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Una energía especial rodea al santuario de Arantzazu. Así lo sienten quienes acuden hasta al apartado rincón de Oñati y lo repiten al situarse frente a los catorce apóstoles que Jorge Oteiza diseñó en la fachada del vanguardista templo, sobre las puertas de hierro obra de Eduardo Chillida. Las pinturas de Nestor Basterretxea y Lucio Muñoz completan el elenco de artistas que forman parte de la decoración de este único edificio, un proyecto de Francisco Javier Sáenz de Oiza y Luis Laorga. En su interior, la imagen de la Virgen de Arantzazu preside el ábside. Se trata de una talla en piedra de perfil gótico que destaca en la enorme pared gris a pesar de su escaso tamaño, 36 centímetros. Su perfecta ubicación o la magia que la envuelve atrae la atención de quien visita la preciosa basílica.
Una joya arquitectónica que se erige a 750 metros de altitud, sobre barrancos y sobre roquedales en una zona agreste y natural, en la que es habitual observar y sentirse observados por los enormes buitres leonados que anidan en la zona mientras un gavilán llama la atención de los visitantes con su extridente grito. Arantzazu se sitúa en un precioso entorno natural que ofrece unas magníficas vistas hacia Orkatzategi-Andarto-Kurutzeberri. A sus pies se encuentra la zona de Arrikurutz con su gruta de más de 6 km llena de galerías donde se descubrieron huellas del paso de rinoceronte lanudo, hiena de las cavernas y ciervos gigantes, numerosas osamentas de osos cavernarios y el importante hallazgo del esqueleto completo de un león de las cavernas.
Desde Arantzazu podemos acceder a Urbia y la sierra de aizkorri, así como a la de Aloña. En dicha sierra se encuentra la cima de esta semana, Gorgomendi.
Gorgomendi es el monte más conocido y popular de la sierra de Aloña, aunque no el más alto ya que le superan Buetraitz (1.321 m.) y Arkaitz (1.315 m.), entre los montes que la conforman y desde la que se pueden ver muchos de los rincones de la villa universitaria del Alto Deba. También conocida como Gorgomendi (1.248 m.), destaca entre sus hermanas por sus laderas herbosas que lucen estos días un tono verde precioso que contrasta con el gris de las demás cumbres que son más toscas, ya que en ellas predomina el suelo rocoso. Cabe destacar que la sierra de Aloña es la prolongación natural de Aizkorri. Por el flanco occidental, se eleva sobre el cauce del río Arantzazu, cuyo barranco también la delimita por el lado S. Por el E enlaza en el collado Biozkorna (1.195 m.) con la sierra de Aizkorri, mientras que al Norte domina con una balconada de más de un millar de metros el valle de Oñati.
La totalidad de las cumbres de la sierra se sitúan sobre la línea divisoria de vertientes: Belar (897 m.), Gorgomendi o Aloñamendi (1.244 m.), en la que se alza la gran cruz, bien visible desde casi cualquier lugar del valle.
Siguiendo con las cumbres que conforman la sierra se encuentran las de Kurtzezar (1.287 m.), Buetraitz (1.320 m.), la más elevada de la sierra; Arkaitz ( 1.312 m.), Urrabiatza (1.265 m.) y Biozkorna (1.274 m.), justo antes del collado homónimo (1.195 m.), en el que se sitúa una peculiar roca denominada 'Amabirjiñen sillea'. En su vertiente S se sitúa, por encima del barranco de igual nombre, el santuario de Nuestra Señora de Arantzazu, patrona de Gipuzkoa, muy venerada en la provincia y en muchos lugares de la próxima geografía alavesa.
La subida a Gorgomendi en esta ocasión la realizaremos desde el santuario de Arantzazu. Desde su aparcamiento deberemos subir las escaleras que nos conducen hacia la zona alta de Arantzazulab y seguir la rampa de madera que nos conduce hasta una primera señal que nos indica el nuestro camino como lo hacen las numerosas señales de pintura a lo largo del trayecto. Otra opción es dirigirse desde el santuario hasta el caserío Gomiztegi desde se accede hasta el camino que nos conduce a Duru.
Desde Gomiztegi o desde Arantzazu tomamos como referencia Duru (960 m.) y avanzamos subiendo un buen rato en un camino pedregueso entre enormes hayas y árboles que nos cobijan de la soleada mañana. Sin darnos cuenta, alcanzamos las primeras bordas que se han convertido en algunas ocasiones en bonitas edificaciones de montaña privilegiadas por la tranquilidad que las rodea. Tan solo el tintineo de los cencerros de vacas y yeguas altera el silencio del lugar.
Horario: El recorrido completo visitando las tres cimas ronda las 4 horas. El ascenso y bajada hasta Gorgomendi desde el santuario se puede realizar en 2.30.
Distancia: 12km
Desnivel positivo: 870 m
Severidad del medio: 4
Dificultad orientación: 3
Dificultad del terreno: 3
Esfuerzo necesario: 4
Seguimos nuestro recorrido hasta un terreno abierto hasta la base del Belar, una cima menor, con buzón (año 1996) que cuelga sobre los caseríos de Urteagain y Oñati. De vuelta al collado, la cima del Gorgomendi se divisa a lo lejos. Subimos por un ancho pasillo herboso comprendido entre la tapia que protege refugios y corrales y una alambrada. Después debemos seguir la pista cementada que nos conduce hasta Gorgomendi.
Una cima aplanada, que está coronada por la enorme cruz de hierro alzada el 13 de octubre de 1901 y su buzón a sus pies. En la cruz, de hierro forjado que alcanza una altura de 9 metros y que se encuentra rodeada por un pequeño cercado, se pueden leer diferentes mensajes que datan de MCMI el más antiguo y de 2001, el más reciente. En él se indica: «Gurutze Santua zaindu Oñati orain eta beti. 2001 urte santua».
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Desde ese punto donde se ubica la cruz podemos disfrutar de unas magníficas vistas de Oñati y las numerosas cumbres que le rodean: Udalatx, Anboto, Gorbeia, Orkatzategi, Kurutzebarri, así como parte del embalse de Urkulu, incluso, como nos indica un oñatiarra desde la cima se puede ver la cima de San Lorenzo de Valdezcaray.
Desde Gorgomendi nos dirigimos hacia Botreatiz/Buetraitz, por el Sureste, paralelos al precipicio. Alcanzamos antes la pequeña cumbre rocosa del monte Kurtzezar (1287 m), muy próxima al monte Botreaitz.
Hasta Kurtzezar subimos de manera tranquila por una zona de pasto donde se encuentra un enorme rebaño de ovejas Latxas, que ni se inmuta ante la presencia de los senderistas. Ni ellas ni las yeguas que pastan unos metros más arriba, ajenas a nuestro paso y disfrutan de la paz del lugar. Afortunadas ellas. Después continuamos nuestra subida al monte Botreaitz. Podemos seguir por rocosa la cresta pero es mejor descender hacia la derecha para luego volver a ascender.
Ya en la cima del monte Botreaitz/Buetraitz (1321 m), la cumbre más alta de la sierra de Aloña, solo nos queda disfrutar del paisaje y del perfecto vuelo de los buitres que surcan el precioso azul cielo. Precisamente su nombre procede de la peña de buitres, los señores de la zona.
El descenso podemos realizarlo por la zona de pastos que nos conduce hasta la pista por la que comenzamos el ascenso hasta Gorgomendi y pronto alcanzamos las bordas de la zona de Duru. A partir de ahí se trata de desandar el camino realizado hasta el santuario.
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