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«Nuestra intención no es arreglar el mundo, pero sí hablar euskera»Se denomina Praktikatu y, como su nombre permite adivinar, se trata de un servicio puesto en marcha por AEK en pueblos y ciudades en el que las personas se unen en grupos reducidos para charlar y realizar dinámicas en euskera. También lo hacen en ... Lezo, donde existe un convenio con el Ayuntamiento. Apuntarse a Praktikatu es gratuito. Los que lideran los grupos, que se reúnen una vez por semana, son personas voluntarias. En Lezo hay, en la actualidad, seis grupos.
En uno de ellos, el que se da cita los jueves por la tarde, toman parte Xabier, Juli, Cristina y Jexux Mari. A ellos se suma Miren, quien ejerce de «mintzalagun». «Aunque el euskera es mi lengua materna, y he estudiado euskera, he utilizado mucho el castellano. Así que quería mejorar la facilidad de hablar en esta lengua y enriquecer el vocabulario. Para lograrlo, escribí un correo electrónico al euskaltegi Oroitzene de Lezo y pregunté por este programa para saber si yo podía participar», recuerda Miren.
Fue así como comenzó su intervención en el grupo al que asiste Xabier. «Siempre nos han hablado en euskera en casa y los vecinos siempre me han hablado en hika», relata, mientras añade que ha trabajado en muchas carnicerías. «Puedo decir que gracias a eso he conocido a euskaldunes de diferentes pueblos. En el lugar de trabajo siempre intentábamos poner los nombres de los precios, los rótulos y todo en euskera. La primera palabra que le decimos a cualquier cliente siempre era en euskera», explica.
Cuando se retiró en 2020 tenía la intención de euskaldunizarse «mejor» y se apuntó a Oroitzene. «Intenté vivir el euskera en diferentes situaciones: fui a un internado de fin de semana en Pamplona, unos días al barnetegi de Arantza y para mí, fueron experiencias inmejorables. Por último, me apunté al proyecto Praktikatu o Mintzalagun. Estoy en el grupo, he hecho nuevos y buenos amigos, con los que solemos tener charlas deliciosas. Nuestra intención no es arreglar el mundo, pero sí hablar euskera porque el euskera es nuestra lengua y tenemos que potenciarla», manifiesta Xabier.
Juli es otra de sus compañeras de grupo. Nacida en un pequeño pueblo extremeño llamado Santa Marta de Madagasca, emigró al País Vasco. Así relata su relación con el euskera: «Siempre sentía curiosidad por la lengua de Euskal Herria. Mandé a mis hijos a la ikastola y un día empecé en AEK. Con miedo, comencé de cero y, además, con mucha ilusión. Me gustaba el ambiente, cómo nos ayudaban las clases, los grupos y los profesores... Estuve cuatro o cinco años. Lo dejé por el trabajo. La verdad es que el euskaltegi ha sido como mi segunda casa. Siempre he venido muy contenta y he aprendido mucho. He conseguido hablar en euskera, aunque me falta mucho para alcanzar el nivel C1. He conseguido algunos retos, como hablar en euskera con mis dos hijos».
Admite que otro «reto» fue relacionarse con la gente de Lezo en euskera. «Es un placer comprar en euskera en la tienda y relacionarme con la ciudadanía en euskera; al fin y al cabo me siento euskaldun, el euskera me llena mucho», asegura Juli, quien regresó al euskaltegi y participa en un segundo grupo de Praktikatu.
Juli, Xabier y Miren conversan también con Cristina. «Tengo 60 años y hasta hace cinco, que empecé a trabajar en Osakidetza, no me había acercado al euskera –admite–, solo en la adolescencia, que dábamos un par de clases a la semana, o sea, apenas nada. Al empezar a trabajar en Osakidetza, vi la necesidad de acercarme al euskaltegi y empezar mis estudios en euskera. La verdad es que iba muy contenta, a pesar de que me ha supuesto un esfuerzo. He conseguido sacarme el B1 y el B2», declara, al tiempo que confiesa que ha disfrutado «un montón en el euskaltegi». «Ha sido una sorpresa saber lo que es la lengua, la historia y las costumbres», afirma.
También destaca las amistades creadas con alumnos y profesores. «Acabé los cursos, tuve la suerte de lograr la titulación, pero como estaba tan a gusto y mi objetivo ya era hablar euskera, tuve la oportunidad de tomar parte en los grupos de Mintzalagun. Estoy muy contenta. Para mí, el euskera no ha sido solo el idioma, sino la oportunidad que me ha dado de conocer a gente estupenda en el pueblo en donde vivo, en Lezo», señala.
Desde Oroitzene subrayan que Praktikatu «ayuda a la gente que no tiene con quien hablar euskera a utilizarlo, a hacer nuevos amigos y nuevos planes, ya que todos los meses hay alguna actividad para todos los que forman grupos».
Esta iniciativa se formó en octubre en el municipio y ahora se abre otra campaña de matriculación. Los interesados se pueden apuntar en praktikatu.eus, pero tienen que tener un nivel de B1 en hablar. Otro modo de apuntarse es escribir al email del euskaltegi (lezo@aek.eus) o llamar por teléfono al 607 598 871.
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