Además del gran número de usuarios en las carreteras, hay una serie de factores ambientales que dificultan especialmente la conducción y la visibilidad en esta ... época del año. Por un lado, la meteorología cambiante, con lluvias y grandes variaciones de temperaturas. El sol comienza a incidir con más fuerza, con amaneceres y atardeceres que dificultan más la visión. Tampoco hay que olvidar que se percibe un mayor movimiento de animales e insectos, como también comienza el crecimiento de plantas que invaden la carretera. Por último, aumentan el polen y el polvo en suspensión en el aire, dos hechos que afectan especialmente a la visibilidad. El 90% de la información que se recibe al conducir llega a través de la vista y, por ello Carglass® España ha recopilado los factores que dificultan la conducción para concienciar de las especiales condiciones de la carretera, y la importancia de tener el parabrisas y los limpiaparabrisas en buen estado antes de salir de viaje.
Visibilidad con lluvia. El riesgo de sufrir un accidente cuando llueve es un 70% superior, y la reducción de la visibilidad es la principal culpable de este aumento de la siniestralidad, incluso por encima del menor agarre de los neumáticos sobre el asfalto mojado. Esta menor visibilidad se debe, principalmente, a la perturbación visual en el parabrisas. Incluso con los limpiaparabrisas en funcionamiento, el agua sobre el parabrisas distorsiona la luz, ya que la falta de uniformidad de esa capa de agua que se forma sobre el cristal, reduce el rendimiento visual del conductor. Este efecto se multiplica si el parabrisas sufre desperfectos (impactos, grietas, arañazos…), y si las escobillas están en mal estado y dejan canales de agua en cada barrido.
Los sistemas ADAS con lluvia. Un prestigioso estudio ha demostrado que el funcionamiento de los sistemas ADAS se ve afectado negativamente por la lluvia y, en menor medida, por la suciedad en el parabrisas. Por ello, es recomendable limpiar las zonas alrededor de las cámaras y los sensores de radar en cada parada; y alertar a los conductores para que sean conscientes de las limitaciones de los sistemas ADAS en condiciones adversas.
Cambios de luminosidad. En Semana Santa se pueden vivir las cuatro estaciones en un mismo día, con cielos encapotados, mucho sol e incluso granizadas. Llevar unas buenas gafas de sol en el coche y saber usar los parasoles ayudará a tener una mejor visión y la vista más descansada. Nunca hay que usar el líquido y los limpiaparabrisas con el sol de cara, porque durante un largo periodo de tiempo perderá mucha visibilidad. Este efecto se acentúa, en gravedad y tiempo, con unas escobillas desgastadas.
Polvo y polen. El agua que llega al parabrisas puede estar impregnada de polvo y polen, y pueden generar una capa de barro fino sobre el parabrisas, que unos limpias en mal estado extienden generando surcos. Es importante elegir bien cuándo usar los limpiaparabrisas para limpiarlo. El polen, además, afecta a la visión de las personas alérgicas y puede generar estornudos: hacerlo durante cinco segundos seguidos a 90 kilómetros por hora implica dejar de prestar atención a la carretera durante más de 125 metros. Hay que revisar el filtro antipolen del coche y estar atento a la medicación contra las alergias, pues puede producir somnolencia.
Crece la vegetación. Las plantas comienzan a crecer y pueden dificultar la visibilidad a través de zonas (interiores de curvas, medianas, cruces, rotondas…) en las que, en invierno y sin hojas, había una perfecta visibilidad. Hay que estar atentos a estos cambios en los recorridos diarios, en los que nos puede aparecer un coche, moto, ciclista o peatón «de la nada», porque estaba oculto tras la vegetación. Por otro lado, los frutos y las resinas pegajosas de algunos árboles pueden caer sobre el parabrisas cuando el coche está estacionado, y son difíciles de limpiar.
Más animales, pájaros e insectos. La primavera es una de las estaciones con mayor número de accidentes de tráfico relacionados con animales, junto con el otoño. En esta época muchos animales aumentan su actividad, especialmente durante el amanecer y el ocaso, coincidiendo con horas de menor visibilidad. Jabalíes, corzos, perros y conejos son los animales que más suelen cruzarse en la carretera.
El número de pájaros también aumenta en esta época. Si un ave impacta contra el parabrisas, hay que mantener la calma y no mover el volante ya que el cristal aguantará el impacto y solo nos llevaremos un susto. Otro efecto secundario de las aves se produce cuando se aparca debajo de un árbol: sus excrementos son difíciles de limpiar (incluso con los limpias y el líquido) y dificultan la visión.
En esta época también aumenta el número de insectos que acaban estampados contra el parabrisas. Hay que usar los limpiaparabrisas con regularidad para no comprometer la visibilidad, y evitar que los restos de los insectos se sequen y dañen las escobillas.
Por todos estos motivos, se recomienda revisar el estado del parabrisas y de las escobillas, que deben ser sustituidas, al menos, una vez al año.
También vigilar el estado del vehículo
Hay un dicho, 'la primaverala sangre altera', que es muy cierto. Siempre estamos dispuestos a cualquier escapada con el automóvil. Un viaje seguro comienza con una buena planificación y revisión del vehículo. Niveles de líquidos, la batería o los neumáticos, entre los puntos más importantes a revisar. Uno mismo puede revisar: Nivel de aceite: al menos una vez al mes o cada 2 semanas si es antiguo, y siempre antes de un viaje largo; Nivel de refrigerante: El refrigerante cumple una misión fundamental ya que absorbe parte del calor que genera la combustión, por lo que evita un sobrecalentamiento peligroso; Líquido de frenos: No hace falta decir que el de frenos es otro de los circuitos hidráulicos del coche fundamentales para la seguridad, así que conviene revisarlo, igual que el agua del limpiaparabrisas.
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