Carlos Morán supera Burgos

Carlos Morán ya ha llegado a Burgos. El corredor de montaña de Zegama, junto al coreano Hyun Chang Chung, continúan con su propósito de llegar a Santiago de Compostela, aunque según comenta «lograr un nuevo récord es casi imposible para nosotros en estos momentos». Morán y Chang partieron el martes desde Donibane Garazi (Saint-Jean-Pied-de-Port) con el objetivo de completar el recorrido de 773 kilómetros que les separaban hasta Santiago de Compostela en seis días, batiendo el récord de Miguel Mataix en un tiempo de 6 días 10 horas 15 minutos.

Tras una primera jornada de niebla, lluvia y frío los dos atletas lograron alcanzar su primer objetivo, llegar a Lukin. 125 kilómetros separaban ambas localidades y se veían con mucha fuerza para emprender el segundo tramo de la prueba. Tras partir de la localidad navarra, Moran y Chang emprendieron una segunda etapa en la que el buen tiempo animó a los atletas a completar los 113 kilómetros que se habían marcado, alcanzado Belorado, donde pernoctaron para descansar, reponer fuerzas y afrontar la tercera jornada.

Este jueves, en su tercera etapa el calor aprieta en tierras burgalesas, ya que el termómetro ronda los 30 grados, y la escasez de sombra hace mella en los corredores, aunque no desisten en su propósito de llegar a Santiago de Compostela, haya récord o no lo haya. Les quedan por delante en torno a 470 kilómetros de camino corriendo o andando con el deseo de ver cumplido un sueño.

Cabe recordar que Morán y Chang se han propuesto batir el mejor tiempo conocido, establecido en 2018 por Miguel Mataix en un tiempo de 6 días 10 horas 15 minutos, apoyado por una autocaravana. Según el cálculo del corredor alicantino logró su récord tras casi 790 km y 12.000 metros positivos, es decir, algo más de 120 kilómetros diarios.

Morán y Chang llevaban meses de intercambio de mensajes por WhatsApp, «porque coordinar y preparar la infraestructura que necesitamos para llevar a cabo el reto en condiciones es muy complicado». Logística que incluye contar con un conductor de autocaravana, apoyo para preparar los avituallamientos y muchos detalles. Les ha ayudado Imanol Alesón y sus familias, pero el previo ha sido «una odisea», reconocía días antes de partir.

El Camino de Santiago les ha unido en esta gesta, ya que de manera casual surgió la conversación y las ganas de ambos de correrlo, pero ambos llevan a sus pies miles de kilómetros por asfalto, montaña y pista. Las ganas de realizar el Camino de Santiago les unieron a un zegamarra que a sus más de 60 años entrena duro para cumplir sueños y batir nuevos récords, «aunque sea conmigo mismo», y a un coreano que sobrevivió al tsunami de 2004 y no deja de recorrer el mundo corriendo con el apoyo de su mujer vizcaína y los hijos de ambos.

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