Errenteria

La reflexión de la dueña de una tienda de ropa: «Si los pequeños comercios no ofrecemos algo diferente, ¿qué nos queda?»

Encontrar ropa de calidad puede ser una tarea complicada. Encontrarla en una tienda en la que además el trato es exquisito quizás sea algo más difícil. Es lo que intenta ofrecer cada día Maider Olaizola en pleno centro de Errenteria. Porque entrar a la tienda Kalima supone encontrarse a personas que tienen el objetivo de ayudar y aconsejar a los clientes en todo lo que puedan, aseguran.

«Simplemente vender no es el objetivo, hay que hacerlo con mimo», asegura. Una manera de hacer las cosas que todavía conservan los comercios como éste. Hace seis años, Maider Olaizola hizo una decidida apuesta por dedicarse «a algo que siempre quise hacer». Ahora, se encuentra «muy agusto» con la tienda, en la que junto a Maite, recibe con los brazos abiertos a quien entra por la puerta.

– ¿Cómo comenzó usted en este negocio?

–Todo comenzó hace seis años cuando decidí coger esta tienda. Kalima iba a cerrar por jubilación y era algo que me daba pena porque tanto yo como mi familia éramos clientes habituales. Por ello, comencé a pensar en cómo sería llevar una tienda de ropa, hice números y seis años después aquí seguimos. Además, yo siempre he querido estar cerca del cliente, y en una tienda de ropa como esta tengo la oportunidad de estar con ellos todos los días.

– Dejó usted su anterior trabajo por un negocio como este. Un riesgo.

– Cambiar algo por lo general siempre trae un riesgo, pero cuando hablamos de sumarse a un pequeño comercio, desde luego que aquello fue una apuesta considerable. No obstante, en ese momento puse en una balanza las cosas positivas que podría traerme, y ahora veo que no me equivoqué.

– Es un negocio que conocía de antes, ¿cómo le ayudó esto?

– Es algo que facilita el camino. Conocer las marcas y el tipo de ropa que se vende te da una idea de lo que es el negocio. Empezar de cero es mucho más complicado,es obvio. No obstante, una vez cogí las riendas comencé a darle mi toque, y por lo que veo a la gente le está gustando.

– Al poco de abrir vino la pandemia, ¿cómo gestionó esa época?

– En un principio fue un shock. No sabíamos cuándo íbamos a volver, y ahí pasamos un mal rato. Además en los dos primeros años trabajé muy duro porque era un sector nuevo, por lo que la pandemia fue un momento para pensar en mí y volver más fuerte. Y así fue. Cuando comenzamos a volver a la normalidad, los clientes tenían que coger cita a través del teléfono, y esa época la disfruté mucho, porque era una atención personalizada.

– ¿Le sorprendió la acogida de la gente?

– Mucho. Fue algo increíble. Era algo que no esperaba, porque la ropa es algo que no es estrictamente esencial y en esa época había otras cosas que a priori eran más importantes, pero la gente comenzó a venir y su respuesta fue impresionante. La verdad es que no pude estar más agradecida en su momento.

– A pesar de que en estos momentos no haga falta coger cita el trato sigue siendo exquisito.

– Es algo que me gusta y que sale de manera natural. A mi me encanta atender a quien entra por la puerta. Aconsejarle, charlar y ofrecerle una buena experiencia de compra es algo fundamental.

– Usted trabaja con distintas marcas, ¿cree que eso gusta a los clientes?

– La verdad es que sí. La selección de la ropa la hacemos nosotras y es algo que nos permite conocer el producto. Por ello, cuando viene un cliente y nos comenta qué es lo que quiere intentamos darle nuestros consejos, y normalmente salen satisfechos.

– Esto es lo que les diferencia de otros establecimientos

– Sí. Al fin y al cabo hoy en día se puede comprar prácticamente todo desde casa con un móvil. Pero la gente sigue viniendo a tiendas como ésta. Eso es porque aquí ofrecemos un servicio, un buen trato. Si no ofrecieramos eso, esa cercanía con el cliente, no nos podríamos distinguir de otras tiendas, no podríamos hacer nada.

– A pesar de ser algo que hace con gusto, ¿el trabajo es fundamental?

– Desde luego. Una tienda es algo que va mucho más allá de lo que se ve cuando se abre. Y sí, es cierto que aquí, tanto mi compañera Maite como yo, dedicamos muchas horas, pero vemos que a la gente de Errenteria le gusta y a nosotras también.

– ¿Cómo ve la situación del comercio en Errenteria?

– Yo diría que frente a las nuevas maneras de comprar seguimos ofreciendo una alternativa. Y aunque es complicado, vemos que con los bonos que ofrece el Ayuntamiento, por ejemplo, se le da un empujón a este tipo de negocios. Cuando hay este tipo de bonos vemos que se convierte en una gran oportunidad para que los vecinos de Errenteria nos conozcan. Y es que a través de estas campañas hemos logrado atraer a nuevos clientes.

– Ahora que se acerca la Navidad ¿qué expectativas tiene?

– La Navidad siempre es un momento importante para todos los comercios. Ahora que se acerca el puente de diciembre por ejemplo esperamos que ya comiencen las compras. Por suerte, durante estos años ha ido bien, y queremos que se vuelva a repetir.

–Ustedes están en redes sociales, ¿cómo ve este ámbito?

– Es un escaparate muy importante. Nos da la oportunidad de llegar a personas que quizás no podríamos llegar de otra manera. No obstante, hay que prestarles mucha atención, y a veces no podemos ofrecerle tanto tiempo como querríamos. A pesar de ello, nuestro compañero Gari nos echa una mano cuando tenemos algo que publicar. Por ello, todo lo que sale en nuestras redes está cuidado, y nos permite estar en un escaparate que es inmenso.