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El invierno se encarga de mantener inertes a los colores vivos de la Naturaleza. Los tonos rojizos, amarillos, ocres y demás tonos marrones imperan en cada rincón de la línea de Adarra-Mandoegi bajo un intenso azul que contrasta, más aún si cabe, sobre el resto. Línea que se extiende por tierras guipuzcoanas y navarras. En esta ocasión optamos por visitar Mandoegi (1.046 m.). Una cima que pasa desapercibida para muchos, pero que se convierte en un hermoso balcón desde el que poder disfrutar de magníficas vistas de los valles del Urumea a un lado y los del río Leitzaran al otro.
Mandoegi, situada en la línea conocida como Adarra/Mandoegi, está rodeada por montes como Ipuliño, Altzegi y Urepel, entre otros, siendo este último el punto más alto del cordal. Cabe destacar que la línea principal del macizo Adarra/Mandoegi toma su inicio en Hernani, elevando hacia el sur las cumbres de Oindi (548 m.), Aballarri (642 m.) y el archiconocido Adarra (819 m.), como recoge Mendikat. Desde el Oindo (785 m.), cerrando por el N el valle de Leitzaran se dirige hacia el SE por Zaburu (781 m.), Azketa ( 835 m.) y Etzala 813 m.) para enlazar con la muga con Navarra en la extensa loma de Leuneta ( 887 m.). En este punto entroncan dos cordales más, el que asciende desde el N pasando por la cima de Garagartza (674 m.) y el que se incorpora por el NE procedente de Arano, que se sitúa en balconada por encima del valle del Urumea. Continúan las cimas de Leuneta (887 m.), y en dirección Sur, Baratzazarreta (986 m.), Mandoegi (1.046 m.), Urepel (1.059 m.) para terminar en Altzegi (1.015 m.). Estas tres últimas cumbres son las únicas de todo el macizo que superan los 1.000 metros de altitud. El valle de Leitzalarrea separa y diferencia entonces el macizo del monte Eguzkizko muinoa ( 1.083 m.) que se alza por encima de Leitza.
Acceso: Siguiendo la A-15 se llega a Hernani (GI-3410) para tomar la carretera a Goizueta (NA-4150) para tomar después el cruce a Arano.
Horario: El recorrido hasta el buzón de Mandoegi desde Arano ronda las 2-2,5 horas. En unas cuatro horas y media se puede completar la interesante circular.
Distancia: 16,5km.
Desnivel positivo: 1.081m.
Severidad del medio: 3.
Dificultad orientación: 3.
Dificultad del terreno: 3.
Esfuerzo necesario: 3.
Una u otra ofrecen unas magníficas vistas del valle y permiten contemplar la ubicación de los monumentos megalíticos que existen entre Onddi y Mandoegi. De hecho, entre Andoain y Arano, hay una mítica muga entre vascones y várdulos, una de las zonas más ricas en crómlech de Europa. Entre ellos destacan los crómlech de Arleoko zabala, uno de los conjuntos de crómlech más occidental de la península ibérica. Está entre las peñas de Arleor y Trintxaulekueta con impresionantes vistas a San Sebastián.
Ya en tierras navarras, entre el gran número de monumentos megalíticos identificados, se encuentra el bonito rincón de Errekaleku. Este paraje por sí solo cuenta con 16 círculos de piedra con diferentes grados de visibilidad. Llama la atención una piedra de uno de ellos que sobresale del resto. En la zona se encuentra el dolmen de Añonea, que muy cerca cuenta con un túmulo. Joyas de la prehistoria que nos muestran la sabiduría de los primeros pobladores que eligieron los mejores emplazamientos para el eterno descanso con unas espectaculares vistas al mar.
Precisamente Arano, desde donde realizamos la salida a Mandoegi, es el único pueblo de Navarra desde cuya plaza se puede ver el mar. Desde Arano (440 m.) comenzamos el ascenso hasta nuestro objetivo. Hay que subir hasta el final del pueblo por la carretera donde, a la altura del cementerio, se convierte en una pista empedrada.
Siguiendo la pista que nos conduce hasta la ermita de Arano, erigida en honor a San Roque. Desde el centro del pueblo, nos dirigimos por el camino de Oraune, una pista flanqueada por hermosos hayas, que nos conduce hasta una pendiente que subimos para Arriurdingain. Unas magníficas vistas nos acompañan en nuestro trayecto que nos presenta los monumentos megalíticos debidamente señalizados. Nos impresiona la belleza y tranquilidad del lugar, que disfrutan un buen número de yeguas y vacas.
Tras una tranquila caminata descendemos hasta el collado de Errekalko (655 m.). Allí, los postes informativos indican la presencia de una importante estación megalítica. Innumerables crómlech adornan este bonito paraje donde se halla también un cruce de pistas. De manera tranquila empieza la ascensión de la falda del monte Unamuno-Leuneta. La pendiente exigente nos permite disfrutar de las magníficas vistas, mientras ascendemos en perpendicular siguiendo las marcas azules y amarillas.
De manera tranquila alcanzamos la pista tras atravesar una verja, viendo ante nuestros ojos la linea de Mandoegi. Un entretenido paseo en el que, tras numerosas heladas de los días anteriores, muchos charcos se encuentran con una gruesa capa de hielo. Al final de la pista nos encontramos ante una zona alambrada con un pequeño paso que seguimos hasta alcanzar una cruz a nuestra izquierda en la que reza: «1779an hemen hil zuten Tomas Arribillaga Apezetxea apaiza, Leitzan 1739an jaioa. goian bego».
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Según recoge Xabier en su web, «A veinte y siete de Octubre de 1779 fue muerto con muerte violenta en jurisdicción de la Villa de Elduaien Guipuzcoa On Thomas de Arribillaga, Presbítero, natural de esta Villa de Leiza, e Beneficiado de la de Arano. y fue su cadaver enterrado en esta parrochial de Leiza a treinta y uno del referido mes de Octubre y para que conste, donde convenga. firmo io el Abad Dn Miguel Ignacio de Zabaleta.»
Tras conocer que el clérigo murió «con muerte violenta», Xabier Cabezón realizó algunas investigaciones que le llevaron a descubrir que «Thomás era un clérigo muy aficionado al juego de la pelota, y al parecer lo hacía bastante bien, ya que fue requerido por el pueblo de Arano para que participase en las fiestas. Durante el partido debieron circular algunas apuestas, con dinero de por medio, tanto a favor del clérigo como en contra. El partido finalizó con la victoria del mismo, lo cual supuso un duro quebranto económico para los apostantes rivales, uno de los cuales no encajó de buena manera la derrota, ya que sabedor del camino de regreso del cura, lo esperó en el paraje descrito anteriormente por nosotros y puso fin a su vida». Otra versión destaca que el párroco llegó a entablar gran amistad con el barbero del pueblo, con quien jugando una partida de cartas llegaron a apostarse una suma considerable de dinero, que a la postre fue a parar a manos del clérigo. El barbero, ofuscado por la cantidad perdida, decidió recuperarla lejos de la mesa de juego, por lo que se dirigió al monte y esperó a que su amigo para acabar con su vida y apoderarse de nuevo del dinero.
Desde la cruz, seguiremos nuestra ruta siguiendo las marcas de pintura hasta superar la cuesta que nos conduce hasta la cima de Mandoegi. Desde allí contemplaremos: Aiako Harria, Pirineos (los días de buen tiempo se puede ver la Mesa de los Tres Reyes), las cimas de las Malloak, Aizkorri, Anboto, Udalatx, la línea de Izarraitz, Aiako Harria, Hernio...
El regreso lo realizaremos por el mismo camino. Después, disfrutaremos de una buena comida en el ostatu de Arano.
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