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Los primeros copos han pintado de blanco el monte Hernio. La primera capa de nieve en un final de otoño que dará paso al que dicen va a ser un invierno frío. Sea como fuere, la subida a este conocido monte de Gipuzkoa recibirá la visita de sus más fieles y curiosos visitantes que una vez hayan alcanzado su gran cruz podrán disfrutar de una de las estampas más bonitas de los valles que recorren los ríos Oria y Urola.
Hernio se erige como guardián de las comarcas de Tolosaldea y Costa Urola, aunque desde su cima se puede disfrutar de una grandiosa vista panorámica que alcanza la costa, los montes de Bizkaia, Gorbeia, Udalatx, Anboto, Alluitz y los perfiles de Aizkorri y Aralar e incluso Pirineos. Hacia el norte se ve Zarautz, Orio, Getaria, y siguiendo la linea de costa Donostia, Jaizkibel, Aiako Harria, Ani/Auñamendi, Orhi... Los días sin nubes bajas asoman las cumbres de Aralar: Ttutturre, Balerdi y Larrunarri/Txindoki, así como la sierra de Urbasa. También Aratz y su continuación en la sierra de Aizkorri. Sin olvidar algunos más cercanos como Oiz o Erlo, entre otros.
El macizo se considera el centro geográfico de Gipuzkoa y en él destacan las cimas de Hernio (1.078 m.) y Gazume (1.013m.) aunque Portumatza (1.049 m.), Aizpel (1.068 m.), Ubeltz (1.016 m.) y Herniozabal ( 1.011 m.) conforman su línea pedregosa en sus puntos más altos. A sus pies, Errezil, Albiztur, Asteasu, Hernialde, Bidania-Goiatz, Tolosa... Desde cualquiera de ellas se puede disfrutar de esta gran mole de piedra caliza con sus tonos grises. Aunque una vez en ellas, uno descubre una preciosa perspectiva de los pueblos y ciudades que pueblan los valles cercanos.
Es tradicional su ascenso los fines de semana de septiembre, ya que los domingos de este mes el ambiente festivo es muy animado durante las romerías que se llevan a cabo en torno a las bordas de Zelatun (841 m. ) de Antonio Aldalur y la familia del caserío Agirretxe de Errezil. Cuentan que la perfecta ubicación de este punto permitió a los habitantes de los valles de Urola y Oria advertir la llegada de los romanos a sus tierras. No en vano, Zelatun, la explanada que se sitúa entre Gazume y Hernio, fue el escenario de una batalla entre vascos y romanos. Los vascos refugiados en Zelatun (Zelatu = Vigilar) vencieron a los romanos provocándoles muchas bajas, de ahí el nombre de Errezil (Errez-il = muerte fácil).
En el diccionario de Madoz (s. XIX) se menciona a Hernio como «el monte elevado de la provincia de Guipuzcoa, en jurisdicción de las villas de Albiztur y Asteasu, y de las universidades de Aya, Regil, Goyaz y Vidania». Además, cita Madoz, la existencia de una ermita de San Juan de Hernio cerca de la cima de la montaña, así como la venta y fuente de Iturriotz, a la que conceden los naturales propiedades sanatorias. Garibay lo nombra «alto y eminentísimo Iunio, que en la tierra dicen Irnio y, algunos, Ernio, y creyó ser el Vinio adonde se refugiaron los cántabros en la guerra de Augusto; opinión que siguieron Mariana y otros escritores, á la qual se oponen Zurita, Florez y Risco, por no haber sido Guipuzcoa el teatro de aquella guerra...».
Hernio se encuentra formado por calizas arrecifales donde abundan las formaciones fósiles. Proliferan las formaciones kársticas, con las típicas depresiones superficiales como dolinas, uvalas o valles de cuenca cerrada (poljes). Dentro del macizo se localiza el parque natural de Pagoeta, un área protegida de 29 km desde el 29 de septiembre de 1998.
El macizo de Hernio encuentra entre los cursos bajos de los ríos Urola, al oeste, y Oria, al este, y, por tanto, a escasa distancia de la costa. Por el norte abarcaría el macizo de Andatza (563 m.), el monte Pagoeta (714 m.) y sus cordales, y las cumbres que dominan el valle de Aizarna. Por el sur, el mismo cordal principal y sus estribaciones hasta el pico Urraki (821 m.), quedarían dentro de sus dominios. Llega hasta los altos de Bidania, fundiéndose con el macizo de Murumendi. En su forma más amplia esto envuelve un territorio entorno a Zarautz, Lasarte-Oria, Tolosa, Bidania, Azpeitia y Zestoa, superando los 200 kilómetros.
Para subir a Hernio una opción es hacerlo desde Iturriotz. Es un ascenso fácil, accesible para aquellos que cuentan con algo de fondo físico. Para los que no, es cuestión de tomárselo con calma en las zonas con cierta pendiente, aunque la belleza del entorno invita a parar y disfrutar de las vistas, mientras recuperamos el aliento. Iturriotz es un barrio de Aia. Se puede acceder hasta él desde la propia localidad de Urola o desde Asteasu, siguiendo la serpenteada carretera que nos acerca hasta la venta. En ella se dice que pasó la noche San Ignacio de Loyola en su viaje de vuelta de París a Azpeitia.
En esta conocida venta se puede aparcar en un área habilitada para ello. A escasos metros se encuentra la ermita de San Juan Bautista. Junto a ella un riachuelo y un camino en el que hay una señal en la que se indica la dirección a seguir para alcanzar la cima de Hernio (1.078 m.). Dicho camino coincide con el de Santiago por tierras ignacianas y aparece señalizado con la clásicas marcas amarillas.
El camino que nos acercará hasta Hernio es un sendero de piedras sueltas entre enormes pinos que nos acerca a un cruce en el que tomamos la derecha siguiendo la GR (marcas rojas y blancas/amarillas). Muy cerca se encuentra el dolmen de Zaingo bizkarra. Desde este punto las vistas hacia Tolosaldea son espectaculares, y en lo alto nos espera Aizpel, que se identifica rápidamente siguiendo la línea de la Cruz de Hernio.
Continuamos caminando poco a poco sin ninguna dificultad, siguiendo las señales de pintura, y podemos contemplar las magníficas vistas hacia la costa y sus pueblos. Pronto nos encontramos con un poste indicativo que nos marca los tiempos y distancias que necesitamos para llegar a Zelatun. Una vez en el collado de Zelatun, donde se encuentran las bordas, giramos a la izquierda. No hay pérdida ya que el sendero por el que empezamos el ascenso hasta la borda de Erniozaleak está marcado por el paso de cientos de senderistas. Rocas y tierra están desgastadas y exigen atención por el peligro de caídas. Las vistas merecen un alto en nuestro ascenso mientras recuperamos el aliento. Los días sin bruma se puede disfrutar de las importantes cimas de Aizkorri, Urola, Udalatx ...
Poco a poco llegamos a la Cruz sanadora, junto a la borda, donde podremos deshacernos de todos los males pasando los aros. A partir de ese punto, una corta pero exigente cuesta nos conducirá hasta nuestro objetivo, que es reconocido desde la lejanía por la enorme cruz blanca que domina el punto más alto de Hernio.
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