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En el centro de la cima ded Mendibil, desde donde las vistas son espectaculares se encuentra su buzón.

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En el centro de la cima ded Mendibil, desde donde las vistas son espectaculares se encuentra su buzón. belauntzaran

Mendibil: suena a música celestial

El viento Sur marca la sintonia de esta discreta cima navarra (824 m.) situada en Leitzalarrea, un paraje natural lleno de tesoros

Viernes, 28 de octubre 2022

El viento Sur se ha adueñado de Mendibil (824 m.), la discreta loma herbosa que se sitúa sobre los extensos bosques de Leitzalarrea. Se levanta al NE del excepcional paraje navarro, cayendo al SE de la cumbre de Barrengo muinoa y separada de este último por el collado de Iztegi.

Un balcón precioso que nos ofrece las mejores vistas de los hayedos, robledales y pinares de la zona que mudan sus hojas mezclando los verdes con colores amarillos, ocres, marrones,... mientras los bandos de palomas surcan el azul del cielo en busca de su destino al Sur de España.

Impresiona la tranquilidad y el silencio que inunda este bonito rincón de Leitza y aprovechan numerosas cabezas de ganado equinos y ovino, ajenas a nuestro paso hasta que nos situamos a uno o dos metros, alejándose como quien no quiere extraños en su espacio aunque siguen haciendo acopio de las pocas puntas de hierba que encuentran a su paso. l atierra está seca y no puede lucir los abundantes mantos de hierba, pero la que ha salido tras las lluvias de octubre, se mantiene verde.

INFORMACIÓN MIDE

  • Acceso: Siguiendo la A-15 llegamos a Leitza, donde accederemos a Leitzalarrea por la carretera señalizada junto a la estación del Plazaola.

  • Horario: El paseo desde el área recreativa de Ixkibar situado en Leitzalarrea ronda las tres horas, a un ritmo tranquilo. Muy recomendable para hacer en familia.

  • Distancia: 9,5km.

  • Desnivel positivo: 517m.

  • Severidad del medio: 2.

  • Dificultad orientación: 2.

  • Dificultad del terreno: 2.

  • Esfuerzo necesario: 3.

Hegoi, el dios del viento Sur, hace que las temperaturas sean muy altas para esta época del año, pero aprovechamos una jornada soleada para acercaros hasta Mendibil. Ese lugar mágico que sus antiguos pobladores eligieron para el descanso eterno de sus seres queridos, impresiona. Los historiadores han estacado que las huellas de los primeros asentamientos de la zona, datan del Neolítico (4.000 años a.C.). El túmulo de Mendibil conserva todas las losas que la componen, algunas abiertas en varias lajas y tiene una enorme losa en la base de la cámara que mide 1,80m de este a oeste y 0,80m de norte a sur. Conserva la cubierta in situ que mide 2,50m de largo, 2m de ancho y 0,18m de grosor, es de arenisca roja. mide cerca de 2m tanto de ancho como de largo, Llama la atención que Mendibil al igual que la loma de Urdola (742 m.) situada más al SW, que se encuentra casi de manera paralela, se construyó un crómlech (2.000 a.C.).

Tesoros naturales

Desde el dolmen de Mendibil se contempla el crómlech y al contrario. No será casualidad. Pero estos no son los únicos monumentos que podemos encontrar en Leitzalarrea. En este precioso paraje navarro destacan los majestuosos abetos blancos situados en la zona conocida como Izaieta. Se tratan de unos abetos (Abies alba) que destacan debido a sus enormes proporciones. Este singular abetal, que data de 1832, son los restos de un vivero de la época que servía para que los vecinos pudiesen plantar los 10 árboles que tenían que reponer por cada uno que talaban. A su alrededor podremos encontrar un verdadero jardín botánico, encontrando numerosas especies forestales identificadas con sus respectivas fichas.

Según los datos recogidos en los libros del Ayuntamiento de Leitza, anteriormente, en 1763 y 1830 se realizaron varios intentos para plantar árboles de esta especie en la zona de Ordeda. Estos dos primeros intentos fallidos no desanimaron a los leitzarras que repitieron en 1832 y entonces sí, lograron ver crecer varios ejemplares que ocupaban 2, 5 hectáreas en Leitzalarrea.

Por otro lado, una leyenda popular que circula entre los mayores de Leitza relata que antes de que fueran plantados estos abetos, que ya rondan los 200 años de antigüedad, un vecino de Leitza vio un gran abeto en la zona de Roncal y quiso traer uno a Leitza. Al año siguiente, este leitzarra regresó a pie a los bosques de Irati en busca de más ejemplares con su burro que tiraba de un carro. Sobre él trajo otros nuevos ejemplares que al parecer cuentan plantó en los montes de Leitza.

Leyendas e historias que rondan a los monumentales abetos de Leitzalarrea que destacan por su la rectitud de sus troncos, más que por la altura de los mismos, ya que en el bosque de Irati se pueden encontrar ejemplares mayores. Algunos de estos árboles se encuentran a un metro escaso de distancia uno del otro, y han llegado a alcanzar hasta cuatro metros de circunferencia y más de cuarenta de altura. De los 55 ejemplares que existían en Leitzalarrea, en 1996, cayeron dos de los grandes abetos. El aire tiró el mayor o más alto del bosque y otro ejemplar. El interior de uno de ellos estaba totalmente podrido, pero el largo tronco del otro fue utilizado para realizar los bancos del karrape del ayuntamiento.

Durante siglos, de los bosques de Leitza se sacaron robles, hayas, y muchos árboles de otras especies. Muchos de los árboles extraídos de los bosques Leitza eran trasladados a los puertos vascos y se utilizaban entre otros fines, para la construcción de los barcos. Datos históricos de hace dos y tres siglos hacen referencia a las visitas que los ingleses por diferentes países de Europa por su interés por los mayores árboles del viejo continente y al parecer, ejemplares como los abetos de Leitza eran utilizados para colocarlos como mástiles de barcos. Enormes árboles que eran trasladados en carros tirados por bueyes o burros.

Galería. Cruce de caminos debidamente señalizado.

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Galería. Cruce de caminos debidamente señalizado. belauntzaran

La visita a los monumentales naturales no puede finalizar sin conocer los hermosos y antiguos hayas que existen en Leitza. Los más grandes y más viejos árboles según los expertos de Leitza. En el bosque de Aitzmurdi, de camino de Urdola a Ixkibar.

Desde Ixkibar a Mendibil

Partiendo desde el área recreativa de Ixibar situado enLeitzalarrea , seguimos la pista forestal que nos conduce hasta el bosque de los abetos de Izaieta.Las marcas verdes y blancas junto a las blancas y amarillas, nos guiaran en gran parte del trayecto hasta la cima de Mendibil.

De manera tranquila avanzaremos por los bosques de hayas que mudan sus hojas, abandonando los tonos verdes por los colores marrones y amarillos. El recorrido presenta diferentes zonas de pendiente, pero sin gran esfuerzo alcanzamos la fuente de Kaskoin que nos nutre con su fría agua. Continuamos hasta llegar una chabola blanca a la derecha de nuestro camino que nos lleva por una pista forestal hasta legar a una zona de puestos de caza de paloma torcaz que abandonamos para comenzar el ascenso de la loma donde se sitúan estos.

En lo alto de esa loma nos encontramos con la cima de Mendibil donde podemos disfrutamos de unas espectaculares vistas con Mendaur a un lado, Eguzkizko muinoa, Urepel,Altzegi, Larrunarri,.. y otros mucho se muestran espectaculares. Tras la visita al túmulo continuamos nuestro camino por la zona de pasto llena de yeguas y ovejas, avanzamos hasta Urdola siguiendo las marcas blancas y verdes tras haber alcanzado la pista forestal que vemos en la zona baja de la loma. Esta pista transcurre paralela a un riachuelo que nos muestra un precioso puente de piedra, pasada la fuetne Sasain, para seguir en un cruce la pista de la izquierda que seguimos hasta Urdola guiados por las marcas blancas y verdes. Desde Urdola, fácilmente llegamos a Ixkibar.

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