Errenteria
«Fue un horror, el agua comenzó a entrar y no había manera de contenerla»Errenteria
«Fue un horror, el agua comenzó a entrar y no había manera de contenerla»Errenteria
Viernes, 18 de octubre 2024, 20:41
«Fue horroroso, el agua comenzó a entrar y no había nada que pudiéramos hacer» recordó ayer Aintzane, propietaria de la tienda de muebles, La Coquine, ubicada en Foru Plaza. Y es que su local fue el único que durante la jornada de este viernes permaneció cerrado, tras las inundaciones del pasado jueves. «Somos un negocio que vende muebles de madera y productos hechos de tela y el agua nos ha estropeado gran parte de las cosas», destacaba la propietaria desilusionada. Ahora, «tenemos que esperar a que venga el perito para poder ver hasta dónde han llegado los daños».
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La tienda amaneció con sacos de arena en la entrada, «por si acaso se repetía la historia». Por suerte, no se repitió. No obstante, varios vecinos de la localidad se pararon frente a la tienda para hablar con Aintzane, para transmitir sus ánimos e incluso ofrecer su ayuda.
A pesar de ser el único establecimiento que cerró ayer, hubo varios más que sufrieron las consecuencias de la pleamar del sábado. Uno de ellos fue Mendeku, uno de los socios de la taberna Aker. «El agua comenzó a entrar, y nosotros que estamos por debajo del nivel de la acera tuvimos mucha agua».
Un agua que convirtió el bar en una piscina, pero que con la ayuda de los bomberos pudo resistir. «La tarde del jueves fue complicada, pero por suerte para el servicio de cenas estuvimos disponibles», relata Mendeku.
En este sentido, aseguró que «es algo a lo que estamos acostumbrados, desde siempre, cuando ha habido crecidas el agua ha entrado aquí como ha querido».
Por ello, cree que «si se pudiera, al menos, poner la acera de modo que no caiga hacía el bar, sería de gran ayuda».
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Por su parte, la Gestoría Salsamendi, la tienda Osasun, Rosmi, y Ondu Fisioterapia también pudieron retomar su actividad el jueves tras las inundaciones. Y es que como destacan desde Rosmi «el hecho de tener la tienda un poco más elevada ayuda mucho a que no haya muchos males».
Una situación sobre la que se le preguntó a la alcaldesa Aizpea Otaegi, quien quiso trasladar un mensaje de «solidaridad con los afectados». No obstante, aseguró que «nosotros como Ayuntamiento no podemos hacer gran cosa, ya que contra la pleamar es muy difícil de luchar».
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En esta línea aseveró que «lo que intentamos siempre es llevar a cabo los trabajos de saneamiento para que esto se evite, pero a veces es simplemente imposible».
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