

Secciones
Servicios
Destacamos
Miguel Ángel Mata, Iraitz Vázquez, Lara Ochoa, Iñigo Galparsoro y Mikel Madinabeitia
San Sebastián
Martes, 2 de enero 2024, 01:00
Otra Nochevieja marcada en Gipuzkoa por un edificio en llamas. Por un incendio ocasionado por el lanzamiento descontrolado de artefactos pirotécnicos. Justo diez años ... después de que una bengala redujera a cenizas un edificio de Trintxerpe dejando con lo puesto a 42 familias, el drama volvió a sobrevolar el entorno de la bahía de Pasaia segundos después de que sonaran las doce campanadas.
Esta vez las consecuencias han acabado siendo mucho más leves, pero el susto y el pánico a perder su casa no se les olvidará a las decenas de vecinos de una de las torres del barrio de Capuchinos de Errenteria que tuvieron que ser desalojados durante la madrugada de Año Nuevo al desatarse un fuego en el hueco de la fachada cubierto con celosías en el que durante 14 pisos se suceden tendederos y ropa puesta a secar.
La rápida intervención de los bomberos y del conjunto del operativo desplegado para atender el incidente, y el hecho de que, a diferencia de en Trintxerpe, no se trate de un edificio de madera, evitó una desgracia mayor. No hubo que lamentar daños personales, aunque dos personas tuvieron que ser atendidas por ataques de ansiedad y una de las viviendas del piso 13 ha quedado seriamente afectada, lo que impedirá a sus dueños volver a casa durante un tiempo.
Habían transcurrido escasos segundos desde el cambio de año cuando varios residentes del portal 4 de la calle Sorgintxulo fueron alertados por vecinos de los bloques anexos de que había fuego en el edificio, en la columna de los tendederos. Amedida que se corría la voz por la torre y unos avisaban a otros, llegaron los bomberos, los sanitarios y la policía y comenzaron a evacuar a los propietarios de los pisos que dan a la fachada en llamas y a algunos otros que podían ser alcanzados por el fuego. Salvo los vecinos del 13ºC, el piso más afectado, el resto pudieron ir regresando a sus casas entre las 2.15 y las 3.30 horas, una vez las llamas fueron sofocadas y el edificio asegurado.
La investigación está abierta y ayer todo eran conjeturas aún, pero todo apunta a que el causante del fuego habría sido un cohete pirotécnico cuyo punto de partida se investiga y que tras colarse por una celosía habría prendido alguna prenda, cuerda o plástico con los que los vecinos protegen la ropa tendida. Todo ello material inflamable y que en una 'chimenea' como la que forman el hueco de fachada y el enrejado ofrece una autopista vertical para la expansión de las llamas.
En los innumerables vídeos que pronto circularon por las redes sociales, se observa cómo desde uno de los pisos bajos del bloque despega un artefacto pirotécnico en dirección a las viviendas más altas, ya en llamas.
A muchos de los propietarios el suceso les pilló celebrando la Nochevieja fuera de casa. Es el caso precisamente de la vivienda más dañada, cuya moradora no pudo acceder a su piso ni siquiera una vez extinguido el incendio, por precaución ante la presencia de gases tóxicos. De este modo, esta mujer no pudo comprobar en persona el alcance de los daños sufridos hasta el mediodía de ayer, cuando regresó a su vivienda tras tener que pasar la noche fuera, según algunos vecinos.
Celia Sáiz
Teresa Sierra
Quienes sí estaban eran sus vecinas Teresa Sierra (13ºB)y Celia Sáiz (13ºA). Sus ventanas dan a otra fachada, por lo que sus casas no han sufrido ningún desperfecto. Ya por la mañana, superado el susto, Teresa explicaba que «me llamó por teléfono mi hermana, que vive en el bloque de enfrente, justo después de las uvas para avisarme de que había fuego en el edificio, pero yo no veía nada». Teresa alertó de inmediato a Celia, quien tampoco era consciente de lo que estaba ocurriendo. «Me avisó Teresa hacia las 00.05 de que teníamos que salir del edificio, porque al parecer había un incendio», corrobora. «Mientras salíamos vimos que había mucho humo en la parte de abajo del edificio, y se iba yendo hacia arriba. Ya abajo algunos vecinos de la fachada afectada nos contaron que tuvieron que echar agua a la ropa que tenían tendida porque estaba quemándose».
Ascen Gama
«Fueron momentos de mucho nerviosismo», recordaba por su parte Ascen Gama, quien se vio forzada a abandonar su vivienda rápidamente a pesar de su lesión, que la hace andar con una muleta. «Lo hemos pasado muy mal, muy mal. Porque no sabíamos a qué pisos iba a afectar, si a los de una letra o a otra... Dichosos cohetes. Casi nos quedamos sin casa por uno de ellos», remarcaba todavía visiblemente enojada. Se enerva aún más cuando rememora cómo «los bomberos estaban ya trabajando tratando de extinguir el fuego y veíamos cómo alguno seguía lanzando cohetes».
Basma
Quien también fue consciente del riesgo que corría fue Basma, del 12º piso. Protegida de madrugada por una manta mientras observa desde la calle las labores de extinción, explica que «estábamos en casa y mi tía me ha llamado para avisarme de que nos asomáramos el balcón, que había fuego en casa. Dos pisos más abajo salía fuego, en plan 'heavy'. He avisado a mi madre y hemos tenido que salir corriendo a la calle al ver que se quemaba el edificio. Mientras bajábamos por las escaleras se veía el humo, sobre todo en el piso de abajo. La gente iba tocando las puertas para avisar, para mirar si había más gente dentro. Hemos avisado a otros para que salieran urgentemente».
También vivió lo sucedido con mucha tensión Imanol J., uno de los primeros en bajar a la calle, apenas 2-3 minutos después de que comenzase el incendio. «Cuando bajé había una ambulancia y uno de los sanitarios pedía que no se tiraran petardos ni cohetes, megáfono en mano. Y los otros, mientras tanto, llamaban a todos los telefonillos para que desalojaran las viviendas. Había gente llorando, madres con niños pequeños en pijama y asustados. Fue una noche para olvidar», reconocía. Él se encontraba cenando en casa de su suegra, que vive en el bloque que está justo enfrente del suyo. «Un vecino de mi edificio me llamó diciendo que se estaba quemando la celosía. Bajé a la calle con mi hijo y vi que la DYA, que tiene un servicio a la vuelta del edificio, estaba pidiendo ya a la gente que saliera de sus casas. A nosotros ya no nos dejaron subir. Apareció la policía, la Ertzaintza y llamaron a los Bomberos», relata.
Vicente Gato
El hecho de que el fuego estuviera muy localizado en la columna de tendederos de una de las fachadas hizo que algunos de los vecinos no solo no necesitasen ser evacuados de sus casas, sino que incluso algunos ayer mismo no tuvieran todavía claro lo sucedido. Es el caso de Vicente Gato y Enélida Toribio, del 11ºB, quienes ayer se despertaron convencidos de que el fuego se había producido en otro edificio. No fueron conscientes de que fue su torre la afectada hasta que se lo dijo este periódico. «Vi los coches de la Ertzaintza, los bomberos, y todo el despliegue aparcado enfrente. Porque me lo dice usted ahora, que si no, sigo pensando que algo había pasado en ese otro bloque. Anosotros ni nos desalojaron y nadie nos dijo nada. Y nos acostamos hacia las 3.00», apunta Enélida.
A pesar de vivir solo dos plantas más abajo de la vivienda más afectada, Arkaitz Castellanos, del 11ºC, respiraba tranquilo tras la tensión vivida. «Se me ha quemado el tenderete y se ha ennegrecido el cristal de la ventana, pero por suerte no he sufrido daños de gravedad», relata mientras comprueba que su coche, aparcado junto al edificio, tampoco pareció resultar dañado.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Detenida la influencer Marta Hermoso por un robo millonario en un hotel de Madrid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
No te pierdas...
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.