Cómo afecta la nieve al coche y a la conducción P.F.

Leyendas urbanas sobre la conducción invernal: qué hacer y qué no hace

Con la llegada del invierno, son muchos los conductores que se sienten inseguros al utilizar sus vehículos, hasta el punto de que algunos de ellos lo dejan hibernando en el garaje hasta que las temperaturas se suavizan

A. P.

Domingo, 14 de enero 2024, 02:47

Para garantizar la seguridad y la fluidez cuando llega el hielo o la nieve, antes de iniciar la marcha, es necesario consultar la información meteorológica, el estado de las carreteras (puertos cerrados, transitabilidad, etc.) y valorar la necesidad de realizar el desplazamiento que teníamos previsto ... si las previsiones no auguran nada bueno.

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Y es que con la llegada del invierno son muchos los conductores que se sienten inseguros al utilizar su coche, hasta el punto incluso de dejarlo hibernando en el garaje. Pero esto no será necesario si se tienen en cuenta ciertas consideraciones sobre la conducción en invierno. Por ejemplo, el principal efecto de conducir sobre hielo o nieve es el aumento de la distancia de frenado por reducción de la adherencia, pudiendo ser hasta 10 veces más en comparación con una vía seca, a lo que se suma la peligrosidad por el deslizamiento y la pérdida de control de la dirección.

Para el director de formación de PONS Seguridad Vial, Fernando Solas, «hay dos momentos especialmente peligrosos: la caída de los primeros copos de nieve y la formación de hielo cuando las temperaturas bajan de 4 gados en condiciones de humedad o de lluvia, especialmente de madrugada, porque el pavimento se vuelve muy deslizante. Además, es aconsejable prestar atención en la entrada y salida de túneles, zonas de sombra, cruce de puentes y zonas húmedas».

Pero también son diversos los mitos que corren sobre cómo se debe actuar sobre el vehículo o cómo debe ser la conducción con hielo o nieve, poniendo muchos de ellos en riesgo la seguridad vial. En primer lugar, verter agua caliente para quitar el hielo del parabrisas, es falso. Un cambio brusco de temperatura puede llegar a romper el parabrisas del vehículo, especialmente si tiene o presenta algún deterioro por un impacto. Lo mejor es arrancar el vehículo, encender la calefacción enviando el aire hacia el parabrisas y rascar con algún elemento de plástico el hielo del cristal.

Si escuchas que es mejor dirigir aire frío hacia el cristal para quitar el hielo, es falso. Con el aire caliente se irá antes el hielo del cristal, aunque si está muy caliente puede llegar a romperlo. Para ello lo mejor es al arrancar el vehículo y dirigir el aire caliente hacia el parabrisas porque el motor todavía no ha alcanzado tanta temperatura. El aire que se dirija hacia el cristal no será muy caliente y por tanto no dañará el cristal pero sí derretirá el hielo.

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Tampoco es cierto que sea bueno dar acelerones para calentar el vehículo cuando hace mucho frío, algo que perjudica al motor porque todos los mecanismos internos no están bien lubricados.

Cuando caen los primeros copos de nieve no hay riesgo. Falso. Con los primeros copos de nieve se producen los mismos efectos que cuando caen las primeras gotas de lluvia (mezcla de agua, polvo y grasa) transformando el pavimento en una pista muy deslizante. Lo mismo sucede cuando la nieve está blanda y recién caída.

Tampoco es bueno acelerar fuerte para iniciar la marcha. Se debe hacer suavemente con las ruedas en línea recta utilizando una relación de marchas lo más alta que sea posible (normalmente la segunda) y soltar muy lentamente el embrague manteniendo una aceleración suave y constante, no moviendo la dirección hasta que el vehículo esté en movimiento.

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Calentar el motor antes de salir. Esto ha quedado obsoleto; los motores de inyección son el presente y para calentarlos lo mejor que podemos hacer es circular con suavidad unos kilómetros.

No se debe usar el pedal de freno. Es mejor circular lentamente para usar el freno de servicio lo menos posible. Es aconsejable frenar con el freno del motor, pero cuando sea necesario reducir la velocidad y con el freno motor no sea suficiente se frenará con el freno de servicio o de pie con suavidad.

Con el ejemplo de si llevo neumáticos de invierno o cadenas, no hay peligro. tampoco debemos hacer caso. Los neumáticos de invierno o las cadenas mejoran la adherencia del vehículo, pero incluso utilizándolos debe tener en cuenta que estos neumáticos tienen una menor adherencia en comparación a una calzada seca. Y no utilice esprays que se aplican a la banda de rodadura, porque tienen un efecto provisional de corta duración.

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También seguro que habrás escuchado que hay que circular siempre con marchas cortas para más seguridad. Falso. Las pendientes ascendentes hay que subirlas lentamente y a velocidad sostenida y en una relación de marchas lo más alta que sea posible emplear. Las pendientes descendentes se deben bajar lentamente y en una relación de marchas cortas (frenando con el motor), utilizando los frenos lo menos posible y, en tal caso, con mucha suavidad.

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Por último, a la cuestión de si solo se deben conectar las luces antiniebla con niebla, éstas se deben utilizar cuando existan condiciones meteorológicas o ambientales que disminuyan la visibilidad, como en el caso de nevada.

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