Osinberde: La cascada de los gentiles

Fría, muy fría... El agua de la poza de Osinberde parece invitar a los visitantes a adentrarse en su interior, pero su preciosa cascada la nutre con el agua de la última nevada de Aralar y la verdad, ese momento de duda se disipa nada más tocarla. El silencio impera en este hermoso rincón en la sierra que limita entre Gipuzkoa y Navarra, al que se puede acceder desde Zaldibia siguiendo su perfectamente señalizado sendero que tras recorrer unos 6 kilómetros y, sin gran desnivel, nos acerca a Arkaka entre enormes caseríos que reflejan el vínculo con la agricultura y el pastoreo de este pueblo goierritarra.

Sus populares 'mondejus', que se pueden degustar en sus establecimientos hosteleros, son un claro reflejo del nexo entre los zaldibiarras y los oficios que han perdurado durante generaciones en la localidad. De momento, se pueden ver los rebaños de ovejas en los prados cercanos a los caseríos que mantienen su elegante porte tras haber sido restaurados. Entre ellos destaca el caserío del siglo XVII cuya fachada principal presenta mampostería desnuda hasta la altura de primera planta. El resto de la fachada en primera planta y el hastial es de rústico tablazón. Aunque tal vez, lo más destacable de este enorme edificio es que la estructura interior se levanta sobre doce postes enterizos de roble apoyados sobre las correspondientes zapatas de piedra situadas sobre un suelo de tierra natural. Un monumento patrimonial de Gipuzkoa según el catálogo de Ondarea.

La visita Zaldibia no defrauda ni deja indiferente a nadie, pero además de su patrimonio urbanístico en el que destaca su iglesia de Santa Fe, construida en el siglo XVI sobre un templo preexistente. En su interior se encuentra una magnífica pila bautismal con tallas de estilo gótico primitivo y en una de las capillas laterales tiene especial interés un lienzo al óleo de san Juan bautista y un esplendido bajorrelieve que representa la adoración de los pastores de Belén.

Otra vez, los pastores se convierten en protagonistas de la historia de Zaldibia, una de las puertas naturales al parque natural de Aralar en el que, en cuestión de unas semanas, pastarán los rebaños de ovejas y los grupos de yeguas y vacas a lo largo y ancho de sus pastos de montaña.

En el recorrido de esta semana hasta uno de los rincones más bonitos de Euskadi según algunas guías turísticas, el agua nos acompaña con un ritmo muy marcado. El caudal del río Amundarain muestra su fuerza mientras transcurre al lado de un sinuoso sendero. Caudal con aguas transparentes que se nutre de las aguas que salen de uno de los más importantes acuíferos de la sierra de Aralar, nuestro protagonista de esta semana, el acuífero de Osinberde. Según un informe de Aranzadi Aralar es una compleja sierra caliza en la que sus grandes rasgos estructurales no han podido ser borrados gracias, precisamente, al considerable desarrollo que experimenta la circulación subterránea en detrimento del arroyamiento superficial. Entre las altas cumbres del corazón jurásico de la sierra (que alcanza 1.427 m. en Irumugarrieta) y las cotas 400 a 500 m., que son las altitudes a que están situadas la mayor parte de los manantiales periféricos, existe un significativo desnivel a salvar por las aguas, lo que permite el establecimiento de una amplia red de conductos subterráneos que se organizan en un cierto número de aparatos hidrológicos Kársticos independientes.

«Como es frecuente en toda región caliza, aunque existe un número elevado de pequeños manantiales y surgencias difusas, lo fundamental de las precipitaciones infiltradas en Aralar va a parar a unas pocas grandes surgencias, destacan desde Aranzadi. La mayor parte de la sierra es territorio navarro. El límite provincial es, con gran aproximación, un límite de cuencas que debe ser revisado y precisado. Las grandes surgencias navarras son: el nacedero del Río Larraun, en Iribas, que recoge las aguas del amplio sinclinal central, y la surgencia de Irañeta, que captura lo absorbido por el anticlinal sur. En Gipuzkoa, los volúmenes surgentes son menores, como corresponde a su menor superficie; no obstante, existen tres grandes surgencias en la parte guipuzcoana: el conjunto de Zazpiturrieta, en Amezketa, el manantial de Osinberde, en Zaldibia, y la surgencia de Aia-Iturrieta, en Ataun.

Entre todas ellas, cabe destacar que en octubre de 1977 se comprobó mediante coloración con fluoresceína la surgencia de las aguas del río subterráneo de Ondarre en Osinberde. Las numerosas fuentes y riachuelos completan el caudal de Amundarainerreka.

De camino a la cascada de Osinberde, se encuentran la poza de Arkaka otro de los puntos de interés de la zona. Poco más adelante se puede ver la central hidroeléctrica de CAF, que fue fundada hace más de 100 años. Desde los orígenes fue propiedad de la empresa beasaindarra y tuvo un valor estratégico para el desarrollo de la empresa hasta que a mediados del siglo pasado Iberduero pasó a suministrar electricidad a la empresa con cierta garantía. Hace algo más de una década CAF decidió modernizar las instalaciones productivas. La planta de abajo es donde se ubican las dos turbinas y todos los cuadros eléctricos y cuadros de mando que se controlan desde las instalaciones de la fábrica en Beasain.

Sobre unas hermosas cortinas de musgo corren litros y litros de agua que ponen su toque musical en el concierto sinfónico de Osinberde. El caudal de su cascada marca el ritmo de la serenata a la que se suma el canto de los pájaros y esta semana el viento que sopla con fuerza. Pero además de la música que vuelve al paraje natural único de Goierri, lo que le convierte en un escenario precioso es precisamente el verde que cubre las piedras, los troncos y ramas de los árboles, tapados por un espeso manto de musgo.

Para llegar hasta Osinberde debemos seguir el recorrido marcado por postes verticales que nos conduce por un camino paralelo al río. De manera sencilla, entre prados y caseríos, avanzamos hasta llegar a la poza de Arkaka done se encuentra una zona recreativa con paneles que informan sobre la fauna y flora existente en el lugar. Uno de los enormes árboles de Arkaka nos anuncia la presencia de murciélagos.

Seguimos las marcas de pintura que encontramos en numerosos puntos para caminar al lado del canal que nos lleva hasta la central hidroeléctrica de la CAF. Tras subir las escaleras y leer la información de los paneles, seguimos la señal que nos dirige a la carretera que nos llevará hasta el aprking de Arkaka. Desde allí, tras recorrer un kilómetro y medio, llegamos hasta Osinberde. Un regalo para la vista. Regresamos por el mismo camino disfrutando del regalo que Aralar nos brinda.