Motor

Malas costumbres al volante

A la hora de conducir todos tenemos ciertos comportamientos que, sin ser peligrosos, afectan a la larga a nuestro vehículo

Lunes, 26 de junio 2023, 02:00

Algunos conductores tenemos la manía de dejar el pie semiapoyado en el pedal de embrague mientras vamos circulando o dejar la mano apoyada en el pomo del cambio de marcha, esperamos hasta el último momento para llenar el depósito de combustible... Estas acciones podrían estar ... afectando al funcionamiento de nuestro vehículo. Se trata de hábitos que podrían salir muy caros a la larga, por lo que conviene conocerlos para estar atentos e intentar evitarlos. Vamos a hacer un repaso de los más habituales de la mano de AECA-ITV.

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Uso excesivo de frenos. Elemento imprescindible en todo vehículo, el uso de manera continuada de los frenos o realizar una frenada importante conlleva un sobrecalentamiento de los mismos reduciendo la capacidad de frenada y aumentando el desgaste. Conviene utilizar el freno motor y mantener la concentración en la circulación (por ejemplo, en la aproximación a un semáforo o intersección no esperar al último momento a frenar el vehículo).

Revolucionar en exceso el motor cuando está frío. El aceite del motor tiene que encontrarse a una temperatura adecuada y a un nivel correcto. Si el motor se acaba de arrancar y está frío, el aceite no circula de forma fluida por el circuito de engrase por lo que, si se le hace trabajar a grandes revoluciones, se pueden provocar mayores desgastes.

No controlar la presión de los neumáticos. Circular con las presiones de los neumáticos sin la correcta presión causa un desgaste irregular, y es peligroso ya que puede aumentar la distancia de frenado, reducir el agarre o incluso aumentar el riesgo de reventón. Y el consumo de combustible aumenta. También es importante evitar golpear el neumático en los bordillos o rozar el flanco durante las maniobras de aparcamiento, algo más habitual de lo que pensamos, ya que las deformaciones que sufren pueden causar daños internos (grietas o 'chichones') que pueden tener consecuencias mayores, como un reventón.

Mal uso de la caja de cambios. No conviene mantener una marcha engranada mientras el vehículo está detenido (por ejemplo, en un semáforo) ya que podemos acelerar el desgaste del embrague. Dejémoslo en punto muerto. Tampoco es bueno mantener el pedal del embrague pisado porque es un elemento que, cuando se acciona, en realidad desembraga la caja de cambios (se desconecta la transmisión del motor); por ello, sólo ha de pisarse en el momento en que se vaya a cambiar una marcha. Otra mala costumbre es poner marcha atrás sin detener el vehículo. Lo recomendable es detener por completo el vehículo antes de introducir la marcha atrás.

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Circular con el vehículo cargado. Ojo con el peso. Cuanto mayor sea la carga, el vehículo es más inestable y los frenos, la suspensión o la transmisión tendrán que hacer un mayor esfuerzo.

Evitar los baches. Más de un tercio de todos los daños que sufren los vehículos (principalmente en el sistema de suspensión, transmisión y neumáticos) se deben a los baches que pueden encontrarse en las carreteras. Trate de esquivarlos y/o pasarlos a una velocidad adecuada.

Exceso de velocidad en resaltos o badenes. Los badenes en los pasos para peatones obligan al conductor a reducir la velocidad. No conviene pasarlos a una velocidad excesiva ya que podremos malograr la suspensión y provocar que los bajos del coche golpeen con el suelo, tanto por delante como por detrás.

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