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Eran cerca de las cuatro y cuarto de la tarde y en el bar Miranda 76 de la calle Eskalantegi estaban dando el último turno de comidas, cuando unos gritos sobresaltaron a los comensales en plena sobremesa. Las voces procedían del segundo piso de las viviendas conocidas como casas de Luzuriaga. Desde el balcón, una joven pedía auxilio a los viandantes con las manos ensangrentadas: «¡Auxilio, está matando a mi madre!», escucharon varios testigos. Desde el bar avisaron enseguida a la policía y en unos minutos se personaron en el lugar las primeras unidades de la Ertzaintza y de la Policía Local de Pasaia, que solo pudieron certificar el fallecimiento de una mujer de 45 años por disparos de arma de fuego.
Del presunto asesino, ni rastro. Se había dado a la fuga en un Hyundai de color rojo, aunque poco después se entregaba en las dependencias de la Policía Municipal de Villabona, siendo arrestado como «presunto autor de un delito de homicidio en el ámbito de la violencia de género», según informó el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco. El detenido continúa en dependencias policiales a la espera de ser puesto a disposición judicial en las próximas horas.
La víctima, de nacionalidad colombiana, tenía 45 años y vivía desde hace al menos cinco en el segundo piso del portal 45 de la calle Eskalantegi de Antxo junto a sus dos hijas, de 21 y 22 años, a las cuales se había traído de Colombia hace un año. Una de ellas se encontraba dentro de la vivienda junto a su madre, cuando su pareja le disparó en la cabeza causándole la muerte.
Inmediatamente la hija dio la voz de alarma al vecindario, saliendo al balcón con las manos ensangrentadas para pedir auxilio. Varios testigos presenciales escucharon el disparo y cómo la joven gritaba que estaban matando a su madre, aunque otros aseguran que la desesperación hacía que no se le entendiera prácticamente nada. Fruto de esa misma desesperación, y según el vecino de uno de los pisos cercanos, la joven comenzó a arrojar algunos objetos por el balcón para llamar la atención de los viandantes, que no daban crédito a lo que estaban viendo.
Tras volver a entrar, salió nuevamente al balcón con el pecho y la ropa manchadas de sangre, según relatan testigos presenciales. «¡Se ha ido en un coche rojo!», gritaba desesperada su hija.
Efectivamente, cuando la policía llegó al segundo piso de Eskalantegi 45, el presunto asesino, un hombre de 53 años, no se encontraba ya en el domicilio y únicamente pudieron certificar la muerte de la mujer.
El presunto asesino se había dado a la fuga en un Hyundai rojo, pero media hora después puso fin a su huida y se entregó en la Policía Municipal de Villabona, donde se procedió a su arresto.
En el lugar de los hechos, la Policía Local acordonó la zona, hasta donde acudieron el alcalde de Pasaia, Teo Alberro, así como la concejala de Igualdad, Laura Ré Lozano y el teniente alcalde del distrito de Antxo, Mikel García Peñil. Enseguida llegó también la policía científica, así como el forense y el juez.
No era la primera vez que la mujer asesinada, la decimocuarta víctima guipuzcoana en los últimas dos décadas, tenía problemas de violencia machista ya que hace un año había acudido a una asociación de Pasaia para poner en conocimiento su situación.
Según denuncian varios vecinos del barrio, las conocidas como casas de Luzuriaga, un edificio de viviendas de protección oficial, se han convertido en los últimos meses en un foco bastante conflictivo. De hecho, hace poco más de dos años un varón, de 38 años de edad era detenido por varios delitos de amenazas, coacciones y daños en el ámbito familiar tras quemar el coche de su pareja y retener a varios de sus familiares en su domicilio de Eskalantegi. «No es raro ver por aquí a la policía. Aquí siempre pasa algo», denunciaba un vecino mientras su compañero asentía con la cabeza.
El trágico suceso de este sábado conmocionó no solo a los vecinos de la zona, sino a toda la localidad. En Trintxerpe, donde se celebraba el Euskararen Eguna, se suspendieron los actos previos en señal de duelo.
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El alcalde Teo Alberro no quiso hacer declaraciones y se remitió a un posterior comunicado por parte del consistorio tras la reunión mantenida por la mesa de emergencia contra las agresiones sexuales que estuvo reunida durante dos horas para analizar lo sucedido. Tras la misma, el Ayuntamiento de Pasaia mostró su «más profundo dolor y enérgica condena» ante el asesinato machista sucedido en Eskalantegi 45. «Lo que estamos viviendo está siendo atroz, y el golpe que ha provocado en nuestro pueblo, muy duro», añade el comunicado que califica la violencia machista como «una lacra de primer orden» que «afecta a toda la sociedad».
El Consistorio declarará tres días de luto en la localidad desde esta pasada medianoche hasta las 23.59 horas del martes, ambos inclusive. Por ese motivo, suspende todos los actos previstos para estos días.
Para finalizar, afirma que el Ayuntamiento tiene la responsabilidad de garantizar los derechos de todas las personas que viven en el pueblo. Añade que, por ello, seguirá trabajando en ese empeño, «en la lucha contra la violencia machista que nos golpea a diario».
Y es que no hay que irse muy lejos para encontrar el último episodio de violencia machista en Pasaia ya que el domingo 17 de noviembre, en la calle Pescadería del distrito de Trintxerpe, un hombre de 35 años intentó asesinar a su pareja con un cuchillo en el interior de una vivienda.
Entonces la víctima comenzó a gritar desde su casa y la oyeron sus vecinos. Después de solicitar ayuda en repetidas ocasiones, la víctima de la agresión «salió al rellano del bloque ensangrentada» y aprovechó que uno de los vecinos tenía la puerta abierta a causa de los gritos para refugiarse dentro de su domicilio y protegerse de su pareja, el agresor, «que portaba un cuchillo de grandes dimensiones». Detrás de ellas entraron también sus cuatro hijos. La vecina no tuvo tiempo de cerrar la puerta y el agresor irrumpió también en su domicilio y allí atacó de nuevo a su pareja, provocando momentos de máxima tensión y nerviosismo en el interior de la vivienda y del portal. Finalmente fue detenido y días después ingresó en prisión.
La mujer asesinada este sábado en Eskalantegi 45 es la decimosexta víctima guipuzcoana de violencia machista en los últimos 20 años. Doce de ellas son mujeres, mientras que cuatro son niños.
La última víctima registrada fue Mónica de la Llana, la irundarra de 44 años cuyo cuerpo sigue sin aparecer y que presuntamente fue asesinada en la localidad tarraconense de Cornudella de Montsant en 2022 por su expareja, detenida el pasado 13 de noviembre.
No obstante, el caso de Eskalantegi 45 recuerda más al asesinato que se produjo en Orio el 17 de mayo de 2023, cuando Lourdes del Hoyo también recibió un disparo en la cabeza por parte de su expareja.
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