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Miércoles, 13 de marzo 2024, 07:52
Después de una noche desapacible, sobre todo si el coche 'duerme' bajo las nubes o también en los casi siempre fríos garajes, al entrar al vehículo se percibe la frialdad con que recibe al conductor.
La eficiencia es un término ya instalado en la automoción ... desde hace tiempo y, por ello, vamos a señalar una serie de consejos para que, además de eficiente, sea correcta la utilización de la calefacción.
Como quiera que los coches de combustión son mayoría en las carreteras, y también en las ventas actualmente, hay que decir que la calefacción esté muy ligada a la temperatura del motor, es decir, qué si no está caliente, va a ser muy complicado caldear el ambiente del interior. ¿Por qué señalamos este extremo? Más que nada para indicar que una maniobra muy usual, nada más acceder al vehículo por las mañanas, es arrancar el coche y poner la calefacción al máximo, con lo que el resultado es que sólo saldrá aire frio hasta que el motor coja temperatura. ¿Qué hay que hacer?
El primer consejo sería que, una vez puesto en marcha el automóvil, recorrer varios kilómetros hasta que la aguja de la temperatura alcanzara, por lo menos, un cuarto del indicador. En este momento, conectar levemente la calefacción para que salga de las toberas algo de calor. Ya, cuando el indicador de la temperatura del motor esté a la mitad, se podría elevar al máximo la calefacción y recibir el ansiado aire caliente.
El segundo consejo para el uso correcto de la calefacción del coche es hacía donde apuntar el aire. El aire caliente asciende y el frío desciende. Este concepto básico de física se aplica también al sistema de climatización del vehículo. Por eso, en el caso de la calefacción es más eficiente y rápido para notar su efecto que se direccione la salida del aire hacia los pies, de modo que el calor ascienda por sí mismo hacia el resto del habitáculo.
Una temperatura excesiva en el habitáculo es perjudicial tanto para el sistema de climatización del vehículo como para la propia seguridad. Según 'doppo by Zurich', la plataforma 100% digital de seguros de coche, poner siempre al máximo la calefacción para alcanzar rápidamente la temperatura escogida, fuerza el motor del sistema, lo que puede generar un desgaste prematuro del mismo, y una avería grave con el tiempo. Además, conducir con una temperatura excesiva favorece la somnolencia, lo que supone una de las principales y más graves causas de accidente en carretera.
¿Qué temperatura sería la ideal? Lo recomendable es fijar la temperatura del sistema de climatización entre 19 y 22 grados tanto en invierno como en verano, y dejar que el sistema actúe por sí mismo de un modo gradual.
Seguramente, muchos de los conductores habrán visto escenas como la que señalamos: personas conduciendo con abultados abrigos que, en el mejor de los casos, va a resultar más perjudicial de lo que en principio pudiera parecer, y ya no digamos nada sobre aquellos que conducen con guantes, que los hay. En este caso, el gran problema estriba en que se puede perder un buen tacto con la dirección y la palanca de cambios, lo que resulta definitivo para una óptima conducción con la mayor seguridad. Lo de llevar un abrigo muy voluminoso, además de reducir la movilidad para cualquier maniobra, hará que el cinturón no se pueda ajustar bien al cuerpo, con todo el peligro que ello entraña en caso de accidente:
Por lo tanto, es mejor encender la calefacción, e incluso aumentar más de 22 grados la temperatura si se es muy friolero, antes que conducir con más prendas de ropa de las necesarias, que no hace falta.
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