucho, ha llegado el momento de su merecida recompensa. De esa cima invernal tan deseada después de los intentos frustrados del Everest en 2017, 2018 y 2020, del K-2 en 2019 y del propio Manaslu en 2021 y 2022. Y la otra cosa que me vino ayer a la cabeza después de conocer la noticia fue ¡qué estupendo regalo de Reyes ha recibido Alex!
Del relato, la cronología y demás información a cerca de la ascensión ya se lo cuento al lector en las páginas de Deportes de hoy además de estar ustedes informados desde ayer en la página web de DV.
Alex descansa ahora en el campo base a buen seguro con la tranquilidad del deber cumplido, sabedor, por la inmensa experiencia que lleva tras cerca de 40 expediciones, de que una ascensión nunca termina en la cima, sino en la tranquilidad y seguridad del campamento base: «Ese momento será cuando consigamos la verdadera cima», dijo ayer después de hacer cumbre y emprender el camino de regreso.
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En 2021 el Manaslu se les quedó a mil metros por encima de ellos retirándose del intento cuando estaban a 7.050 metros. En aquella ocasión Alex tomo la decisión, como siempre, acertadísima, de darse la vuelta: «La sensatez nos ha hecho darnos la vuelta. La seguridad del equipo está por encima de todo». Tocó retirarse sin la deseada cima. En 2022 las condiciones meteorológicas no le dieron tregua ni siquiera para, como se dice en el argot de escalada, darle un pegue al Manaslu. No tuvieron, como titulé en estas mismas columnas de hace once meses, ni media oportunidad. El mal tiempo y la caída persistente de aludes, nuevamente les hacía tomar la decisión de renunciar. Y así lo contaba Alex: «Lo hemos intentado y hemos esperado todo lo que hemos podido, pero hay que reconocer la evidencia. Siempre he dicho que la seguridad es lo más importante del equipo y llegó el momento de demostrarlo tomando la decisión de abandonar».
Este intento invernal de 2023 ha sido el definitivo. Por algo dicen eso de que 'a la tercera va la vencida'. Y 2023 Alex y su equipo lo han estrenado con un gran regalo de Reyes.
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