Una imponente bruma cubre cada rincón del Alto Deba en una mañana cualquiera. El invierno se resiste a abandonar su trono y lucha con una mañana fría en la que Eguzki anuncia su fuerza para el mediodía, momento en el que podremos disfrutar de las magníficas vista de Arrasate, las localidades que le rodean, así como del Duranguesado, con las sierras de Aramotz y Anboto expectantes ante cualquier movimiento en sus cimas.
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Udalatx (1.120 m.), en el límite de Gipuzkoa y Bizkaia, es una inmensa mole de caliza arrecifal muy compacta y de color gris claro, que contiene restos de corales coloniales masivos y grandes conchas de rudicos y ostreicos. A sus pies, los ríos Deba e Ibaizabal surcan los terrenos de las localidades que disfrutan de su preciosa estampa. De hecho, es una cima que da mucho de que hablar ya que presenta perfiles distintos, pero muy característicos, desde cualquier lugar desde donde se alcance localizar. Hay quien desde Anboto consigue ver la figura de un gran fraile recostado, en la silueta aserrada que logra identificar.
La ascensión a esta importante cima guipuzcoana es bastante exigente durante buena parte del trayecto, que nos acercó hasta su cumbre desde el barrio arrasatearra de Udala, pero que nos dejó un magnífico sabor de boca. Las vistas preciosas y la satisfacción de haber superado la escarpada pendiente hicieron que la marcásemos como una de las más bonitas y, desde luego, más recomendables para realizar en cualquier época del año.
Se puede llegar a su cumbre desde varios lugares, pero en este caso optamos por subir por el barrio arrasatearra de Udala (480 m.). Después de llegar al mismo, dejamos a la izquierda la iglesia de San Esteban hasta llegar al aparcamiento, situado a unos 400 metros, frente al restaurante Uxarte. En el mismo parking se encuentran unos paneles informativos que nos indican las rutas a seguir, así como las características del monte, terreno y otros muchos datos.
Comenzamos la caminata siguiendo la senda que nos conduce a las peñas. Poco a poco sentimos que la pendiente se intensifica, mientras nos adentramos en el bosque que desde la lejanía marca una línea verde casi regular, sobre el gris de la piedra de Udalaitz. Pronto llegamos a un depósito de aguas donde se bifurca el camino que debemos seguir hasta nuestro objetivo.
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Continuamos por la derecha, hasta llegar a un cruce que nos propone seguir a la izquierda hasta llegar a una borda. Poco a poco avanzamos, dejando la borda a la izquierda. La ruta está marcada debidamente y no presenta ninguna complicación siguiendo el camino marcado por el paso de los mendizales o senderistas que visitan a menudo la cima.
Pronto llegamos a una nueva bifurcación y en este caso seguimos a la derecha, donde ya la subida es algo más que exigente. La belleza del entorno es una excusa perfecta para hacer un alto en el camino mientras disfrutamos de las vistas o del característico encinar cantábrico que se encuentra en la falda de Udalatx. Encinar que cuenta con la coscoja (Quercus coccifera). La coscoja, que es una variedad de tamaño más pequeña que la encina (Quercus ilex), es propia del clima mediterráneo.
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Acceso. Para llegar a Arrasate se puede acceder por la AP-8 o la N-1.
Horario: Arrasate (2h 30m); Udala (1h 30 m); Kanpantzar ( 1h 45 m); Elorrio (2h).
Distancia 13km
Desnivel positivo 640 m
Severidad del medio 6
Dificultad orientación 3
Dificultad del terreno 6
Esfuerzo necesario 6
Al parecer se trata de un pequeño tesoro que vivía en aquella ladera desde épocas pasadas con un clima más cálido que el actual. Udalatx cuenta con un importante e interesante encinar, que se ha preservado también por estar situado en una zona escarpada, según apunta José Antonio Aperribay, botánico de Bergara.
Además, Aperribay revela las contradicciones de ese hermoso arbusto que se encuentra en la zona, llamado madroño en castellano y gurpitza en euskera. Según destaca Aperribay, «aparece en la zona costera de Gipuzkoa y también hay bastante en este barranco. Prefiere los climas templados, pero por otro lado existe en climas más extremos como el de Madrid, la ciudad del oso y del madroño, en otro tiempo más abundante que en la actualidad, y por ello fue elegido para figurar en el escudo de la ciudad».
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Por lo tanto, el ascenso nos permite disfrutar de la rica variedad botánica que se encuentra en la zona, además de la paisajística. Poco a poco, mientras hemos logrado acceder a la línea de la arista sureste siguiendo el camino, que realizando un zig-zag continuo nos ha permitido superar la cuesta, que tiene un más que considerable desnivel. Detrás de la zona boscosa, siguiendo esta línea, llegamos a un amplio canal herboso que accede a la parte superior del monte.
A la izquierda queda la Cruz, a 1.073 metros de altitud y visible desde el valle, y a la derecha la cima principal de Udalatx. Unos cuantos metros separan una de la otra, pero la visita a la Cruz merece la pena para poder disfrutar de las bellas vistas que ofrece el montículo de piedra. Regresamos los metros que nos han llevado hasta la misma y comenzamos el ascenso a la cima de Udalaitz, situada unos 250 metros más al NW.
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En la zona se encuentran una cueva y las ruinas del santuario de la Asunción (1.056 m.), habitado al parecer siglos atrás por monjes eremitas, allá por el siglo XI. Ya en el año 1570, Esteban de Garibay menciona la basílica que se Magníficas vistas de los valles y montes que rodean a Udalatx. Un regalo para la vista y los demás sentidos como recompensa.
Los monjes eremitas vivían de este modo aislados de la vida mundana. También es creencia que en este templo murió San Valero, que fue obispo de Zaragoza. Las ruinas de este antiguo templo religioso se mezclan con el verde y las piedras naturales del monte, pero son fáciles de localizar. Después continuamos con nuestro camino y llegamos a nuestro objetivo tras superar el último tramo de la pendiente que nos ha hecho sudar la camiseta pero que nos ha permitido alcanzar la cima de Udalaitz, donde nos encontramos un buzón, el punto geodésico, una mesa de orientación y una segunda cruz.
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Allí, solo nos queda recuperar el aliento, abrocharnos el cortavientos por la brisa-viento, abundante en todo el ascenso, y disfrutar de las vistas. Espectaculares. 180 grados de belleza natural en bruto.
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