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Desde que desaparecieron Mallory e Irvine en la cara norte del Everest se desató el enigma de si fueron los primeros en llegar a la ... cima del Everest 29 años antes de que lo hicieran oficialmente el neozelandés sir Edmund Hillary y su sherpa Tensing Norgay el 29 de mayo de 1953.
Nueve años después de la tercera incursión en el Everest, tras las de 1921 y 1922, se encontró en abril de aquel año 1933 el piolet de Andrew Irvine, compañero de George Mallory en el ¿intento o cima? de la expedición británica al Everest en 1924.
Hasta 1999 no se volvió a saber nada de aquella historia inacabada y seguía deshojándose la margarita de si Irvine y Mallory fueron los primeros en la cima del Everest. Ese año se organizó una expedición de búsqueda de los restos de los dos malogrados alpinistas de 1924. Se descubrió el cadáver de George Mallory continuando a pesar de ello con el enigma de si fueron los primeros o no en ascender al techo del mundo.
Vuelve a estar la pregunta sobre la mesa cuando en octubre del año pasado, centenario de su desaparición, National Geography organizó una expedición liderada por el fotógrafo Jimmy Chin que junto a los cámaras Erich Roepke y Mark Fisher fueron los que secundaron el importante hallazgo de una bota con su calcetín y restos de Irvine. En el calcetín de lana estaba cosida la inscripción A.C. Irvine. No había duda, era él.
Han sido a lo largo de la historia, pero muy separados en el tiempo, tres importantes hallazgos en 1933, 1999 y 2024. Ninguno de los tres concluyente a la pregunta que sigue sin resolverse.
Sebastián Álvaro, perfecto conocedor de la historia que la explica magistralmente en su libro titulado 'Everest 1924, el enigma de Irvine y Mallory' (Ediciones Desnivel. Madrid 2021) comentaba: «El hallazgo del cuerpo de Irvine lo que pone de manifiesto nuevamente es el mayor enigma en la historia del alpinismo que es la desaparición de Irvine y Mallory el 8 de junio de 1924, cuando por última vez se les ve aproximadamente a unos 200 metros de la cumbre del Everest. El enigma ni más ni menos es: ¿aquellos hombres pudieron ser los primeros en subir al Everest?».
Álvaro sigue haciéndose la pregunta porque es un acérrimo defensor de otorgarles a Mallory e Irvine el beneficio de la duda, es decir, George y Andrew podrían haber sido los primeros. «Yo creo que la aparición de la bota de Irvine lo que nos va a dar son pistas, pero hasta ahora realmente todo lo que está ocurriendo es lo que ya escribí en el libro 'Everest 1924' es el detalle de sus últimas horas y qué les pudo suceder. Todo parece indicar que murieron de bajada, de una caída, no llevaban las gafas de sol, lo cual quiere decir que bajaban ya en penumbra; ni tampoco llevaban las botellas de oxígeno, es decir, las habían consumido. Sabiendo que esa gente no era nada alocada, aunque tenían mayor capacidad de arriesgar que nosotros, si tuvieron la cima del Everest a mano, a tiro de bota, lo hubieran hecho seguro». Y concluye: «Mi corazón y mi cabeza dice que hay muchas probabilidades de que hubieran subido a la cima». Esto haría que se tuviese que reescribir la historia.
El misterio sigue siendo un gran misterio. Y la pregunta del millón ha vuelto a estar de rabiosa actualidad: ¿Irvine y Mallory, habrán sido los primeros?
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