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La nieve caída la víspera permanecía congelada esta semana mientras el viento del Norte recordaba que todavía es invierno.

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La nieve caída la víspera permanecía congelada esta semana mientras el viento del Norte recordaba que todavía es invierno. Belauntzaran
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Beloki, territorio de lobos y pastores

La discreta cima de Aralar ha sido testigo silencioso del paso de rebaños, pastores y senderistas que han disfrutado de su silencio y tranquilidad

Viernes, 28 de febrero 2025, 09:48

Un fino manto blanco de nieve mancha las lomas de Beloki (1.271 m.), mientras el astro rey intenta mostrar su fuerza en una fría mañana de la última semana de febrero, en la que Ipar nos recuerda que es invierno. Aunque este sábado estrenemos marzo, nuestra visita al discreto monte de Aralar lo realizamos en febrero u 'otsaila', el mes de los lobos que recorrían los bosques, rasos o claros de la sierra en busca de alimento. A lo largo y ancho de Aralar, tanto por el lado guipuzcoano como el navarro las referencias a los temidos canes salvajes son abundantes si reparamos a la toponimia del lugar. De hecho, no muy lejos de la Beloki se encuentra Otsoita, la cueva de los lobos de Aralar.

Algunas fuentes consultadas destacan que los últimos lobos de Navarra desaparecieron entre 1925-1930, quedando relegada la especie en las sierras de Aralar, Urbasa y Andia «donde esporádicamente se siguieron viendo algunos». Hay diversas referencias a la caza de un lobo en el año 1914 en la sierra de Andia donde «estaba causando grandes daños a la ganadería», recogen. Aunque oficialmente estaba extinguido, «se han visto algunos ejemplares entre los años 1995 y 1997 en la sierra de San Pedro, Urbasa y Lerín los cuales causaron daños que inicialmente fueron atribuidos a perros asilvestrados», según el artículo titulado 'Últimos datos sobre el lobo (Canis lupus) en el País Vasco y Navarra de M. Sáenz de Buruaga, M. A. Campos, E. Arberas y A. Onrubia.

En el mismo artículo se cita la aparición de la especie en Gipuzkoa, en mayo de 1996, tras más de 75 años de ausencia en el parque natural de Aralar. Todos los indicios apuntan a que el ejemplar o ejemplares eran los mismos que los aparecidos en Navarra (sierra de Urbasa), ya que los ataques reconocidos en ambos sectores fronterizos se concatenaban en el tiempo de una forma nítida.

Información MIDE

  • Acceso Acceder hasta Lekunberri por la A-15 para después tomar la carretera a San Miguel.

  • Horario El recorrido que proponemos en esta ruta exige un conocimiento del entorno o el uso de un track, ya que no está señalizado con marcas de pintura ni señales.

  • Distancia 7,5 km

  • Desnivel positivo 408 m

  • Severidad del medio 3

  • Dificultad orientación 4

  • Dificultad del terreno 3

  • Esfuerzo necesario 3

Mientras a finales del siglo pasado y a lo largo de este, la presencia de lobos «ha sido esporádica», según recogía Rufino Iraola en su blog «en las cuentas de Villafranca (Ordizia) aparece que desde el año siguiente de 1579 al de 1608 se pagaron en premios a los cazadores por matar durante ese tiempo 19 osos, 7 lobos y una onza brava. En tiempos más cercanos a los nuestros consta que se mataron un oso en el término de Gabiria en 1658 y otro en Aralar en 1735, el cual pesó 87 Kg quitada la piel y estuvo expuesto en el patio del palacio del Marqués de Valmediano en Villafranca».

«Para ello tenían los pastores a sueldo a hombres expertos a quienes notificaban la aparición del animal», asegura. A lo que añade que durante la nevada de 1895 se produjo una seria disputa entre los vecinos de Zaldibia y los de Ataun. «Pusieron los zaldibitarras en los montes de la Unión de Aralar (Enirio Aralar) una cabeza de burro envenenada con estrignina y los de Ataun en su término una cabeza de cabra, dispuesta de igual forma. Al visitar sus correspondientes cebos a la mañana siguiente, se encontraron los zaldibitarrs con una zorra grande, un águila enorme, cuyas alas median dos metros y medio, y un hermoso lobo de 49 kg, todos los cuales perecieron a muy corta distancia del punto en que quisieron celebrar el festín.

A su vez los de Ataun, al girar su vista a la cabeza de cabra, observaron en la nieve rastros de un lobo, que depués de haber gustado el cebo, se había retirado en dirección de las montañas de Zaldibia. Al enterarse que los de esta villa habían cogido un lobo, creyeron que el que se envenenó con el cebo puesto por ellos y reclamaron la presa. El alcalde de Ataun a quien acudieron las dos partes a recabar el certificado con el que habían de presentarse a cobrar 375 pts, que por una sociedad de pastores estaba asignado al cazador que diera muerte al lobo».

En una encuesta realizada a mediados de los cincuenta del siglo XX en Abaltzisketa se recogió que mientras hubo lobos en Aralar «los pastores no vivieron tranquilos. Levantaban alrededor de la txabola una pared bastante grande de piedra llamada 'zerkea', donde recogían a las ovejas por la noche. Cuando el lobo aparecía de día era más fácil ahuyentarlo y en caso de que estuviesen unos cuan tos pastores, matarlo; aun así permanecían junto al rebaño por temor a que resultase atacado».

Según recoge la enciclopedia de Labayru Fundazioa de 'Historia de Guipuzcoa. Guipuzcoaco condaira' según datos aportados por Juan Ignacio de Iztueta «en el siglo XIX pastaban en el Aralar guipuzcoano 40.000 ovejas que estaban al cuidado de 800 pastores. En concreto, los pastores de Zaldibia, en unos cien rebaños, subían cerca de 10.000 ovejas y 2.000 corderos de año a la sierra». En la publicación 'Monografía etnográfica de Beasain' (Beasaingo paperak) se recoge según José Zufiaurre «en 1996 habían pastado en esta sierra 13.880 ovejas y corderos junto a 580 yeguas y 377 vacas. Las ovejas estaban al cuidado de 48 pastores, de ellos 12 son de Zaldibia».

Hasta Beloki por Etzantza

Comenzamos el recorrido a Beloki desde el pequeño parking situado a un lado de la carretera de San Miguel de Aralar, entre el kilómetro 9 y 10. Una gran piedra en la que se puede leer 'DFN. Monte de Aralar' (950 m.) que se sitúa junto a la puerta metálica. Seguimos la pista de grava suelta que nos conduce por preciosos bosques desnudos en los que el blanco, gris, verde y marrón se mezclan ofreciendo unas imágenes únicas bajo el cielo azul en una fría mañana de esta semana.

El silencio es absoluto hasta que llegamos a una regata que desciende con fuerza junto a la señal vertical que nos indica la distancia hasta Lizarrusti y Errenaga. Seguimos en esa dirección hasta alcanzar los rasos de Etzantza, donde vemos algunas txabolas de pastores que no han subido aún sus rebaños.Seguimos la pista hasta alcanzar una nueva señal vertical en el collado de Beloki, junto a la que comenzamos el ascenso hasta el buzón de Beloki a nuestra izquierda.

La pendiente es bastante inclinada, pero no demasiado larga, ya que en unos trescientos-cuatrocientos metros ascendemos desde los mil metros a los 1.271 de la cima. Desde ella, las vistas son espectaculares. Hirumugarrieta, Atallorbe, Kurutzeaga, Mendiaundi, Tutturre, Beriain,... Todos ellos sobre una nube densa que rodea a Beloki y las cimas latas de Aralar.

Buzón de Beloki desde el que las vistas de las distintas cimas de Aralar y otras sierras son espectaculares.

Después de sacar las fotos de rigor y disfrutar de las vistas comenzamos el descenso dirección a la zona boscosa que vemos al otro lado de la pendiente de la loma de Beloki. Un lugar maravilloso en el que los hitos colocados a la derecha nos conduce por un sendero que transcurre por hayedos con enormes árboles desnudos rodeados de acebos que brotan por doquier.

El escenario perfecto para una película de fantasía en la que en cualquier momento pueden aparecer los guardianes del bosque en forma de 'ipotxa', hadas u otros personajes mitológicos.

De manera sencilla alcanzamos nuevamente la pista que nos acercó hasta el raso y sin darnos cuenta nuevamente estamos junto a la carretera. Un regalo.

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