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El puerto de Pasaia volvió a recuperar ayer a sus pescadores, aunque esta vez no lanzaron el anzuelo al agua. Cientos de personas se reunieron, ... cañas en mano, en las inmediaciones del muelle pasaitarra bajo el lema 'Pesca libre' o 'Arrantza bai' ante la prohibición de la pesca recreativa en aguas del puerto por parte de la Autoridad Portuaria. Además de reivindicar la medida y defender que «aquí se lleva toda la vida pescando sin problemas», los presentes aprovecharon para poner en valor esta práctica deportiva, una afición muy arraigada en Pasaia.
Y es que «la pesca es mucho más que un simple pasatiempo». Lo tienen claro. «En un mundo cada vez más estresado, invadido por las pantallas y el sedentarismo, la pesca es una oportundidad para cambiar los hábitos, desconectar del entorno y respirar aire puro», comenzó Txema Fuentes en nombre del grupo Movimiento Pesca Libre, creado tras la reciente prohibición, que describieron como «injusta y desproporcionada». «La pesca cultiva, además, valores esenciales como la paciencia, el trabajo en equipo... Por eso, hoy más que nunca debemos proteger y promover la pesca deportiva, no solo como una afición, sino como una herramienta para una vida más sana, conectada al mundo que nos rodea». Fue entonces cuando los presentes alzaron las cañas al grito de «¡viva la pesca libre, la tradición y que nunca nos falten las ganas de echar nuestra caña al agua!».
El descontento era palpable. «Nos han quitado la zona de pesca», protestaba indignado Avelino, quejándose de que «somos nosotros los que estamos pagando por algo que hacen unos pocos». Y es que, al parecer, la llegada al puerto de personas de fuera provocó situaciones de descontento entre los vecinos de la zona y los pescadores de toda la vida. «Venían a masacrar, a llevarse todo lo que podían y se iban dejando todo lleno de basura», explicó Avelino. A su lado, Joserra le dio la razón y añadió que «un fin de semana normal nos juntábamos unos 20 o 30 pescadores, pero cuando entra mucho verdel llegábamos a ser cientos de personas pescando. Muchas de las personas no son pescadores de toda la vida, sino gente que viene a pasar el fin de semana porque saben que van a pescar seguro», insistía. Ambos dejaron claro que «nos han fastidiado la pesca, es muy triste».
Otro de los grandes problemas generados a raíz de esta medida, coinciden, es que quien quiera capturar algún pez en la zona de San Pedro ahora tendrá que buscar otro lugar para hacerlo, con «el peligro que esto puede suponer para las personas mayores o los niños», que son una gran parte de los aficionados que, hasta el 1 de marzo, acudían al puerto de Pasaia a pescar.
Las zonas de rocas o acantilados sí que son lugares de pesca libre, pero «muchos ya no estamos como para acceder a estos sitios, y ya no sabemos a dónde ir a pescar», señalaba Juantxo, otro de los manifestantes. «Esta es nuestra relajación, nuestro hobby... Y si ahora no lo podemos ejercer, la pesca se terminará perdiendo». Por ello, Javier y sus dos hijos fueron a Pasaia para apoyar a los manifestantes, a pesar de no haberse visto afectados por esta legislación. Practican la pesca con frecuencia «pero siempre vamos a Hondarribia. Hoy -por ayer- no hemos ido a pescar y hemos venido aquí a echar una mano a los vecinos. Quién sabe si el día de mañana nos hará falta a nosotros», apuntaba Javier. También lo hizo Ana y más socios de la Sociedad Goierri de Urretxu, pues la pesca «es una pasión, un deporte» y «hay que venir a protestar para apoyar la pesca libre».
Entre las familias, jóvenes, y pescadores de toda la vida unidos por esta afición, también se encontraban pescadores de alto nivel como Kepa Garciandia, campeón a nivel nacional e internacional en modalidades como la de mar-costa, quien aseguró que «lo más importante que me ha dado el puerto no es la competición ni los premios, sino las conversaciones con mi padre y el resto de pescadores que no reuníamos, las anécdotas...». Admitía sentirse «triste de que hayamos llegado a esto, todavía no me hago a la idea». Como él, muchos otros habituales en el muelle añadieron que «esto es un abuso. Solo queremos hacer lo que nos gusta, que es pescar, y enseñar a los pequeños a que disfruten de ello».
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